Los tratamientos estándar que se prescriben a los pacientes diagnosticados con un problema de ansiedad incluyen ansiolíticos, psicoterapia o una combinación de ambos [1]. Sin embargo, los pacientes suelen experimentar efectos adversos a los medicamentos o tienen dificultades para acceder a la psicoterapia.
Un ensayo clínico publicado en enero de 2023 en la Revista de Psiquiatría de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA Psychiatry o Journal of the American Medical Association Psychiatry) [2] analizó si una intervención de atención plena/mindfulness [3] aportaba un alivio de los síntomas, en comparación con el escitalopram (Lexapro), un antidepresivo que se receta frecuentemente a pacientes diagnosticados con un trastorno de ansiedad. A diferencia de la psicoterapia, la atención plena/mindfulness se puede enseñar en entornos comunitarios y se puede practicar en casa.
Aunque los trastornos de ansiedad son relativamente frecuentes, a menudo no se diagnóstican. Sin embargo, en septiembre de 2022, la Comisión de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (U.S. Preventive Services Task Force o USPSTF), un grupo voluntario de expertos en prevención de enfermedades y medicina basada en la evidencia, que opera de forma independiente de las industrias farmacéutica y de dispositivos médicos, publicó un borrador de recomendación que propone detectar la ansiedad en adultos de hasta 65 años, que no muestren síntomas típicos de ansiedad [4]. Con el tiempo, esta recomendación (que a mediados de junio de 2023 no se había finalizado) puede ocasionar que más pacientes busquen tratamiento tras recibir un diagnóstico de ansiedad.
¿Qué intervenciones se compararon en el estudio de JAMA Psychiatry?
Los ensayos clínicos previos han demostrado que varias intervenciones basadas en el concepto de atención plena/mindfulness —ser consciente de los propios sentimientos y emociones sin interpretarlos ni juzgarlos— pueden ayudar a los pacientes a reducir el estrés y la ansiedad [5, 6]. El nuevo estudio se centró en un programa específico de ocho semanas denominado reducción del estrés a través de la atención plena/mindfulness. Como parte de este programa, los participantes aprendieron varias formas de meditación de atención plena, como yoga, meditación caminando, escaneo corporal y respiración consciente, durante clases semanales, una clase que duró un día completo y ejercicios diarios de meditación en casa [7].
La reducción del estrés a través de la atención plena se comparó con el escitalopram, un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS), aprobado para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno depresivo mayor [8]. El Grupo de Investigación en Salud de Public Citizen ha clasificado a este fármaco como de Uso Limitado [9] porque, como todos los ISRS, tiene una advertencia de caja negra por el aumento del riesgo de que aparezcan pensamientos y comportamientos suicidas en niños y adultos jóvenes. Además, los medicamentos de esta clase se han asociado a una serie de efectos adversos, como convulsiones, sangrados anormales, disfunción sexual y un problema poco frecuente, pero potencialmente mortal, llamado síndrome de la serotonina (que se caracteriza por agitación, confusión, alucinaciones, taquicardia, hipertensión, fiebre, escalofríos, sudoración, náuseas, vómitos, diarrea y rigidez muscular) [10]. Los ISRS también pueden provocar síntomas de abstinencia, como mareos, náuseas y dolores de cabeza, sobre todo cuando se interrumpen bruscamente.
Los resultados del estudio nuevo
Para el estudio, 208 pacientes de entre 18 y 75 años con un trastorno de ansiedad (incluyendo el trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad social, trastorno de pánico o agorafobia [miedo a determinados lugares]) se asignaron aleatoriamente para realizar el entrenamiento en atención plena/mindfulness o para tomar escitalopram. La gravedad de la ansiedad de los pacientes antes y después del estudio se evaluó en una escala de siete puntos [11].
Tras ocho semanas, la reducción de los síntomas de los sujetos que completaron el curso de atención plena/mindfulness (1,35 puntos) y los del grupo de escitalopram (1,43 puntos) fue similar. El estudio también reveló que, en ambos grupos, los síntomas continuaron mejorando a tasas similares, tanto en la semana número 12 como en la semana 24 [12].
Aunque la reducción de la gravedad de los síntomas fue similar en los dos grupos, el 79% de los pacientes que tomaron ISRS experimentó al menos un acontecimiento adverso, como trastornos del sueño, náuseas, fatiga, dolores de cabeza, sueños anormales, disminución de la libido o ansiedad, y el 8% interrumpió el tratamiento debido a los acontecimientos adversos. Sin embargo, en el grupo de atención plena/mindfulness, solo el 15% experimentó eventos adversos, en especial un aumento de los niveles de ansiedad — sin que nadie tuviera que interrumpir el estudio [13]—.
Después de ocho semanas, más pacientes tratados con ISRS continuaron con el tratamiento, en comparación con los del grupo de atención plena/mindfulness. Por ejemplo, a las 24 semanas, cerca de la mitad de los pacientes del grupo de ISRS (52%) seguían tomando su medicamento, mientras que solo el 28% del grupo de atención plena/mindfulness continuó haciendo meditación diaria [14]. Basándose en estos hallazgos, el primer autor del estudio reconoció que “aunque la meditación de atención plena/mindfulness funciona, no todo el mundo está dispuesto a invertir el tiempo y el esfuerzo que se requieren para completar con éxito todas las sesiones [de mindfulness] y hacer una práctica regular en casa” [15].
Además, los sujetos de este estudio eran predominantemente mujeres (75%) y relativamente jóvenes (33 años en promedio), lo que dificulta la generalización de estos resultados a otros grupos de pacientes diagnosticados con trastorno de ansiedad. También es importante señalar que, dado que las técnicas de atención plena/mindfulness se aprendieron con instructores cualificados y en persona, los resultados de este estudio pueden no ser aplicables a los entrenamientos de mindfulness disponibles online o a través de otras aplicaciones [16].
Qué hacer
Si le han diagnosticado un trastorno de ansiedad, hable con su profesional de salud para ver si las opciones no farmacológicas de tratamiento, como la psicoterapia o las intervenciones basadas en la atención plena/minfulness, son una buena opción para usted.
No deje de tomar escitalopram sin antes consultar con su médico. Si está planeando dejar de tomar este medicamento, hágalo gradualmente reduciendo la dosis bajo supervisión médica, para minimizar los síntomas de abstinencia. Busque tratamiento inmediato si desarrolla alguno de los efectos adversos graves (descritos anteriormente) asociados a los ISRS.
Referencias