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Tratado que se negocia en secreto podría interferir con el acceso a medicamentos genéricos
Acción Esencial [a], Boletín Acceso Global a Medicamentos Nº 6, 7 de agosto de 2008. Traducido por Peter Maybarduk
Las patentes mancomunadas son la siguiente etapa para la creación de un organismo de adquisición de medicamentos innovadores
Kaitlin Mara, Intellectual Property Watch, 11 de julio de 2008.
El régimen de propiedad intelectual frena la ciencia y la innovación, según afirman laureados del Premio Nobel
Dugie Standeford, Intellectual Property Watch, 8 de julio de 2008.
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Tratado que se negocia en secreto podría interferir con el acceso a medicamentos genéricos
Acción Esencial [a], Boletín Acceso Global a Medicamentos Nº 6, 7 de agosto de 2008. Traducido por Peter Maybarduk
Un nuevo tratado internacional en negociación conocido como Acuerdo Comercial de Lucha contra la Falsificación (ACTA, por sus siglas en inglés) podría interferir con los esfuerzos para promover la competencia de genéricos y precios en la industria farmacéutica, esto de acuerdo con quienes promueven campañas de salud pública.
EE.UU., la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Canadá, México, Australia y Nueva Zelanda se encuentran negociando el ACTA. No obstante que el texto permanece en secreto, el objetivo del tratado es establecer un estándar internacional común riguroso para el control fronterizo y el cumplimiento de la legislación referente a los derechos de autor, marcas comerciales y patentes.
En los dos últimos años, la industria farmacéutica con marcas comerciales renombradas y sus aliados han incrementado los llamados de atención hacia el tema de los medicamentos falsificados. La industria, el gobierno de EE.UU. y la Organización Mundial de la Salud han puesto en marcha una cantidad intimidatoria de proyectos para enfrentar la falsificación en la industria farmacéutica. No obstante, el ACTA superaría con mucho estas iniciativas.
Cuantos promueven la salud pública señalan que la falsificación es una preocupación legítima para la salud pública, pero que es secundaria con respecto a un problema mayor: medicamentos deficientes que no cumplen con estándares tanto en países ricos como pobres. Una agenda para la salud pública se tendría que enfocar en la calidad de los medicamentos, en lugar de reducir el asunto a la cuestión de las patentes y marcas comerciales.
Las farmacéuticas, sin embargo, están interesadas en reducir el asunto a la cuestión de patentes y marcas comerciales. Los argumentos que esta industria y sus aliados esgrimen contra la falsificación elimina la línea divisoria entre productos falsificados y genéricos; minando la confianza pública en los genéricos.
Las farmacéuticas también utilizan la falsificación como una justificación para oponerse a la reimportación de fármacos (operación comúnmente conocida como comercio paralelo o importación paralela fuera de EE.UU). Dado que el movimiento de reimportación de medicamentos escapa al control de las empresas con marcas renombradas, y podrían ser reempaquetados, el argumento señala que no hay certeza de que los fármacos reimportados sean legítimos.
Ya que el texto del ACTA permanece en secreto, no se sabe cuál es su contenido. Sin embargo, la PhRMA -asociación estadounidense de farmacéuticas con productos de renombre- ha sugerido que el acuerdo debe imponer un sistema de responsabilidad sobre los fabricantes de ingredientes farmacéuticos activos (los API, por sus siglas en inglés), en caso que dichos API se utilicen para hacer falsificaciones. Esto constituiría un sistema de responsabilidad que podría hacer que los fabricantes de dichas sustancias se nieguen a hacer ventas de API a los productores de medicamentos genéricos, dañando así significativamente el funcionamiento de la industria farmacéutica que produce genéricos lícitamente. Otras recomendaciones de la industria también podrían interferir con la reimportación de medicamentos.
La reciente Declaración del G8 sobre la Economía Mundial imploró a los negociadores a que concluyan las negociaciones del ACTA este año.
