Politicas
Pocos se han pronunciado tan enérgicamente contra la disparidad global en la distribución de la vacuna COVID-19 como Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tedros, como prefiere que lo llamen, ha etiquetado la inequidad como “apartheid de vacunas” y un “fracaso moral catastrófico” que ha generado una “pandemia de dos vías”.
Tedros tiene experiencia previa con este tipo de fracaso moral. Como ministro de salud de Etiopía entre 2005 y 2012, fue testigo de primera mano de cómo los medicamentos contra el VIH que salvan vidas tardaron en llegar a las personas infectadas que residían en el África subsahariana. Para evitar una repetición con el COVID-19, la OMS y otras partes lanzaron el Acelerador de herramientas de acceso a COVID-19 (ACT-Accelerator https://www.who.int/initiatives/act-accelerator), una colaboración para acelerar el desarrollo de medicamentos y pruebas diagnósticas para frenar la pandemia, e instalaron el mecanismo de acceso global a las vacunas COVID-19 (COVAX), un plan mundial de adquisición de vacunas. Pero hasta ahora, no han tenido mucho impacto.
Science habló con Tedros el 12 de junio en la sede de la OMS, que todavía permanece en gran parte desierta debido al COVID-19, unas horas antes de que se dirigiera a la cumbre de las naciones del G7, que se está celebrando en el Reino Unido. La entrevista ha sido editada para mayor brevedad y claridad.
P: Quiero leerte algo. “La exigencia de los grupos interesados, la urgencia, el sentido de optimismo sobre lo que se podría hacer y el compromiso político, acompañados de los recursos adecuados fueron la base para ampliar los programas del VIH”. ¿Sabe quién escribió eso?
R: Ese debes ser tú.
P: ¿Yo? Usted. Ese es un artículo que escribió con Kevin De Cock y Wafaa El-Sadr hace 10 años sobre la ampliación del acceso al tratamiento del VIH. Era ministro de salud.
R: Muchos decíamos lo mismo.
P: Usted ha hablado sobre el acceso desigual a los medicamentos durante años. En el caso del COVID-19, la conversación sobre la inequidad comenzó antes de que hubiera algo que funcionara ¿Estaba tratando de adelantarse generando conciencia desde el principio?
R: Cuando era ministro de salud, vi dos fracasos mundiales. Uno el del VIH. Aquellos que necesitaban [medicamentos antirretrovirales] en países de bajos ingresos no los obtuvieron hasta 10 años después de su descubrimiento. Eso es muy, muy decepcionante. Recuerdo lo feliz que estaba cuando comenzamos los primeros 900 tratamientos [en Etiopía]. Al final, la cobertura aumentó. Pero aun así, esos 10 años fueron realmente inaceptables. No solo eso, hubo una pandemia de influenza H1N1 [en 2009]. Se desarrollaron vacunas, pero no llegaron a los países de bajos ingresos, especialmente a África.
Estas son las cosas que recordé cuando nos enfrentamos a COVID. Y desde el principio estuvimos diciendo: no deberíamos repetir el mismo error. Por eso surgió la idea de este acelerador y de COVAX. En realidad, no hay precedentes, nunca se han aprobado ocho vacunas en solo un año. Pero estamos fallando en la equidad de la distribución de las vacunas.
P: Usted es uno de los pocos líderes mundiales que hablan sobre COVID-19 que ha expresado algo de ira y frustración, mezclada con defensa de los intereses de las comunidades. ¿Por qué cree que tan pocos líderes mundiales están dispuestos a ser francos?
R: No creo que se la respuesta.
P: ¿Alguien de su círculo de familiares y amigos se ha enfermado gravemente o ha muerto a causa del COVID-19?
R: Sí. La más cercana es la madrastra de mi esposa. Y esto fue antes de que comenzara la vacunación, e incluso ahora probablemente no hubiera tenido acceso. Ella murió. Y hay otros, un poco más distantes.
P: La Operación Warp Speed se inició con el objetivo de vacunar a los estadounidenses y estableció muy pronto un objetivo de 300 millones de dosis. No fue diseñada para vacunar al mundo. Fue diseñada para que el presidente Donald Trump cumpliera con el pueblo estadounidense y protegiera al país. ¿Y si hubiera habido una administración diferente que hubiera tenido una visión más global?
