Pfizer presenta el informe “craking counterfeit europe”, sobre la falsificación de medicamentos
Mar Muñoz
Acta Sanitaria, 17 de febrero de 2010
http://www.actasanitaria.com/actasanitaria/frontend/desarrollo_noticia.jsp?idCanal=1&idContenido=17444
Los resultados del mayor informe sobre ‘medicamentos falsificados’, Cracking Counterfeit Europe, encargado por la compañía biomédica Pfizer, realizado durante noviembre de 2009 y presentado simultáneamente en toda Europa, han puesto de manifiesto que uno de cada tres españoles entrevistados reconoce haber comprado medicamentos a través de prácticas inadecuadas o ilícitas.
De hecho, tal y como manifestaron Francisco J. García Pascual, director de comunicación y RSC de Pfizer, y José Rodríguez Fuentes, inspector de la brigada de investigación Tecnología de la Policía Nacional, “de 2005 a 2007, el número de medicamentos falsos descubiertos en las fronteras europeas se multiplicó por siete”. Francisco J. García afirmó que “esto entraña un riesgo que el paciente puede prevenir acudiendo a una oficina de farmacia”. Esta nueva investigación muestra que casi un tercio (29,8%) de los 1.000 españoles encuestados reconoce haber comprado medicamentos de prescripción a través de prácticas inadecuadas o ilícitas. La investigación estima que este mercado ilícito puede superar en España los €1.500 millones al año, el 14,3% del total del mercado negro europeo. Los resultados sugieren que en España, millones de personas acuden a Internet para comprar medicamentos que deben ser prescritos por un profesional sanitario, aún cuando se estima que entre el 50 y el 90% de los medicamentos comprados en la red son falsos.
Según esta investigación, los principales medicamentos que se adquieren son medicamentos contra la gripe (59,2%), pastillas para adelgazar (22,5%), medicamentos para dejar de fumar (16,8%), pastillas contra el dolor crónico (16,1%) y medicamentos para la disfunción eréctil (14%). Las principales razones por la que la población acude a Internet para adquirir medicamentos son el ahorro de tiempo y de dinero. Así, el 29% lo hace para ahorrar dinero.
Encuesta ‘Craking Counterfeit Europe’
El informe ‘Craking Counterfeit Europe’ es la mayor encuesta on-line sobre medicamentos falsificados. Para su realización, se contó con una muestra de 14.000 personas de entre 18 y 80 años procedentes de 14 países de la Unión Europea. Los objetivos de este informe se enfocaron a valorar la magnitud real del mercado ‘medicamentos’ ilegales en Europa, además de educar a la población sobre los riesgos de comprar medicamentos de prescripción sin receta a través de canales no establecidos, y, por último, de concienciar a los consumidores de que deben adquirir sus tratamientos bajo prescripción médica y dentro de los sistemas sanitarios legítimos.
Mientras la industria biomédica trabaja con los agentes reguladores sanitarios, aduanas y las autoridades competentes para descubrir a los falsificadores y promover acciones legales contra ellos, este informe saca a la luz la verdadera magnitud del problema y las razones por las que los consumidores continúan fomentando este mercado.
Diferencias entre un medicamento falso y otro auténtico
Las diferencias entre un medicamento auténtico y otro falsificado se pueden encontrar en su composición, su aspecto físico, pero sobretodo, en la seguridad y eficacia. Tal y como manifestó Francisco J. García Pascual, “lo mejor que le pueda ocurrir a alguien que haya ingerido un medicamento falsificado es que no le ocurra nada”, y advirtió de que las consecuencias pueden derivar, incluso en la muerte. Ana Pastor, vicepresidenta de SEMFYC, apoyó esta afirmación expresando que “un medicamento falso no mejora la sintomatología del paciente, pudiendo provocarle enfermedades añadidas o incluso la muerte; además, contienen dosis diferentes a las necesarias y contienen componentes inexactos”.
Según los expertos, la dura realidad es que las falsificaciones pueden contener ingredientes nocivos como raticidas, ácido bórico, plomo, etc. Además, un medicamento falsificado deliberada y fraudulentamente incluye información falsa acerca de su identidad, historial o fuente. Por otra parte, incumple las exigencias establecidas para los medicamentos por los agentes reguladores, ya sea el Ministerio de Sanidad o la Agencia Española del Medicamento.