Para mayor información sobre el ACTA, véase:
www.keionline.org/index.php?option=com_content&task=view&id=187
www.publicknowledge.org/issues/acta
secure.eff.org/site/Advocacy?JServSessionIdr009=m5722xgyi2.app2a&cmd=display&page=UserAction&id=383
ipjustice.org/wp/campaigns/acta/
Nota de los editores:
a. Acción Esencial es un grupo que aborda la salud pública y vigila el cumplimiento de la responsabilidad social empresarial, está ubicado en Washington, D.C. El Proyecto de Acceso a Medicamentos, que forma parte de Acción Esencial, ha trabajado sobre la problemática de acceso global a los medicamentos por más de un decenio. Para mayor información:
Essential Action’s Access to Medicines Project
P.O. Box 19405, Washington, DC, 20036, USA
Tel.: (1) (202) 387-8030
Web: www.essentialaction.org/access
Editores: Sarah Rimmington: srimmington@esssentialinformation.org y Robert Weissman: rob@essential.org
Las patentes mancomunadas son la siguiente etapa para la creación de un organismo de adquisición de medicamentos innovadores
Kaitlin Mara, Intellectual Property Watch, 11 de julio de 2008.
Una iniciativa intergubernamental de carácter excepcional para la financiación de medicamentos en las regiones pobres y mal abastecidas tomó una decisión histórica la semana pasada: adoptar un acuerdo sobre el interés de compartir los derechos de propiedad intelectual (PI) a fin de reducir los costos y mejorar la calidad de los medicamentos necesarios.
En la 8ª reunión del Consejo Ejecutivo que se celebró en Ginebra los días 2 y 3 de julio, el mecanismo comercial de adquisición de medicamentos UNITAID aceptó el principio de crear patentes mancomunadas, a saber un conjunto de activos de PI cedidos por los titulares de los derechos, con objeto de otorgar más fácilmente licencias a terceros para la fabricación o la investigación.
Jorge Bermúdez, secretario ejecutivo de UNITAID, afirmó que la medida era “un paso importante” porque es la primera vez que la organización aborda de manera concreta la PI y el acceso a los medicamentos. Esta estrategia beneficiosa se sumará a las otras tácticas innovadoras, ya utilizadas por UNITAID, que también disminuyen los precios de los medicamentos y aumentan su disponibilidad y calidad en las regiones mal abastecidas, añadió.
UNITAID es un proyecto conjunto iniciado por Brasil, Chile, Francia, Noruega y el Reino Unido que consiste en aplicar un impuesto a los billetes de avión (como una fuente de financiación económicamente neutra y estable) y usarlo para financiar un servicio internacional de adquisición de medicamentos que se focaliza en las tres epidemias mortales más importantes a nivel mundial: el VIH/sida, la malaria y la tuberculosis.
UNITAID financia proyectos que tienen un impacto estratégico en el mercado de los medicamentos mediante la disminución del costo de estos últimos o la influencia ejercida sobre los fabricantes para que produzcan medicamentos adaptados a las necesidades de las regiones con bajos ingresos.
Bermúdez comentó a Intellectual Property Watch que el próximo paso a seguir consistirá en organizar un equipo de trabajo que desarrolle un plan de operaciones para crear patentes mancomunadas. Ya ha comenzado el reclutamiento de los miembros apropiados (que según un comunicado de noticias de la UNITAID reunirá expertos en “derecho de patentes, riesgos industriales y jurídicos, análisis económico, salud pública y medicamentos”) y se prevé que el grupo esté trabajando dentro de tres o cuatro semanas.
Una primera prioridad de las patentes mancomunadas podría ser en materia de tratamientos antirretrovíricos pediátricos, pero este tipo de medicamentos no serán los únicos, comentó Bermúdez.
El plan de operaciones está listo para que se lo apruebe durante la próxima reunión del Consejo en noviembre de 2008. Este plan prevé que la aplicación de las patentes mancomunadas comience en 2009. “Todos estamos trabajando para que este plazo sea viable y posible”, señaló Bermúdez a Intellectual Property Watch, y añadió que la mancomunación es “una etapa de suma importancia en materia de salud pública”.
Según Bermúdez, el estudio de las maneras de tratar la PI en el campo del acceso a los medicamentos constituyó uno de los puntos del orden del día de UNITAID durante un tiempo, y el grupo de asistencia médica Médicos Sin Fronteras (MSF) y la organización sin ánimo de lucro Essential Inventions atrajeron la atención del Consejo Ejecutivo hacia las patentes mancomunadas en su reunión de 2006 al proponer ese sistema para los medicamentos contra el VIH/sida.
Los documentos finales del reciente Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual (IGWG, por sus siglas en inglés) de la OMS y la posterior Asamblea Mundial de la Salud (AMS) ayudaron a estimular esfuerzos como éste mediante la obtención del apoyo de las naciones miembros, afirmó Ellen ‘t Hoen, directora de política de testimonio de la Campaña para el Acceso a los Medicamentos Esenciales de MSF.
