Ética
Anualmente, las empresas farmacéuticas regalan cientos de miles de libras en financiamiento “oculto” a grupos de parlamentarios y colegas que hacen campaña sobre temas de salud, lo que según una investigación podría constituir “influencia indebida”.
Los investigadores afirman que la industria farmacéutica ha establecido una “red oculta de influencia política” sobre docenas de grupos parlamentarios de todos los partidos (GPTP en inglés APPG) en Westminster, ya que les ha hecho cientos de pagos “no transparentes”, y son parte del esfuerzo más amplio que hace la industria para presionar a aquellos en el poder.
Los resultado [1] cuestionan la independencia de los GPTPs, los grupos de voluntarios que apoyan intereses especiales de ambas cámaras del parlamento y que buscan influir a los ministros y departamentos del gobierno a través de informes, consultas y reuniones en Westminster.
Los académicos de la Universidad de Bath Hay descubrieron que hay 58 GPTP que se centran en diferentes aspectos de la salud, que entre 2012 y 2018 recibieron 468 pagos por un total de casi £2,2 millones en fondos directos e indirectos de empresas farmacéuticas. Los GPTPs no reciben ningún dinero del parlamento para sus actividades, que a menudo incluye entrevistas con los ministros y el envío de informes.
Los autores, en un artículo publicado en PLOS One concluyen: “En el contexto de los GPTP relacionados con la salud, los pagos de la industria farmacéutica representan conflictos de interés institucionales, ya que generan circunstancias en las que el interés principal, la formulación de políticas en interés de la salud pública, corre el riesgo de verse indebidamente influenciada por un interés secundario, el objetivo de la industria farmacéutica de maximizar sus beneficios”.
Según Emily Rickard y el Dr. Piotr Ozieranski, del departamento de ciencias sociales y políticas de la universidad de Bath, las compañías farmacéuticas pueden utilizar su estrecha relación con los GPTPs para influir en sus investigaciones, defender políticas que favorezcan sus intereses comerciales y verlo reflejado en los informes, todo sin que el público conozca esos vínculos.
Los autores explicaron que los investigadores descubrieron esta larga historia de financiación al analizar el registro de los GPTPs que tiene el parlamento y los informes de divulgación de pagos de las compañías farmacéuticas. Ambas fuentes contienen información sobre la financiación de los GPTPs por parte de las grandes farmacéuticas, y también sobre la financiación de organizaciones benéficas de salud, que a menudo actúan como secretaría de los GPTPs. Pero los detalles que obtuvieron a menudo eran vagos, incompletos y difíciles de entender.
Su investigación encontró que:
16 APPGs relacionadas con la salud recibieron 168 pagos de 35 empresas farmacéuticas por valor de £1,2 millones en 2012-18, una sexta parte de su financiación total
Dos APPG, sobre salud y cáncer, aceptaron más de £600.000 durante ese periodo
50 APPGs centradas en salud recibieron casi otro millón de libras esterlinas en 304 pagos de organizaciones de pacientes u organizaciones benéficas de salud, que a su vez reciben dinero de las grandes farmacéuticas.
“No atacamos a ninguna APPG ni alegamos irregularidad alguna. Sin embargo, existe un dilema. Las APPGs son una parte clave de la formulación de políticas y está claro que el dinero de las empresas está entrando financiando a las APPGs”, dijeron Rickard y Ozieranski a The Guardian.
“Se debe hacer algo para mitigar esta posible influencia que los ciudadanos normales o las ONG no pueden ejercer”.
Las revelaciones generaron llamados a una mayor apertura sobre la procedencia de la financiación de APPGs.
“Las APPGs tienen un papel importante en lograr que el gobierno rinda cuentas y en definir las políticas, pues reúnen las voces de todo el espectro político y de varias partes interesadas”, dijo el Dr. John Chisholm, presidente del comité de ética médica de la Asociación Médica Británica.
“Sin embargo, es de vital importancia que haya una transparencia total sobre quién está detrás de estos grupos, y qué es lo que está impulsando sus llamados al cambio. Esto es especialmente importante para el desarrollo de la política de salud, que se debe basar en el principio de mejorar la salud de la población y no correr el riesgo de verse influida por otros intereses en conflicto”.
Justin Madders, el responsable de salud de la oposición dijo: “Es muy preocupante que las grandes farmacéuticas y otros intereses creados esten usando a estos grupos, que se establecieron con las mejores intenciones, para eludir las reglas normales sobre probidad y transparencia.
“Se necesitan reglas más claras sobre la financiación y los conflictos de interés para garantizar que importantes problemas de salud no se utilicen como vehículo para impulsar los intereses privados”.
Pero Lord Hunt de Kings Heath, un laborista y tesorero del grupo parlamentario de salud que incluye a todos los partidos, respondió que el hecho de que el parlamento no financie a las APPG las deja a merced de organizaciones externas.
“Las APPGs necesitan mucho apoyo para funcionar de forma eficaz. No hay financiación disponible, por lo que es inevitable que se pida financiación a organizaciones externas”, dijo.
“En estas circunstancias, es importante que los parlamentarios que actúan como funcionarios honorarios se aseguren de que los patrocinadores financieros no influyan indebidamente en los resultados del trabajo de las APPGs.
“Ese es ciertamente el caso de la APPG de salud, donde los patrocinadores no se acercan en absoluto a nuestras decisiones sobre los programas”.
Elliot Dunster, de la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica, dijo: “Las APPGs facilitan las discusiones abiertas y transparentes entre parlamentarios, pares y partes interesadas. Varios de estos grupos cuentan con el apoyo de organizaciones benéficas, asociaciones comerciales y empresas para realizar investigaciones, informes y reuniones.
“Existe una guía parlamentaria estricta sobre las APPGs y un registro completo; no hay fondos ocultos de las compañías farmacéuticas para los parlamentarios”.
Referencias