BUENOS AIRES, ARG. Aunque en los últimos años creció el número de países de Latinoamérica y el Caribe que implementaron programas de profilaxis preexposición contra el virus de inmunodeficiencia humana y entre 2020 y 2022 se triplicó el número de usuarios, los progresos en la región aún son “lentos”; la amplia mayoría de quienes podrían beneficiarse de esta estrategia no accede a ella y la provisión es muy desigual en distintas poblaciones vulnerables, como la de las mujeres, coincidieron panelistas de una sesión del XX Simposio Científico de la Fundación Huésped, realizado en esta ciudad del 30 de agosto al 1 de septiembre pasado.[1]
“Hace falta un mayor esfuerzo para planificar las coberturas y definir mejor los perfiles de las personas que entren a probar esta estrategia. El avance es lento. Recién estamos empezando y existen muchas barreras para el enrolamiento de usuarios, la continuación y el cumplimiento terapéutico”, señaló uno de los expositores, Dr. Carlos F. Cáceres Palacios, Ph. D., máster en salud pública, profesor de salud pública y fundador del Centro de Investigación Interdisciplinaria en Sexualidad, SIDA y Sociedad de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, en Lima, Perú, donde también ejerce como vicerrector de investigación.
La provisión de profilaxis preexposición, definida como la medicación antirretroviral destinada a personas que no tienen el virus de inmunodeficiencia humana para reducir su posibilidad de infección, es una estrategia preventiva complementaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2015, especialmente enfocado a personas clave o con riesgo sustancial.
Sin embargo, existen desde prejuicios hasta barreras culturales y económicas que han retrasado la implementación efectiva de estos programas en la región. El Dr. Cáceres señaló que para 2022 había 24 países de la región que reportaban usuarios de profilaxis preexposición en el marco de programas: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, Guatemala, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Paraguay, Panamá, Perú, Santa Lucía y República Dominicana y Uruguay.
Sin embargo, en la mayoría de esos países todavía la cantidad de usuarios es muy incipiente. Entre 2020 y 2022 la cifra en el conjunto de los países subió de 34.500 a 105.000, pero solo Brasil aporta poco más de la mitad del total. Del resto, Guatemala, Haití y México lideraban la lista el año pasado, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
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