La estrategia mundial y el plan de acción sobre salud pública, que se aprobó en la AMS a fines de mayo, le pide a los miembros que “diluciden la viabilidad de la constitución voluntaria de carteras comunes de patentes” para innovar en materia de salud pública.
“Este es un adelanto muy notable,” opinó ‘t Hoen, y podría ayudar a “eliminar las barreras de PI que frenan el desarrollo de combinaciones de dosis fijas” para los medicamentos contra el VIH/sida. Agregó que la decisión era “muy, muy alentadora” y que MSF estaba “firmemente comprometido” a ver la creación de patentes mancomunadas.
Michelle Childs, presidente de Essential Inventions y directora de Asuntos Europeos de la organización sin ánimo de lucro Knowledge Ecology International, se refirió a la mancomunación de patentes como “una oportunidad de empezar de nuevo en materia de acceso a los medicamentos contra el HIV para donantes, universidades, compañías farmacéuticas y pacientes”. Dijo además que un “fuerte compromiso por parte de la sociedad civil con los titulares de patentes” y una “buena gestión” serán fundamentales para que la mancomunación funcione en el futuro.
Un portavoz de la Federación Internacional de la Industria del Medicamento (IFPMA) dijo que las patentes mancomunadas son “sumamente interesantes” pero que le parecía que sus características todavía eran demasiado imprecisas como para poder hacer comentarios.
Según ‘t Hoen de MSF, el aumento de la polémica sobre patentes a escala mundial (lo que predijo que sólo empeoraría) puede hacer que lo de las patentes mancomunadas atraiga a los titulares de los derechos y que éstos las vean como una “solución mucho mejor”. Childs estuvo de acuerdo y opinó que la mancomunación era “una manera innovadora” de garantizar el acceso a los medicamentos “en vez de generar litigios y confrontación”.
Al principio será un mecanismo voluntario, dijo ‘t Hoen, y añadió que “ahora son las empresas las que tienen que ofrecerse de manera voluntaria”.
El régimen de propiedad intelectual frena la ciencia y la innovación, según afirman laureados del Premio Nobel
Dugie Standeford, Intellectual Property Watch, 8 de julio de 2008.
El marco básico del régimen de propiedad intelectual (PI) pretende “obstaculizar el acceso al conocimiento” en lugar de permitir su difusión, según afirmó el Profesor Joseph Stiglitz durante una conferencia que tuvo lugar el 5 de julio sobre “¿Quién posee la ciencia?”. Stiglitz, Premio Nobel 2001 de Economía, y el Profesor John Sulston, Premio Nobel 2002 de Fisiología y Medicina, inauguraron el nuevo Instituto para la Ciencia, la Ética y la Innovación de la Universidad de Manchester.
Ambos criticaron duramente el actual sistema de patentes por considerar que frena la ciencia y la innovación.
La PI a menudo se compara con los derechos de propiedad física pero el conocimiento es fundamentalmente diferente, dijo Stiglitz. Se trata de un bien público con dos atributos: “una competencia sin rivalidad” y la no exclusión, lo que significa que es difícil impedir que otros disfruten de sus beneficios. Eso es contrario a los regímenes de PI, que son peores que la exclusión porque crean un poder monopolista sobre el conocimiento que a menudo se utiliza indebidamente, señaló.
Se considera que los monopolios de patentes impulsan la innovación, pero en realidad dificultan el avance de la ciencia y la innovación, afirmó Stiglitz. La actual “maraña de patentes”, en la que cualquier persona que elabora un exitoso programa de software es demandada por supuesta infracción de patentes, pone de manifiesto que el sistema de PI existente no permite fomentar la innovación, añadió.
Otro problema es que los beneficios sociales derivados de la innovación no concuerdan con los ingresos privados relacionados con el sistema de patentes, dijo Stiglitz. El beneficio marginal de la innovación es que se puede tener acceso a una idea antes de lo que se podría de otro modo. Pero la persona que adquiere la patente sobre esta idea obtiene un monopolio de largo plazo, creándose así una brecha entre los beneficios privados y los beneficios sociales.
El Proyecto del Genoma Humano identificó un gen que permite predecir el cáncer de mama y que fue patentado por una compañía estadounidense, según afirmó Stiglitz. El costo real de la realización de pruebas para determinar el gen es mínimo, pero los costos de los pacientes son tan elevados en los EE.UU. que las personas sin recursos no están en condiciones de efectuar la prueba, dijo. Esto pone en tela de juicio la equidad y la justicia del sistema de patentes, añadió.
