Un nuevo informe de Wemos muestra que la falta de recursos y de apoyo político, así como la falta de voluntad de las empresas farmacéuticas, han limitado el éxito del Banco de Acceso a la Tecnología Covid-19 (Covid-19 Technology Access Pool o C-TAP) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este mecanismo para compartir la propiedad intelectual (PI), los conocimientos y los datos para producir insumos médicos, podría haber tenido un gran impacto para frenar la pandemia, pero hasta ahora no ha recibido suficiente apoyo de los gobiernos, las empresas farmacéuticas y de la misma OMS. Para frenar la covid-19 y futuras pandemias, este mecanismo requiere que los actores tengan más interés y tomen decisiones.
Aún no ha alcanzado su potencial
En mayo de 2020, la OMS creó el C-TAP para ampliar el acceso global a las intervenciones médicas clave para combatir la covid-19, como las vacunas. A través de este mecanismo, las empresas farmacéuticas pueden compartir su propiedad intelectual, conocimientos y datos relacionados con la covid-19, permitiendo que los fabricantes de todo el mundo produzcan los insumos médicos y los hagan accesibles. Esto también aumentaría la autosuficiencia de los países de ingresos bajos y medios (PIBM). Sin embargo, el C-TAP no ha alcanzado todo su potencial, ya que sólo dos institutos públicos de investigación y ninguna una empresa farmacéutica privada han compartido sus conocimientos.
Abandonado durante demasiado tiempo
Wemos hizó una investigación sobre el funcionamiento del C-TAP y las lecciones que se pueden extraer para el futuro. Se basa en la revisión de documentos y en entrevistas con representantes de la OMS, financiadores del C-TAP, organizaciones de la sociedad civil y empresas farmacéuticas privadas. “Compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y los datos es una forma innovadora de hacer que los productos que salvan vidas sean accesibles para todo el mundo, en cualquier lugar”, afirma Ella Weggen, experta en salud global de Wemos. “Sin embargo, los responsables políticos, y también los medios de comunicación descuidaron al C-TAP durante demasiado tiempo. Este error no se puede repetir en futuras pandemias. Una crisis mundial no es el momento de mantener el statu quo de los monopolios farmacéuticos”.
Falta de recursos y poder
Aunque la creación del C-TAP contó con el apoyo de 44 Estados miembros de la OMS, son pocos los países que se han comprometido activamente para que sea un éxito. Sólo Unitaid y los gobiernos de España y Bélgica han prestado apoyo financiero. La investigación muestra que pocos países se esforzaron por convencer a los institutos públicos de investigación y a las empresas farmacéuticas privadas para que contribuyeran al C-TAP. Los responsables políticos y los medios de comunicación mostraron más interés en COVAX, una iniciativa global para donar vacunas a los PIBM, manteniendo su dependencia de los países de ingresos altos. Debido a la insuficiente financiación y apoyo político, el C-TAP adoleció de falta de recursos y de poder desde el principio.
Pasos concretos para la prevención, preparación y respuesta a la pandemia
Para llegar a compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y los datos a nivel global, la OMS, la Unión Europea y los gobiernos nacionales pueden tomar medidas concretas. Tal y como se fundamenta en el informe, deberían financiar y dotar de recursos suficientes al C-TAP y a su futuro equivalente para la prevención, preparación y respuesta ante una pandemia, como parte del Acuerdo sobre las Pandemias. Además, el informe recomienda a los gobiernos que creen incentivos para que los institutos y empresas farmacéuticas compartan la propiedad intelectual, conocimientos y datos. Por último, los gobiernos deberían condicionar sus inversiones públicas en innovaciones médicas a que se garantice el acceso de todos a los productos innovadores.