R: El problema de centrarnos únicamente en un país es que no utilizamos todo el potencial del mundo entero. Yo primero acudiría al G7, y están aquí. Yo hablaría con el G20, que controla el 80% del PIB [producto interior bruto]. Pueden influir en todo el mundo. Lo que venimos solicitando desde el principio: solidaridad, todos contribuyen a la canasta.
P: ¿Qué opina de la administración Biden?
R: Esta persona ha cambiado todo, lo ha puesto patas arriba. Todo ha cambiado de la noche a la mañana. Desde el primer día, cuando Biden revocó la decisión [de la administración Trump] de retirar fondos a la OMS, ha mostrado su compromiso. Y EE UU ha hecho la mayor donación de dosis de vacunas. Agradecemos la ayuda y esperamos que otros líderes sigan su ejemplo y hagan una contribución significativa. No podemos pedirle a EE UU que lo haga solo.
P: Recientemente ha estado hablando de la idea de un tratado pandémico. ¿Cuál es la esencia de esa idea y, si existiera, cómo nos habría afectaría ahora?
R: Uno de los desafíos a los que nos hemos enfrentado es el de compartir. Compartir información, compartir datos y compartir patógenos o material biológico. Compartiendo tecnología, como se hace ahora con las vacunas. Otro problema es la coordinación global. Si tuviéramos un tratado, el impacto de todos estos desafíos podría haberse abordado o minimizado, especialmente si fuera vinculante. Necesitamos tener un marco que realmente le diga al mundo, a todos los interesados, qué es lo que deben hacer.
P: ¿Parte de la idea con este tratado es que sea vinculante con respecto a las exenciones de propiedad intelectual (PI) para vacunas y otros medicamentos?
R: La exención de propiedad intelectual es una opción y es clave, especialmente en condiciones de emergencia. Incluso TRIPS [un acuerdo de la Organización Mundial del Comercio] tiene una disposición para utilizar una exención de propiedad intelectual en condiciones de emergencia. En situaciones sin precedentes, se deben tomar medidas sin precedentes. Si no lo vamos a usar ahora, ¿cuándo lo usaremos? Para empezar ¿Por qué lo establecimos?
Soy un firme partidario de la propiedad intelectual. Estoy muy agradecido con el sector privado. Y no creo en quitarles la propiedad intelectual. De hecho, propuse dar incentivos, algunas compensaciones [a cambio de una exención de propiedad intelectual]. Al mismo tiempo, las empresas también tienen una responsabilidad social. Esto afecta a todo el mundo. ¿A quién le gustaría que el mundo fuera rehén de un virus? Las empresas pueden obtener ganancias con el 99% de sus medicamentos. Estamos hablando del 1%.
P: Intentó lanzar un programa para compartir la propiedad intelectual llamado Grupo de Acceso a la Tecnología COVID-19 (C-TAP). ¿Le sorprende que no haya participado ninguna empresa de vacunas?
R: Es un sentimiento mixto: sorprendido, no sorprendido. La responsabilidad social es algo que cabría esperar de un ser humano decente cuando el mundo entero arde.
P: Me imagino que ha estado hablando por teléfono con líderes de compañías que producen vacunas y les ha dicho lo que acaba de decirme. ¿Estoy en lo cierto?
R: Tienes razón. Los animo a ayudar. Es la misma respuesta, el mismo argumento: incluso si transferimos la tecnología, existe este problema, múltiples propietarios de las diferentes patentes, todo eso.
P: COVAX tenía inicialmente el objetivo de vacunar al 20% de la población mundial para fines de este año. Pero la Unión Africana quería apuntar al 60%. ¿Qué piensa usted de eso?
R: Cuando COVAX dice 20%, no significa que África o cualquier país individual no pueda hacer más. Puede considerar el 20% como la contribución de COVAX. Y luego África puede usar otras opciones. COVAX es la base, lo mínimo, y luego los continentes, las regiones o los países pueden tener sus propios objetivos.
