Una investigación del periódico británico “The Observer” revela que el dinero de las compañías farmacéuticas fluye a través del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra (NHS o National Health Service), lo que suscita dudas sobre los conflictos de interés.

El 75 aniversario del NHS [1], que se celebró la semana pasada, provocó un nuevo debate sobre un sistema de salud que está al borde del colapso.

El profesor Philip Banfield, presidente del Consejo de la Asociación Médica Británica, advirtió en la reunión anual del sindicato [2] que se celebró en Liverpool, que todos los indicadores del NHS estaban en “rojo intermitente”. Un director ejecutivo de un Trust de atención de agudos del NHS afirmó que el servicio de salud se encontraba en “una situación crítica” [3], puesto que el personal y los recursos de los hospitales eran insuficientes para hacer frente a una presión cada vez mayor.

Pero, en medio de una demanda sin precedentes y de solicitudes de aumento de la inversión, una investigación del periódico “The Observer” ha demostrado que hay una fuente de fondos para el NHS que parece estar creciendo: el dinero de las grandes empresas farmacéuticas. Los datos de transparencia sobre las finanzas de la industria farmacéutica revelan un fuerte aumento en el gasto de las empresas farmacéuticas del sector salud en el Reino Unido.

Los registros incluyen más de 300.000 pagos a organizaciones y profesionales de la salud en los últimos ocho años, incluyendo donaciones, acuerdos de colaboración, honorarios por asesorías, pagos por servicios contratados y gastos de diferentes áreas del NHS y empresas privadas.

Los registros muestran que, en 2022, el valor total de estos pagos superó los £200 millones, un 26% más que el año anterior y casi el doble de lo que la industria gastó en 2015.

Los pagos incluidos en la base de datos publicada por la Asociación Británica de la Industria Farmacéutica (ABPI o Association of the British Pharmaceutical Industry) revelan cómo circula el dinero de las empresas farmacéuticas por todos los sectores del sistema de salud, desde las clínicas de los hospitales hasta las consultas de los médicos de cabecera, pasando por los médicos que ayudan a diseñar futuros tratamientos. Incluyen miles de pagos a las organizaciones y personal del NHS.

Las empresas farmacéuticas se centran en uno de los mayores mercados del mundo. Se calcula que el gasto total en Inglaterra, en medicamentos y dispositivos que se dispensaron en el NHS, entre 2020 y 2021, fue de £17.800 millones. Entre los que más gastaron el año pasado estaban los fabricantes de los medicamentos más vendidos para enfermedades relacionadas con la obesidad, incluyendo la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.

David Rowland, director del Centre for Health and the Public Interest (Centro para la Salud y el Interés Público) [3], afirmó que el aumento de la financiación de la industria suscita preocupación por los conflictos de interés y plantea preguntas para los responsables del NHS. “¿Quién está supervisando todo esto a nivel nacional y local? “¿Y qué saben los pacientes acerca de estos acuerdos? ¿Se sentirían cómodos sabiendo que las grandes empresas farmacéuticas financian su atención médica para aumentar el consumo de alguno de sus medicamentos?”

Durante años, el NHS se ha asociado con empresas privadas para facilitar investigaciones cruciales que han resultado en tratamientos vitales para numerosas enfermedades, desde el cáncer hasta el covid. La base de datos Disclosure UK permite conocer otro tipo de gasto. Excluye los gastos destinados a la investigación y desarrollo y, en su lugar, registra los pagos por patrocinio, donaciones y proyectos conjuntos, muchos de los cuales están relacionados con la publicidad de los medicamentos de las empresas farmacéuticas.

La financiación del NHS, con un valor de £29,5 millones en 2022, frente a los £22,6 millones de 2021, incluye las iniciativas que la industria financia para “acabar con” las listas de espera del NHS, y los proyectos conjuntos para rediseñar la ruta de tratamiento por los servicios de diabetes, obesidad, esclerosis múltiple, cáncer, asma grave y enfermedades raras.

El objetivo de estas colaboraciones es mejorar el acceso a los tratamientos del NHS y la atención a los pacientes, según los documentos del proyecto a los que ha tenido acceso el periódico The Observer. Para las empresas también puede haber importantes beneficios.