Stiglitz planteó dos preocupaciones. Los países desarrollados se hallan separados de los países en desarrollo debido a la disparidad en materia de acceso a los conocimientos, y la PI está haciendo más difícil cerrar la brecha, dijo; es la razón por la que las naciones en desarrollo miembros de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) solicitaron (y obtuvieron) un programa para el desarrollo. Aún más, el resultado de la PI es un menor acceso a los servicios sanitarios, añadió. Afirmó asimismo que los medicamentos genéricos cuestan una fracción de aquellos de nombres comerciales, pero con el acuerdo sobre PI y comercio de la Ronda Uruguay de la Organización Mundial del Comercio se dictó una sentencia de muerte para millones de personas al dificultarles el acceso a estos medicamentos de menor costo.
Stiglitz sugirió que los regímenes de PI deberían ajustarse a determinados países y sectores. Nadie cree que el sistema de patentes debería ser abandonado en su totalidad, pero la cuestión es si otros mecanismos, como el otorgamiento de premios o la financiación pública, podrían utilizarse para promover el acceso a los conocimientos y estimular la innovación en áreas donde hay objetivos bien definidos, como, por ejemplo, el tratamiento curativo para la malaria, dijo. Stiglitz tiene la esperanza de que haya reforma porque muchos en los EE.UU. se están buscando cambios en el sistema de PI.
Sulston dijo que la ciencia puede impulsarse por la necesidad y la curiosidad, lo que requiere un importante grado de apertura y confianza entre los agentes. Lo que ocurre, sin embargo, es que la propiedad privada de la ciencia y la innovación aumenta cada vez más, una situación acogida con beneplácito por gobiernos e inversores que controlan la orientación de las actividades de investigación, dijo. Pero, según Sulston, la consecuencia de ello es un encauzamiento de la ciencia hacia ámbitos rentables y el alejamiento de los que no lo son.
Esta tendencia tiene varias consecuencias, entre ellas el abandono de actividades de investigación sobre enfermedades que afectan a personas sin recursos y la producción de medicamentos innecesarios que se venden a través de una comercialización intensiva, afirmó Sulston. No se ha podido llevar a cabo una distribución equitativa de los bienes derivados de la actividad científica, pero, añadió, la solución no es “un empecinamiento constante en la equidad”.
La PI es una cuestión ideológica en organizaciones como la OMPI, dijo Sulston. Las compañías farmacéuticas consideran que cualquier mejora del sistema lo debilita, pero nadie está diciendo que tienen que cederlo todo, señaló. El sistema debe ser un “buen siervo” no elevado a un “nivel teísta”, añadió.
La falsificación se ha convertido en una cuestión importante, dijo Sulston. La tendencia es vincular la falsificación con la PI pero no están relacionadas, señaló. Si los medicamentos se vendieran al precio del costo de producción o apenas por encima, los falsificadores no tendrían mucho margen de maniobra. El sistema de PI es el que está generando la producción de productos falsos, dijo.
Sulston propuso un retorno a la vieja práctica de separar las actividades de investigación y desarrollo (I&D) de las de producción, al considerar que la mezcla de ambas conduce al cabildeo y la publicidad en la I&D. Separarlas permite una distribución equitativa de productos y facilita el acceso a la I&D, pero sólo si los que comparten la ciencia también comparten sus beneficios, explicó.
Esta separación parece estar sucediendo hasta cierto punto a medida que empresas privadas como la Fundación Bill y Melinda Gates canalizan dinero hacia el sector de la salud pública, dijo Sulston, pero advirtió en contra del retorno a la época victoriana en la que la asistencia sanitaria dependía de la filantropía. Instó a que las cuestiones sanitarias mundiales sean coordinadas por la OMS, pero dijo que este organismo no cuenta con suficiente financiación y sufre una gran presión por parte de los gobiernos y los intereses comerciales.
Sulston también desea que se reflexione de manera más coherente sobre un tratado de cuestiones biomédicas examinado en la OMS, y que haya una mayor participación de las organizaciones no gubernamentales transnacionales.
Es fundamental invertir la tendencia hacia la privatización de la ciencia, señaló Sulston. El mundo debe centrarse en la supervivencia y la prosperidad de la humanidad, y en la exploración del universo, dijo. El resultado, agregó, dependerá en gran medida de “quién posea la ciencia”.