Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.
Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.
Resumen:
En las últimas décadas, la población brasileña de adultos mayores ha crecido mucho como resultado del aumento de la esperanza de vida, los cambios en la gestión de las políticas públicas, y los avances en la tecnología y en la organización del sistema de salud. Sin embargo, los adultos mayores están más expuestos a problemas de salud y particularmente a los relacionados con el uso de medicamentos, porque se pueden usar de forma inadecuada, se pueden estar tomando varios medicamentos para la misma dolencia, y por la polifarmacia. En esta etapa de la vida, la polifarmacia es frecuente, lo que puede aumentar el riesgo de eventos adversos.
El objetivo de este artículo es verificar cuantitativa y cualitativamente los medicamentos de uso continuo y ocasional que utilizan los adultos mayores que residen en una institución de larga estancia. Se trata de un estudio descriptivo transversal realizado en una institución de larga estancia de Campo Grande (Mato Grosso del Sur), entre febrero y agosto de 2018. Para el análisis de la información sobre medicamentos se utilizó la clasificación Anatómico-Terapéutica-Clínica (ATC) hasta tercer nivel (subgrupo farmacológico) y para los más consumidos hasta el subgrupo químico.
Según las historias clínicas de 52 adultos mayores se prescribieron un total de 434 fármacos, con un promedio de 8,3 fármacos por persona. Los más prescritos fueron para el sistema nervioso (46,54%), seguido del sistema cardiovascular (25,81%) y sistema digestivo y metabólico (11,98%). Los subgrupos más prescritos fueron los psicotrópicos, incluyendo antipsicóticos y antidepresivos, agentes que actúan sobre el sistema renina-angiotensina e hipolipemiantes.
Es necesario tener un plan de atención, con seguimiento farmacoterapéutico y la participación activa del farmacéutico clínico para reducir la prescripción de fármacos, lo que contribuiría a la mejora de la calidad de vida de los ancianos institucionalizados.