Una de las asociaciones, entre Novartis [4] y el hospital universitario University Hospitals Birmingham NHS Foundation Trust, tiene como objetivo ampliar los servicios para la esclerosis múltiple. Según un documento del proyecto, esto implica la contratación de un farmacéutico especializado en esclerosis múltiple para ayudar al hospital, lo que contribuirá a “resolver la escasez de personal” y “hacer frente a la acumulación de pacientes”. El documento añade que Novartis también podría beneficiarse del “uso óptimo de los medicamentos por los pacientes adecuados”.

Otras asociaciones pretenden revisar las rutas de tratamiento para la obesidad, la diabetes, el asma y el cáncer.

Por otra parte, a la empresa farmacéutica Boehringer Ingelheim, fabricante de medicamentos para la insuficiencia cardíaca, se le asignó un papel clave: formar a los médicos del NHS. Según un documento publicado en su sitio web, Boehringer Ingelheim colabora con el NHS de Inglaterra para formar líderes médicos en cardiología, y así “apoyar la transformación de los servicios de cardiología”. Los registros de pagos muestran que la empresa concedió a NHS England un apoyo de £80.000 para el proyecto conjunto.

El NHS de Inglaterra afirmó que estas colaboraciones con la industria ayudaban a que los pacientes “se beneficiaran de un acceso más rápido a tratamientos innovadores” y que se establecieron salvaguardias. Por su parte, la Asociación Británica de la Industria Farmacéutica afirmó que podían aportar “enormes beneficios” a los pacientes y que se regían por un estricto código industrial.

Pero en ciertos casos, la decisión de la industria de asociarse con el NHS, en un momento en el que se encuentra bajo una gran presión, parece formar parte de una estrategia para incrementar las ventas. En un folleto para clientes de empresas farmacéuticas, una empresa consultora habla explícitamente de los beneficios potenciales: “En un entorno plagado de listas de espera, los programas de ‘desbordamiento de la capacidad’ pueden representar la mayor oportunidad para que las empresas aumenten sus ventas de una forma rápida”, afirma.

Más allá de las colaboraciones directas con el NHS, las empresas farmacéuticas realizan miles de pagos a consultas de médicos generales y empresas privadas que apoyan la atención que ofrece el NHS. Es probable que también incluyan apoyo a las clínicas para determinados tratamientos, aunque el objetivo final de los pagos no se publica en la base de datos Disclosure UK.

En 2022 también se destinaron más de £43 millones a particulares del sector salud, lo que supone un aumento del 27% en comparación con el año anterior, según los registros de Disclosure UK. El Observer ha descubierto que, en algunos casos, se ha pagado dinero a médicos generales que actúan como líderes médicos regionales en el NHS, para algunas de las enfermedades más prevalentes.

Uno de los mayores receptores de dinero de la industria en 2022 fue un médico general que reside en Northampton, el Dr. Yassir Javaid, quien recibió de varias empresas farmacéuticas £132.390 en honorarios y gastos. Desde 2019, la base de datos de la industria muestra que ha recibido £483.561 de la industria farmacéutica, incluyendo honorarios de Bayer, Pfizer, AstraZeneca y Eli Lilly [5].

Javaid, que hasta el mes pasado seguía trabajando como líder médico regional para el Sistema de Atención Integral de Northamptonshire (Northamptonshire Integrated Care System), ha hablado en eventos patrocinados por empresas farmacéuticas para promover una clase de medicamentos para tratar la diabetes, conocidos como inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2), que pueden reducir el azúcar en la sangre y el riesgo de muerte cardiovascular. En una de sus presentaciones en octubre de 2019, financiada por Boehringer Ingelheim y Eli Lilly, describió uno de sus objetivos: “considerar una necesidad clínica que no se haya cubierto” y el uso del antidiabético Jardiance para mejorar los resultados.

Dijo este fin de semana que estaba comprometido con la transparencia, que siempre había optado por hacer divulgaciones voluntarias en Disclosure UK y que siempre había declarado sus intereses como era debido. Afirmó que las sesiones educativas que patrocinaba promovían el uso de tratamientos basados en la evidencia y en las recomendaciones de las guías.

