Representantes de la industria farmacéutica nacional explicaron por qué no basta solamente una “voluntad política” de decir que se va a bajar el precio de los medicamentos y recalcaron que las plantas que producen medicamentos genéricos en el país no son parte del problema, sino parte de la solución para poder darle al costarricense medicamentos de calidad.
El presidente de la Asociación de la Industria Farmacéutica Nacional (Asifan) Manolo Guerra, dijo a UNIVERSIDAD que los productos genéricos de marca fabricados a nivel local cuestan en promedio entre un 30% y un 40% menos que el producto innovador importado, que entra al país a un precio mayor.
“Nosotros somos la alternativa nacional para poder cubrir las necesidades de medicamentos que tenemos aquí en Costa Rica”, indicó Guerra, quien recalcó que de 10 medicamentos que se consumen en el país, seis son importados, lo cual definitivamente influye en el tema de los precios de las medicinas.
“Lo que nosotros podemos ofertar a este mercado es a un precio más bajo que los productos que están viniendo importados”, añadió Guerra. Sin embargo, esta industria farmacéutica nacional también enfrenta limitaciones a la hora de fabricar.
Mientras que Álvaro Camacho, director ejecutivo de Asifan, señaló: “El frío no está en las cobijas; la industria farmacéutica nuestra no es la que genera la controversia, sino que en el precio entran otros eslabones en los que no tenemos injerencia, como por ejemplo un sistema de distribución”.
Como ha reportado UNIVERSIDAD, la problemática del alto precio de los medicamentos en el país tiene que ver, primero con un alto precio de entrada al país de los productos -puesto por los laboratorios -, el cual es el más alto de Centroamérica. Y segundo, con la concentración en la cadena de valor (laboratorios, distribuidoras y farmacias) o “verticalización”, ya que tres distribuidoras controlan el 60% del mercado de importación y distribución de medicamentos, según datos del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC).
Las barreras que enfrenta la industria nacional
Se estima que el tamaño del mercado total de medicamentos en el país asciende a US$1.000 millones, del cual el mercado privado total es de $559.234.648 y el restante es el mercado institucional; es decir, las compras que realiza la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), de acuerdo con cifras de la firma Intercontinental Marketing Services (IMS).
Asifan, por su parte, empezó en 1981 y agrupa 10 laboratorios de producción nacional de medicamentos genéricos, algunos con más de 70 años de existencia. Actualmente generan 3.500 empleos directos y 1.500 indirectos.
No obstante, según explicaron sus representantes, enfrentan barreras que no les permiten entrar a ofertar más al mercado.
Primero, que a Costa Rica se le considera un país de renta media, integrante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aunque tenga un mercado pequeño de sólo 5 millones de habitantes. A la hora de negociar con las transnacionales, éstas catalogan al país como de poder adquisitivo más alto, con capacidad de pagar un mayor precio por las moléculas innovadoras o materias primas para producir medicinas.
Segundo, tienen costos relacionados con la mano de obra, cargas sociales, almacenaje, registros sanitarios, materias primas, fletes, y el tipo de cambio, que también afecta la estructura de costos.
Tercero, las patentes. En 1995 Costa Rica aprobó la ley de patentes, que empezó a funcionar en 2007 y se ratificó en 2009 y la industria nacional no puede fabricar esos productos patentados ni para venderlos a nivel local ni para exportación.
Camacho explicó que cuando un medicamento es patentado, tiene un monopolio autorizado por ley y por convenios internacionales. Cuando la patente se vence, se genera la posibilidad de poder competir vía producto genérico y de bajar el precio de los medicamentos. “Es donde entra la posibilidad de que una industria como la nuestra le genere estratégicamente al país accesibilidad a productos de menor precio, genéricos, que garantizan seguridad, eficacia y calidad”.
Guerra también mencionó que anteriormente el presupuesto de la Caja dedicado a comprar productos patentados era del 7% y hoy es el 35%. En el año 2000 la industria nacional suplía el 40% de medicamentos que la Caja necesita; pero ese porcentaje se redujo al 24%. “Se vino abajo porque entró mucho producto de India y China y eso realmente afectó esa participación; no porque sean mejores”, aclaró.
Cuarto, la distribución territorial. Como un 70% de las farmacias está en la Gran Área Metropolitana (GAM) y un 30% en las zonas rurales, no toda la población tiene acceso a una cadena que ofrezca mejores condiciones comerciales.
Y quinto, la exigencia de numerosos requisitos técnicos a productos que no son de riesgo, lo cual, de acuerdo con Asifan, limita la oferta nacional.
Guiselle Carbonell Acuña, asesora técnica de Asifan, relató que el Ministerio de Salud inspecciona los laboratorios nacionales cada dos años en sus buenas prácticas de manufactura y que cumplir con todos los requisitos técnicos también conlleva una inversión grande por parte de las empresas. “Nuestro sistema de inspección es realmente fuerte y exhaustivo y por eso decimos que podemos garantizar la calidad de los productos que fabricamos aquí”.
Carbonell mencionó que durante la pandemia, en que hubo cierre de fronteras, la Caja recurrió a Asifan cuando enfrentó desabastecimiento de Midazolam -un medicamento que se usa antes de los procedimientos médicos y cirugía- y una de las industrias nacionales se le proveyó a la Caja.
“De ahí la importancia de una industria farmacéutica nacional. A nosotros como Asifan nos llamaba la Caja porque no les había llegado x, y o z medicamento. Es estratégico que en cada país exista una industria farmacéutica, y no es algo dicho por nosotros, sino que lo ha dicho la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud”, enfatizó Camacho.
Precio de medicamentos ha aumentado 4,5%
Desde que era candidato presidencial, Rodrigo Chaves Robles prometió que bajaría el precio de las medicinas por decreto.
Una vez en el poder, emitió dos decretos. Uno que permite la homologación o equiparación de medicamentos que ya han sido autorizados en naciones desarrolladas con mayores credenciales que Costa Rica, como Estados Unidos o los países miembro de la Unión Europea; y otro que permite la importación paralela de medicamentos, que eliminó la exclusividad a la importación o producción de medicamentos en territorio nacional. El mandatario afirmó que aumentando la competencia entre empresas bajarían los precios.
Sin embargo, como ha reportado este medio, el precio de los medicamentos reporta un aumento del 4,5% en comparación con el año pasado, según datos a mayo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El incremento puede ser mucho mayor dependiendo del tipo de medicamento, como en el caso de los que tratan cardiopatías (8,25%), osteoporosis (9,38%), problemas vasculares (9,38), y colesterol (7,17%).