P: Ha sido criticado por la relación de la OMS con China. Pero a menudo hay poca comprensión sobre la clase de poder que realmente tiene. Como representa a los estados miembros, sus manos siempre estarán atadas, de una forma u otra. Hay límites a lo que puede hacer con cualquier país para que se abra, sea transparente o contribuya. Tengo curiosidad por saber si algo se podría haber hecho de manera diferente con China.
R: Ser una organización con estados miembro no significa que simplemente hagamos lo que los estados miembro nos piden. Por ejemplo, el problema entre la OMS y la anterior administración de EE UU fue en respuesta a que nos negamos a hacer algo. No es no, porque no es correcto hacerlo.
P: ¿A qué le dijo que no?
R: No creo que deba entrar en ese detalle específico. Pero era algo que esta organización no debería hacer. Y dijimos: “No”.
P: Dijo que no a la administración Trump.
R: Exactamente. Y ese fue el problema. Luego nos culparon por no ser independientes. Pero si decimos que no a solicitudes y preguntas injustas, eso es independencia.
Entonces, si toma a China y el estudio sobre el origen del virus, explicamos cuáles son los desafíos, especialmente que no hubo suficiente cooperación, y hubo reticencia en compartir los datos sin procesar, especialmente durante los primeros días, y los presionamos. Al mismo tiempo, debido a que la evaluación de la hipótesis de laboratorio no estuvo bien desarrollada, dijimos: “Todas las hipótesis están abiertas”. Si hay un tema sobre el que la OMS se debe manifestar claramente, lo hacemos.
P: Pero ha sido muy criticado por un informe que hizo la OMS, con su imprimatur, diciendo que la hipótesis del laboratorio es extremadamente improbable.
R: Ahí es donde hay un malentendido. El grupo proviene de diferentes instituciones y de diferentes países, y son independientes. Solo dos miembros del personal de la OMS trabajaron con ellos. Ellos diseñaron su estudio. Y solo dijimos: “Está bien, hay avances, pero existen estos desafíos”. Y lo dijimos abiertamente. Tratamos a China de la misma manera que tratamos a todos los países.
P: Cuando aparezca el SARS-CoV-3 o el H17N28 o el VIH-3, lo que sea, y usted esté sentado donde está sentado ahora, ¿qué hará el primer día de manera distinta?
R: Si está pidiendo una fórmula mágica, no hay una fórmula mágica. Nombré una comisión de alto nivel muy independiente para evaluar la situación y hacer recomendaciones. Hicieron una evaluación independiente muy imparcial, de la que estamos muy orgullosos. Tenemos que calmarnos y trazar un plan claro para responder a la próxima pandemia. Pero tenemos que ser muy, muy serios para aprender de esta experiencia y hacer cosas que sean lo más ambiciosas posible, y que serán impactantes. Y espero que el mundo en conjunto tome en serio esas recomendaciones e identifique las áreas que podemos abordar para prevenir la próxima pandemia o para detectarla temprano, y gestionar y minimizar el impacto.
P: Quiero preguntarle sobre su propia vacunación. ¿Cuál fue la fecha en que recibió su primera dosis?
R: 12 de mayo.
P: Es el jefe de la OMS. Podría haber dicho en diciembre de 2020: “Estoy listo”. ¿Por qué esperó?
R: Creo que sé a qué país pertenezco: a un país pobre llamado Etiopía, en un continente pobre, África. Con los privilegios que tengo aquí, tal vez tuve la oportunidad de tenerla antes. No quiero usar eso, porque quiero que se me recuerde todos los días que la vacunación debe comenzar en África. Quería esperar hasta que África y otros países de otras regiones, países de bajos ingresos, comenzaran a vacunarse
Tengo experiencia como trabajador de la salud y pertenezco a uno de los grupos de riesgo. En esa época estaban empezando a vacunar a los trabajadores de la salud y a los grupos de riesgo [en África], así que pensé que era mi turno. De hecho, estaba verificando mi turno en comparación con lo que obtendría en África, no en Ginebra. Yo estaba protestando.
P: ¿Qué vacuna recibió?
R: Ni siquiera pregunté. [Un asistente] estaba conmigo y tenía que preguntar. Pero no me importaba.
P: ¿Cómo se sintió una vez vacunado?
R: Sigo sintiendo que estamos fallando. Estaba recibiendo mi vacuna con un sentimiento de decepción.