Según la base de datos, Naresh Kanumilli, otro médico general que dirige el servicio clínico de diabetes del NHS de Inglaterra en el noroeste del país, también ha recibido una financiación considerable de las empresas farmacéuticas. Ha colaborado con AstraZeneca en la elaboración de recursos educativos. El año pasado recibió £45,044 en honorarios y gastos. Entre 2019 y 2022, ha recibido £220,074.

El NHS declaró que Kanumilli había revelado de forma correcta sus intereses, que había promovido un estilo de vida más saludable para la prevención de la diabetes y que no estaba implicado en la recomendación de fármacos específicos. “Su labor como consultor está en equilibrio con sus compromisos clínicos, e incluye el apoyo a estrategias globales de educación”, dijo un funcionario.

El Dr. Jim Moore, médico general de Cheltenham (Gloucestershire), presidente de la Sociedad Cardiovascular de Atención Primaria y responsable médico de la red de clínicas cardíacas integrales del NHS, en la región oeste de Inglaterra, recibió el año pasado £15.353 de las empresas farmacéuticas en concepto de honorarios y gastos.

Entre 2019 y 2022, se le han pagado £112,568. Un portavoz de NHS Inglaterra en el suroeste dijo: “El Dr. Moore desempeña un papel esencial para mejorar la atención a la salud cardíaca en el suroeste. Siempre ha sido totalmente transparente sobre sus otros roles y sus ganancias procedentes de la industria, como se expone en el sitio web Disclosures UK“.

Los descubrimientos han suscitado preocupación entre los profesionales de la salud y los expertos implicados en conflictos de intereses en la medicina. Las empresas farmacéuticas, entre ellas Bayer, Pfizer, Novartis, GSK, AstraZeneca, Eli Lilly y Boehringer Ingelheim [6], afirmaron que apoyaban la transparencia y cumplían el estricto código de la industria. Aseguraron que sus asociaciones en el sector salud eran cruciales para potenciar la atención médica y que favorecían los intereses de los pacientes. Por su parte, la Asociación Británica de la Industria Farmacéutica afirmó: “Los proyectos de colaboración benefician a los pacientes y al sistema de salud, y se rigen por el estricto código de prácticas de la industria, que va más allá de la ley”.

Pero el Dr. David Unwin, defensor de un estilo de vida bajo en carbohidratos que ha demostrado revertir la diabetes tipo 2, afirmó que la financiación de la industria farmacéutica corría el riesgo de alterar el tratamiento. “Con tantas compañías farmacéuticas pagando para impulsar el plan farmacéutico, existe un desequilibrio evidente. Nadie está impulsando el plan del estilo de vida y, con el tiempo, esto está tergiversando la práctica médica hasta un punto alarmante”.

Los detalles de las asociaciones con el NHS también han suscitado preocupación por la falta de transparencia. Las colaboraciones salieron a la luz gracias al análisis de los registros de gastos, que se han cotejado con la información publicada en los sitios web de las empresas. Pero, en muchos casos, los NHS trust (organizaciones de proveedores de servicios de salud para el NHS que cubren una población determinada) mantuvieron en secreto estas alianzas con la industria, lo que significa que es muy probable que muchos pacientes ignoren su existencia.

La Dra. Margaret McCartney, médica general que ha estudiado los conflictos de interés en medicina, afirmó que la implicación de las empresas farmacéuticas en los servicios de tratamiento del NHS suscitaba preocupación por la influencia indebida que se ejerce en secreto. “Si se deja entrar a las empresas farmacéuticas, configurarán los servicios y las prioridades en función de lo que ellas consideren prioritario”, afirmó.

La profesora Dee Mangin, catedrática de Medicina General y Medicina Familiar de la Universidad de Otago, afirmó que los resultados ponen de relieve la influencia de la industria farmacéutica en la cadena de suministro, “desde la investigación hasta la administración de los medicamentos”. “Todos los medicamentos tienen efectos secundarios, los cuales, a su vez, aumentan las ventas de otros medicamentos”, afirmó. “Es ingenuo considerar que esto sea lo mejor para el NHS”.