Políticas
Bruselas ofrece un préstamo garantizado de €80 millones a la empresa en el centro de la disputa.
Bruselas ha intervenido en una desagradable contienda diplomática entre Alemania y EE UU por una empresa que está desarrollando una vacuna contra el coronavirus.
Durante el fin de semana, CureVac, una compañía con sede en la ciudad alemana de Tübingen, salió en los titulares cuando el periódico alemán Welt am Sonntag informó que el presidente de EE UU, Donald Trump, estaba tratando de obtener derechos exclusivos a la vacuna contra el coronavirus que la empresa ha desarrollado en cooperación con un Instituto alemán financiado con impuestos.
Si bien el informe ha generado una guerra de palabras entre los funcionarios estadounidenses y alemanes, la Comisión Europea dijo el lunes que ofrecería un préstamo garantizado a la compañía por valor de €80 millones “para ampliar el desarrollo y la producción de una vacuna contra el coronavirus en Europa”.
Los políticos alemanes, días después de haber sido identificados como los malos en la saga del coronavirus en la UE, por prohibir la exportación de equipos médicos a otros países europeos, buscan la oportunidad de presentarse como defensores del público en Europa y en otras partes.
El ministro de Economía, Peter Altmaier, dijo que “Alemania no está a la venta”, mientras que el ministro de Salud, Jens Spahn, insistió ante la emisora pública ZDF en que CureVac desarrollaría cualquier posible vacuna contra el coronavirus “para todo el mundo” y “no para países individuales”. El ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, dijo a los medios de comunicación del grupo Funke “no podemos permitir que otros obtengan resultados exclusivos”.
Sin embargo, el embajador de EE UU en Berlín, Richard Grenell, describió el evento simplemente como “incorrecto” y otro funcionario de EE UU criticó los informes sobre el intento de Trump de tener acceso exclusivo a la vacuna como “descaradamente exagerado”.
“El gobierno de EE UU ha hablado con muchas (más de 25) compañías que afirman que pueden contribuir con una vacuna”, dijo el funcionario. “La mayoría de estas empresas ya han recibido fondos de inversionistas estadounidenses. Continuaremos hablando con cualquier compañía que afirme poder ayudar. Y cualquier solución que encontremos, la compartiremos con el mundo”.
Dietmar Hopp, el dueño de la compañía trató de poner fin a la lucha pública diciendo que la empresa se quedaría en Alemania, pero confirmó que Trump había tratado de garantizar su derecho exclusivo. “No puede ser que una compañía alemana desarrolle la vacuna y se use exclusivamente en EE UU. Esto no era una opción para mí”, dijo a Sport1 de Alemania cuando se le preguntó por qué había rechazado la oferta de €1.000 millones de Trump.
Hopp, un inversionista que posee más del 80% de las acciones de CureVac, dijo en un comunicado “si podemos desarrollar pronto una vacuna eficaz contra el coronavirus, esta debería llegar, proteger y ayudar a las personas en todo el mundo, no solo a nivel regional, por solidaridad”.
“Me alegraría que esto se pudiera lograr desde Alemania, a través de mi inversión a largo plazo”, dijo.
Pero la compañía emitió una declaración contradictoria en Twitter: “CureVac no ha recibido una oferta del gobierno de EE UU o de alguna entidad relacionada ni antes, ni durante y ni desde la reunión del Grupo de Trabajo en la Casa Blanca el 2 de marzo. CureVac rechaza todas las acusaciones de la prensa”.
Según lo que informó Welt, el gobierno alemán está considerando ofrecer dinero para mantener a CureVac en Alemania. Una portavoz del ministerio de salud dijo: “El gobierno alemán está muy interesado en el desarrollo de vacunas y sustancias activas contra el nuevo coronavirus en Alemania y Europa”, y agregó: “En este sentido, el gobierno mantiene un intenso intercambio con la empresa CureVac”.
Si bien los políticos alemanes se sienten felices atacando la política de Trump “América Primero”, en los últimos días han tenido que soportar fuertes críticas por su estrategia “Alemania Primero” frente a la crisis del coronavirus, al prohibir la exportación de equipos de protección, como máscaras faciales, a países socios de la UE.
En respuesta a esa crítica, la semana pasada Berlín retrocedió y relajó su política de prohibir la exportación y permitir las ventas de equipo de protección al extranjero una vez haya satisfecho sus propias necesidades.
Esto no fue suficiente para la Comisión Europea, que amenazó con procesar a Alemania por infracción. Solo después de eso, Alemania estuvo nuevamente de acuerdo en cambiar su prohibición a la exportación, aunque los cambios específicos aún no se han establecido.