En los pacientes tratados con dupilumab —un inmunosupresor autorizado para tratar varios trastornos, incluyendo el eccema atópico—, se han informado linfomas cutáneos de células T. Se desconoce hasta qué grado el dupilumab se relaciona con la aparición o la progresión del linfoma cutáneo.
El dupilumab (Dupixent) es un inmunosupresor, un anticuerpo monoclonal que se dirige contra los receptores de las interleucinas 4 y 13. Inhibe la vía de señales de estas citoquinas, que participan en la respuesta inflamatoria. Está autorizado principalmente para tratar el asma grave y el eccema atópico (dermatitis atópica) [1,2]. Puede ser útil para los pacientes en los que el eccema atópico sigue siendo problemático tras el fracaso de tratamientos tópicos y de la ciclosporina [3]. En junio de 2022, después de recibir un informe sobre un hombre de 47 años, el centro regional de farmacovigilancia de Francia llamó la atención por la incidencia del linfoma cutáneo de células T en pacientes tratados con dupilumab [4].
Las dos formas principales de linfoma cutáneo de células T —el síndrome de Sézary y la micosis fungoide— comparten algunos signos clínicos con el eccema atópico (eritema, liquenización, grietas y prurito), y el diagnóstico diferencial puede ser difícil sin una biopsia cutánea [5].
Alrededor de 30 informes de linfoma cutáneo en 2022. Este centro de farmacovigilancia identificó, en todo el mundo, 13 informes de linfoma cutáneo de células T en pacientes tratados con dupilumab. Los pacientes implicados tenían de 40 a 77 años, eran principalmente hombres (9 casos) y, en su mayoría, estaban recibiendo dupilumab para tratar el eccema atópico (9 casos), la dermatitis psoriasiforme (1 caso) o linfoma cutáneo de células T diagnosticado antes de iniciar el tratamiento con dupilumab (3 casos) [5,6]. El plazo transcurrido entre el inicio del tratamiento con dupilumab y la aparición de la progresión del linfoma cutáneo de células T fue entre 1 mes y 27 meses (no se registró el tiempo para 3 pacientes). En 1 de los 13 casos, se diagnosticó el síndrome de Sézary dos semanas después de empezar el tratamiento con dupilumab, lo que pone en duda la participación del fármaco.
Se notó una mejora clínica en varios pacientes después de retirar el dupilumab.
Dos de los 13 pacientes murieron debido a la progresión del linfoma [4,5]. Un equipo de EE UU identificó publicaciones que notificaban linfomas cutáneos que aparecieron o progresaron después de la exposición al dupilumab [6]. Los 27 casos (incluyendo los 13 casos identificados por el centro francés de farmacovigilancia) involucraban a 15 hombres y 12 mujeres de 27 a 77 años, la mayoría de los cuales estaban siendo tratados por un eccema atópico (23 casos). Ninguno había recibido dupilumab para tratar el asma. El plazo promedio transcurrido desde la exposición al dupilumab hasta el diagnóstico del linfoma fue de aproximadamente 8 meses. Se hicieron biopsias cutáneas a algunos pacientes, antes o después del tratamiento con dupilumab. Las 12 biopsias realizadas después del tratamiento (después de 7,4 meses, en promedio) mostraron principalmente un denso infiltrado linfoide dérmico y un patrón liquenoide predominante. Esta característica no estaba presente en las biopsias que se realizaron en 10 de estos pacientes antes de iniciar el tratamiento con dupilumab [6].
¿Aparición de novo del linfoma o progresión de un linfoma preexistente? En la mayoría de los informes, el tratamiento con dupilumab se inició por la sospecha de un eccema atópico, y el diagnóstico de linfoma cutáneo de células T se hizo después [4,5]. La posibilidad de que exista una relación entre el eccema atópico y el linfoma cutáneo sigue siendo controversial [7].
Se desconoce hasta qué grado el dupilumab participó en la progresión de un linfoma cutáneo que previamente no se había identificado, o en la aparición de novo de un linfoma, aunque se sabe que sus efectos inmunosupresores aumentan el riesgo de cáncer, sobre todo de linfoma, al reducir la capacidad del sistema inmune de eliminar las células cancerosas [1].
En la práctica, a pesar de la incertidumbre que rodea a estos datos, representan una razón más para ser cuidadosos con este medicamento. En los pacientes que parecen padecer eccema atópico, es recomendable monitorear la aparición de nuevas lesiones eccematosas en áreas que no estaban afectadas, el empeoramiento del prurito o algún cambio en la apariencia de las lesiones para identificar un agrandamiento de los ganglios linfáticos y tomar en cuenta la posibilidad de un linfoma cutáneo.
Revisión de la literatura hasta el 9 de febrero de 2023