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Ética

Conducta de la Industria

La industria farmacéutica y la falta de innovación

Salud y Fármacos
Boletín Fármacos: Prescripción, Farmacia y Utilización 2022; 25(3)

Tags: agencias reguladoras, oncología, ánimo de lucro, contribuir a la ciencia, responder a accionistas, cambio en conducta de la industria, minimizar el riesgo de fracaso, aumento de precios, bolsa de valores, gasto farmacéutico, gasto farmacéutico como parte del gasto en salud

Robert Pearl ha publicado en Forbes un artículo en el que discute la falta de innovación farmacéutica [1]. El artículo, que resumimos a continuación dice que, en los últimos 12 meses, la FDA ha aprobado 42 medicamentos nuevos. A juzgar por los hiperbólicos comunicados de prensa, estaríamos en un momento de gran innovación. Sin embargo, Pearl confirma que los grandes avances farmacéuticos son extremadamente raros. La inmensa mayoría de los fármacos “superventas” representan una mejora mínima (si es que hay alguna) respecto a los tratamientos existentes.

Según el autor esto se debe a que la industria se rige por el principio de maximizar los beneficios del medicamento minimizando el riesgo de fracaso. Afirma que esto no siempre ha sido así, y menciona ejemplos de medicamentos que requirieron un gran esfuerzo y mucho tiempo de investigación, incurriendo en costos elevados que podían llevar a las empresas involucradas a la quiebra. Nombra los ejemplos de la insulina y la penicilina, descubiertas en 1921 y 1928, respectivamente; la mecloretamina, un arma de guerra química de la década de 1940 que se utiliza en quimioterapia; la clorpromazina descubierta en 1951; los anticonceptivos; y la zidovudina o AZT para tratar el VIH/SIDA.

En esa época, como dijo George Merck en 1950, al final de su mandato de 25 años como director general de Merck: “Intentamos no olvidar nunca que la medicina es para la gente. No es para generar beneficios. Los beneficios vienen después”.

El cambio de perspectiva ocurrió en la década de 1980, cuando se desregularon las empresas y se disparó la bolsa de valores. Durante los 12 años siguientes las acciones de las farmacéuticas se dispararon más de un 950%. En la década de 1990, los enormes salarios de los directivos y los precios desorbitados de los medicamentos se habían convertido en la norma. La industria dejo de centrarse en salvar vidas y empezó a priorizar el aumento del valor para los accionistas, y empezaron a subir los precios.

En EE UU, entre 1960 y 1980, las ventas de medicamentos de venta con receta se mantuvieron bastante estables como porcentaje del producto interno bruto de EE UU, consumiendo sólo el 5% del gasto en salud. Entre 1980 y 2000, las ventas se triplicaron, y en la actualidad representan el 16,7% de todo el gasto en salud.

Un informe descubrió que 9 de los 10 principales fabricantes de medicamentos gastan miles de millones más en marketing que en I+D. Otra investigación señaló que 80 centavos de cada dólar de las ventas de medicamentos de venta con receta se destinan a algo distinto de I+D, tales como beneficios, gastos generales, impuestos, etc [2]. Es más, un análisis de 2019 encontró que los fabricantes de medicamentos podrían permitirse perder mil millones de dólares en ventas y seguir siendo el sector industrial más rentable de la nación.

Para aumentar las ventas, las empresas invierten en promoción. Los productores de dos medicamentos Aduhelm y Trodelvy, de eficacia limitada o nula para tratar el Alzheimer y el cáncer de mama, han emitido un total de 70 comunicados de prensa sobre sus respectivos medicamentos estrella (34 de Biogen y 36 de Gilead).

Los cerca de 90 fármacos oncológicos nuevos que la FDA ha aprobado durante este siglo, han producido un aumento medio de la esperanza de vida es de apenas 73 días.

El desarrollo de las vacunas covid ha representado un riesgo mínimo para las empresas, ya que el gobierno federal pagó gran parte de los costes de desarrollo a través de décadas de investigación financiada por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) y minimizó los riesgos para las empresas adelantando US$18.000 millones.

Al centrarse en los beneficios económicos, las empresas no invierten en desarrollar productos para responder a las necesidades clínicas, como por ejemplo los antibióticos, porque generalmente se utilizan por periodos cortos y no les resultan rentables. En cambio, están invirtiendo en más de 600 medicamentos contra el cáncer, porque los pueden vender a precios altos – US$120.000 o más por año.

Referencias

  1. Pearl R. Breaking The Rules Of Healthcare: Overpaying For Drugs That Underachieve. Forbes, 13 de junio de 2022. https://www.forbes.com/sites/robertpearl/2022/06/13/breaking-the-rules-of-healthcare-overpaying-for-drugs-that-underachieve/?sh=40a1c6c02c43
  2. GAO. Drug Industry: Profits, Research, and Development Spending, and Merger and Acquisition Deals, GAO- 18-10, noviembre 2017 https://www.gao.gov/assets/690/689292.pdf
  3. Mahase E. FDA allows drugs without proven clinical benefit to languish for years on accelerated pathway BMJ 2021; 374 :n1898 doi:10.1136/bmj.n1898
creado el 5 de Diciembre de 2022