El 2022 no está siendo un gran año para Biogen. El laboratorio ha renunciado a la comercialización de su medicamento contra el Alzheimer y ha decidido mantenerlo para aquellos pacientes que ya están en tratamiento. A eso se suma ahora un pago de cerca de €890 millones (US$900 millones) para resolver una demanda de sobornos a médicos.

El informe de resultados correspondiente al segundo trimestre de 2022 dice “Hemos registrado US$900 millones relacionados con un acuerdo para resolver un litigio relacionado con una conducta anterior a 2015”; y añade “este acuerdo no incluye ninguna admisión de responsabilidad y está sujeto a la negociación de acuerdos y documentos finales de liquidación”. Este pacto se anunció una semana antes de que se celebrase el juicio.

La demanda, interpuesta por el exempleado de Biogen Michael Bawduniak en el año 2012, acusó a la compañía de destinar millones de dólares en sobornos a médicos entre 2009 y 2014. El objetivo era que estos profesionales de la salud recetasen sus medicamentos para la esclerosis múltiple Avonex, Tysabri y Tecfidera.

En concreto, Bawduniak alegó que Biogen, para evitar que sus medicamentos para la esclerosis múltiple perdieran cuota de mercado frente a los nuevos productos, pagó a sus mayores prescriptores por servicios que Biogen no necesitaba. Por ejemplo, el laboratorio pagó para que lo asesoran en temas sobre los que tenía toda la información que necesitaba, según recoge Greene LLP, firma que ha representado a Bawduniak. El exrepresentante médico de Biogen explicó que “el pago de sobornos permitió a Biogen competir en un mercado (el de los medicamentos para tratar la esclerosis múltiple) en el que solo unos pocos médicos prescriben”.

Con estos pagos, la compañía impulsó las ventas de los medicamentos, incluso cuando se introdujeron nuevos productos en el mercado. Tecfidera se convirtió en un fármaco de gran éxito tras su introducción en 2013, añadió Bawduniak.

El negocio de la esclerosis múltiple ahora
El acuerdo para resolver la demanda llega en un momento en el que el negocio de la esclerosis múltiple de Biogen no pasa por un buen momento.

De hecho, el medicamento que se convirtió en todo un éxito tras su lanzamiento en 2013, Tecfidera, ha registrado una caída en sus ventas del 18% en el segundo trimestre de 2022. Así, ha pasado de vender US$487 millones en 2021 a US$398 millones en 2022. Esto se debe a la competencia de genéricos y de los nuevos medicamentos. De hecho, la compañía espera que las ventas de este fármaco sigan cayendo a lo largo de 2022.

También Avonex ha visto reducidos sus ingresos durante el periodo mencionado. En este caso, las ventas han caído un 21,5%, hasta los US$488,3 millones.

El único de los tres medicamentos mencionados anteriormente que no ha registrado caídas es Tysabri. En este caso, las ventas han subido un escaso 1%, hasta situarse en los US$1.037 millones.

En lo que respecta a los ingresos totales, estos se han contraído en el primer semestre del año. Han pasado de los €5.358 millones de (US$5.469 millones) registrados en el mismo periodo de 2021 a €5.016 millones de euros (US$5.120 millones) en los primeros seis meses de 2022. Es decir, un 4,3% menos.

Nota de Salud y Fármacos. Ed Silverman publicó una nota sobre esta noticia que añade la siguiente información [1]. El último caso de alto perfil de este tipo involucró a Novartis, que hace dos años acordó pagar US$678 millones. En ese caso, el Departamento de Justicia de EE UU se unió a la demanda, pero no lo han hecho en el caso contra Biogen.

En un documento judicial, Biogen argumentó que la empresa no pagó “a sabiendas y deliberadamente sobornos en ninguno de sus programas” y que los programas de conferenciantes y consultores eran necesarios por la “complejidad del tratamiento de la esclerosis múltiple, que está evolucionando rápidamente”.

La demanda sostenía que Biogen identificaba a los médicos para ofrecerles honorarios por consultoría y conferencias. A partir de 2008, la empresa entabló relaciones con unos 1.200 médicos que, en ese momento, emitían el 60% de las recetas de tratamientos para la esclerosis múltiple. En 2010, Biogen pagó a 1.200 médicos un total de US$9,1 millones por dar una conferencia o por asesorar a la empresa.

La empresa también organizó reuniones de consultores, que aparentemente se celebraron para obtener información sobre el mercado de sus productos. Pero las reuniones las iniciaba el personal de marketing, no el departamento responsable de entender el mercado. En 2009 y 2010, por ejemplo, Biogen invitó a 200 de los principales prescriptores a un lujoso complejo turístico y pagó a cada uno de ellos aproximadamente US$6.500.

La farmacéutica también recurrió a las cenas para generar interés entre los médicos. En 2010, Biogen organizó 832 cenas y pagó a 367 médicos para que asistieran, lo que significa que cada médico fue invitado a entre dos y tres cenas en 2010. Sin contar el coste de la comida, que siempre era en un restaurante de lujo, la tarifa media por “hablar” en una de estas cenas era de US$2.500, según la demanda.

Endpoints [2] informó que el crecimiento de Vumerity, el fármaco que sigue a Tecfidera, no fue suficiente para compensar el descenso en las ventas de los otros medicamentos para la esclerosis múltiple. Las ventas de Vumerity en los últimos tres meses aumentaron de US$46 millones a US$137 millones. Los medicamentos contra la esclerosis multiple de Biogen, además de la competencia de genéricos, compiten con Ocrevus, el anticuerpo de Roche, y Kesimpta, de Novartis, que han experimentado un rápido crecimiento.