José Miguel Ferrari, jefe del Servicio de Farmacia del 12 de Octubre, explica que no han desmantelado los sistemas automatizados de dispensación extra.
El Hospital 12 de Octubre es uno de los grandes centros hospitalarios que están volviendo a la “nueva normalidad”, pero sin bajar la guardia y con la ventaja de haberse enfrentado ya a la Covid-19. José Miguel Ferrari, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital 12 de Octubre, detalla a CF que la mayor dificultad fue “adaptarse a una situación de la que no teníamos una experiencia previa”. Todo ello teniendo de baja a tres farmacéuticos y otros siete de personal técnico de un servicio de 100 personas, contando con administrativos. Ahora afrontan la desescalada sin indicaciones concretas, pero con iniciativas que perduran, como el préstamo de medicamentos entre hospitales ante el desabastecimiento, y con la precaución de no desmantelar lo ya implementado, como los sistemas automatizados de dispensación que pusieron en marcha “de la noche a la mañana” en nueve plantas extra.
“Cada día iban surgiendo cosas nuevas: desde preparar en grandes cantidades las soluciones hidroalcohólicas, hasta que muchos de los medicamentos específicos para esta enfermedad tenían que pedirse centralizadamente al Ministerio de Sanidad, con número de historia de los pacientes, y era un número grande… Es decir, no era la petición habitual del medicamento extranjero, sino pedir para una cantidad muy grande de pacientes”, añade Ferrari.
Ante las bajas que tuvieron y la intensidad del trabajo, tuvieron que contratar personal: “Hubo contrataciones extra de personal técnico, no solo para cubrir las bajas, sino también por ese trabajo extra. Por ejemplo, para la reposición de los sistemas automatizados en planta. También tuvimos el apoyo de servicios que habían dejado su actividad, como en rehabilitación, con personal de fisioterapia y logopedia, que se prestaron a trabajar con nosotros; también dos residentes de bioquímica, ya que había bajado mucho la actividad de paciente ambulatorio que venía a extraerse sangre para análisis, así como algún enfermero”.
La desescalada
Ferrari comenta que la menor presión asistencia comenzó a notarse en Semana Santa: “A partir del 12 de abril vimos disminuir la intensidad. Los días perores fueron los últimos de marzo y comienzos de abril. La semana del día 12 fue de transición y esas plantas nuevas se han ido cerrando…Hemos bajado la intensidad, pero estaríamos en situación de volver a la situación anterior”. De hecho, no se han desmantelado los sistemas automatizados de dispensación que instalaron: “Montamos nueve, a un ritmo de urgencias. No hemos retirado aún esos botiquines, a la espera de ver la evolución; los sistemas están preparados para ponerse en marcha de nuevo si hiciera falta. Los hospitales se volvieron monográficos Covid, y ahora es cuando se han vuelto a tratar otra serie de patologías”, indica, aunque, de cara a la desescalada, señala que específicamente no tienen ninguna indicación.
¿Qué han aprendido con la crisis? Se han organizado mejor para gestionar los stocks de medicamentos ante los desabastecimientos, algo que perdura. “Había fármacos de uso intensivo cuyo reparto estuvo centralizado y del que hubo faltas. Enviamos una lista a la Consejería de Sanidad de Madrid, que montó un sistema para informar del stock diario de que se dispone y nos permite pedir préstamos entre hospitales. En esta situación no hemos tenido necesidad de pedir medicamentos a otra comunidad autónoma ni nos han pedido. Igual en otros hospitales de otra envergadura sí lo han necesitado”, apunta.
Dispensación a residentes y a pacientes externos
Esta coordinación entre hospitales es una de las iniciativas que probablemente queden, según Ferrari al igual que la dispensación domiciliaria a pacientes externos: “Se había hablado muchas veces de implantar y ha tenido que ser por procedimiento de urgencia y probablemente quede para determinados tipos de pacientes. Ha sido con sistema de envío nuestro o donaciones de servicios altruista de alguna empresa de logística o Protección Civil de algún ayuntamiento. Se han beneficiado pacientes que viven solos y los de particular riesgo, como los oncológicos, inmunodeprimidos (trasplantados o tratamiento con fármacos inmunosupresores)”, comenta. Ferrari señala que ha sido ventajoso, dada la dispersión geográfica de los pacientes. “Los hospitales más reducidos tendrán población más cercana, pero este, al ser hospital de referencia teníamos en toda la provincia. Un tercio de los envíos ha sido a pacientes de la periferia”, explica. En este sentido, considera que el envío desde el hospital sin contar con la farmacia comunitaria está justificado en estos casos, dado que el hospital no se desentiende del paciente, sino que le hace un seguimiento.
Aparte, han servido medicación a unas seis residencias cercanas: “Ya lo hacíamos, pero a pequeña escala con residentes a los que se les había dado el alta y necesitaban fármacos de uso hospitalario. Ahora ha habido más medicación y más número de pacientes con medicación y lo hacíamos de una manera más continua. Ahí no hacíamos distinciones de pacientes Covid”, matiza.
Y no sólo a residencias, sino también a hoteles medicalizados. “Todo ha sido en otro orden de magnitud. Hasta que el hospital de campaña de Ifema fue autónomo para servir medicamentos, todos los pacientes que se derivaban allí tenían que ir con su medicación para 72 o 96 horas y había que prepararlas por paciente… Esto, en una situación en la que cada vez se abrían nuevas plantas”, recuerda.
El farmacéutico hospitalario también ha podido realizar algunas funciones desde casa, como la validación de las prescripciones. “Tenemos prescripción electrónica y lo que hacemos es revisar la prescripción del médico. En este caso, había que revisar la medicación para Covid porque había mucho potencial de interacciones o posibles efectos adversos”, señala.
A su vez, también podía hacerse desde casa los envíos a la Aemps de los listados de pacientes para que nos enviara el nuevo fármaco. Aparte, había un trabajo físico, de preparar soluciones hidroalcohólicas, reenvasar medicamentos… Ha sido mitad presencial, mitad casa, pero rotatorio… Hacíamos na planificación en esos momentos de reforzar el personal” comenta.