Jayasree Iyer, CEO de la Fundación para el Acceso a los Medicamentos dijo que las empresas farmacéuticas deben priorizar sus esfuerzos y llegar a los pacientes que residen en aquellas partes del mundo que carecen de medicamentos como la insulina para los diabéticos, y medir la eficacia de estos esfuerzos.
“Si llegar a los pacientes [desatendidos] no es un tema importante, que se discute en los niveles superiores de una empresa, entonces estás fabricando tus productos solo para ganar dinero”, djo Iyer a SciDev.Net mientras la organización sin fines de lucro publica un nuevo análisis sobre el tema [1].
La fundación recuerda que las personas en países de ingresos bajos y medios comprenden el 80% de la población mundial, y siguen enfrentando desafíos significativos para acceder a insumos médicos esenciales.
La mayoría de las grandes compañías farmacéuticas globales han iniciado programas para dar seguimiento a la forma en que sus productos llegan a los pacientes desatendidos en todo el mundo. Sin embargo, pocas de estas estrategias son integrales y el seguimiento de las propias compañías a menudo sigue siendo poco claro o insuficiente, según el análisis de la fundación.
Según Iyer, las compañías necesitan saber primero cuántos pacientes elegibles para el tratamiento hay en cada uno de sus mercados. “Es necesario conocer la carga de las diferentes enfermedades, para saber a cuántas personas hay que llegar, y luego dirigir nuestros esfuerzos hacia ellas”.
Se necesitan objetivos claros
El último informe de la Fundación para el Acceso a los Medicamentos analiza las estrategias de 20 compañías para llegar a los pacientes en países de ingresos bajos y medianos, entre ellas GSK, Johnson & Johnson y Pfizer. Todas estas empresas, excepto una, AbbVie, dicen que han formulado estrategias para garantizar que las poblaciones desatendidas de todo el mundo puedan beneficiarse de sus medicamentos.
A Iyer le sorprende ver que una empresa no se involucre en el tema y espera que el informe sea una llamada de atención para que AbbVie, entre cuyos principales medicamentos está tratamiento para la artritis Humira, se una a otras en el desarrollo de su estrategia y llegue a los pacientes desatendidos en todo el mundo.
AbbVie no respondió a las solicitudes de comentarios antes de publicar esta nota.
Pero incluso en el caso de las empresas que tienen estrategias para llegar a los grupos de pacientes desatendidos, el informe señala que “no basta con tener objetivos, la calidad de estos objetivos también importa”.
Para lograr la equidad en salud a nivel global, todas las poblaciones, incluidos los grupos vulnerables como los niños, las mujeres embarazadas y las minorías que viven en países de ingresos bajos y medianos, deben poder acceder a medicamentos y tratamientos cuando los necesiten, sin importar dónde vivan, dice el informe.
Las empresas describieron 42 estrategias para llegar a los pacientes, de las cuales 13 no incluyen ningún objetivo. Más de un tercio de los objetivos existentes no son claros ni medibles, dice el informe.
“Como tema, todavía está en sus principios”, dice Iyer. “En la industria, las empresas lo miden de manera muy diferente”. Y agrega que si no se calcula el número de pacientes desatendidos y sus necesidades: “… nunca estarás preparado ni siquiera para introducir tus productos en los países”.
Para Iyer, medir las necesidades de los pacientes permite saber: en qué países hay que registrar qué productos, cómo determinar el mejor su precio y cómo facilitar el suministro. Iyer explica que no conocer y calcular las necesidades existentes significa que siempre habrá una brecha entre los esfuerzos de producción de una empresa y la necesidad real.
Cáncer, diabetes
Según Iyer, actualmente la brecha más grande está en las llamadas enfermedades no transmisibles, como el cáncer y la diabetes. Entre otras cosas, esto se puede deber a que las empresas consideren que los países de ingresos bajos y medianos no tienen la infraestructura necesaria para financiar medicamentos innovadores costosos.
Pero eso no es así en todos los países, dice. Y desde la perspectiva de las comunidades locales, esto puede interpretarse como si las empresas no estuvieran haciendo un esfuerzo.
En el caso de la diabetes, el mercado de la insulina está dominado por tres empresas: Eli Lilly, Novo Nordisk y Sanofi, que controlan el 90% del mercado. Aunque las tres se han comprometido a ampliar el acceso en los países de ingresos bajos y medianos, estos esfuerzos abordan sólo alrededor del uno por ciento de la prevalencia de la diabetes en más de 100 países de ingresos bajos y medianos que ha analizado la Access to Medicine Foundation, dice el informe.
Eli Lilly dijo a SciDev.Net que está profundamente comprometida con el acceso equitativo y asequible a sus medicamentos, incluyendo las insulinas. Su iniciativa 30×30 tiene como objetivo mejorar el acceso a la atención médica de calidad para 30 millones de personas que viven en comunidades con recursos limitados para 2030.
Sanofi no ofreció inmediatamente ningún comentario sobre el informe a SciDev.Net.
Novo Nordisk dijo: “A medida que aumenta la prevalencia de la diabetes, exploramos continuamente cómo apoyar un mayor acceso a la atención para las poblaciones vulnerables a través de diferentes asociaciones y programas”.
Agregó que su objetivo es llegar a más de dos millones de personas que viven con diabetes en África subsahariana para 2030. El programa iCARE de Novo Nordisk está activo en 11 países de África subsahariana y la compañía tiene como objetivo expandirlo a otras geografías.
Brechas de datos
Según el informe de la Fundación, solo seis de las 20 empresas analizadas, incluidas AstraZeneca, MSD, Novartis y Pfizer, han establecido estrategias para llegar a los pacientes desatendidos en todos los países en donde operan.
Según la fundación, si bien casi todas las empresas analizadas cuantifican su ayuda a los pacientes, esto se mide principalmente en términos de volumen de productos vendidos o donados, y eso puede tener algunos inconvenientes. Iyer explica que medir el volumen de ventas refleja lo que las personas pueden comprar o están dispuestas a comprar, pero también hay que saber cuántos pacientes son elegibles para un determinado tratamiento en un determinado país, y si se adherirían al tratamiento cuando se prescribiera. Iyer explica que pocas empresas se centran en la adherencia de los pacientes.
En un ejemplo notable, AstraZeneca informó sobre una estrategia para evaluar la cantidad de pacientes a los que llegaba a través de programas de salud pulmonar y cardíaca en países de ingresos bajos y medianos.
La estrategia incluye mediciones de las interacciones con los pacientes, de modo que la empresa pueda averiguar qué necesitan los pacientes, cómo se utilizan los productos y si los pacientes se adhieren al tratamiento, según muestra el informe de la fundación.
Aunque las empresas tienen la responsabilidad de tomar en serio este tipo de informes, no pueden hacerlo sin datos adecuados sobre los pacientes y sus afecciones, lo que a menudo depende de factores externos como disponer de los diagnósticos adecuados.
“Necesitamos más información a nivel de datos, y necesitamos que los países y los socios también pongan el responder a las necesidades de los pacientes en el centro de su trabajo”, dice Iyer.
Comentario de Salud y Farmacos: El problema de la adherencia no es responsabilidad de las empresas farmacéuticas sino de los servicios de salud. Es un problema multifactorial. La falta de adherencia se da en todas las clases sociales. Sobre el tema de la adherencia se ha escrito mucho porque se da incluso cuando el paciente compra la medicina.
Referencia