Las vacunas son un éxito de salud pública, ya que han prevenido o disminuido los efectos de muchas enfermedades infecciosas. Para abordar las preocupaciones sobre las posibles lesiones causadas por las vacunas, la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, por sus siglas en inglés) administra el Programa de Compensación por Lesiones Causadas por Vacunas (VICP, por sus siglas en inglés) y el Programa de Compensación por Lesiones por el Uso de Contramedidas (CICP, por sus siglas en inglés), que se utilizan para compensar a los que afirman que fueron lesionados por vacunas de rutina o contramedidas médicas, respectivamente. Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina han contribuido a establecer la base científica para decidir cómo administrar el VICP durante décadas.
La HRSA pidió a las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina que convocaran a un comité de expertos para revisar la evidencia epidemiológica, clínica y biológica sobre la relación entre las vacunas contra la covid-19 y los eventos adversos específicos, así como la administración intramuscular de vacunas y las lesiones en el hombro. En este informe se esbozan los hallazgos y conclusiones del comité.
Nota de Salud y Fármacos. Según MaryAnne Demasi [1], este informe tiene problemas, porque no se incluyeron todos los datos y se desconocen los conflictos de interés del panel de autores. A continuación, algunos de los comentarios que ha hecho MaryAnne Demasi:
En enero de 2023, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NASEM, por sus siglas en inglés) anunciaron que convocarían a un panel de expertos independientes para llevar a cabo un "estudio de consenso" que revisara la evidencia de los daños de la vacuna contra el covid-19.
El panel "establecería, aceptaría o rechazaría una relación causal" entre las vacunas y una lista de 19 eventos adversos, incluyendo problemas graves como infertilidad, coágulos de sangre, accidentes cerebrovasculares y daño nervioso.
La revisión, que le había encargado la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA), tendría enormes ramificaciones porque sus hallazgos probablemente dictarían si las personas que presentaron un reclamo ante el Programa de Compensación por Lesiones de Contramedidas (CICP) recibirían una compensación por sus lesiones por la vacuna covid-19.
La tan esperada revisión, publicada en abril de 2024, se centró en las cuatro vacunas contra la covid-19 aprobadas en EE UU: Pfizer, Moderna, Johnson & Johnson y Novavax.
Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, el comité encontró que los datos eran insuficientes para aceptar o rechazar una relación causal.
El comité aceptó una relación causal entre la miocarditis y las vacunas de ARNm, y entre el trastorno de coagulación potencialmente mortal (TTS) y la vacuna de Johnson & Johnson, ambos eventos adversos surgieron poco después del lanzamiento de la vacuna en 2021.
Los daños neurológicos como el síndrome de Guillain-Barré (SGB) y la parálisis de Bell, que en revisiones sistemáticas se han relacionado fuertemente con la vacunación contra el covid [2], fueron rechazados por el comité.
El análisis de Fraiman, publicado en Vaccine en 2022 [3], también fue tergiversado. El estudio solo fue referenciado en una sección del informe de 336 páginas, y las dos oraciones dedicadas a describir el estudio contenían errores.
Los revisores se refirieron a ella como una "revisión sistemática de la Colaboración de Brighton". Pero no se trataba de una revisión sistemática, sino de un reanálisis de los ensayos pivotales de las vacunas de ARNm, y ninguno de los autores pertenecía a la Colaboración de Brighton. (En su lugar, utilizaron listas públicas de eventos adversos de interés especial publicadas por la Colaboración de Brighton).
El panel declaró que la frecuencia de los eventos en el análisis de Fraiman no se alineaba con el de la FDA, pero los autores de Fraiman en realidad obtuvieron sus cifras de los documentos que Pfizer presentó a la FDA.
Y finalmente, declaró que el análisis de Fraiman no hizo "ninguna inferencia sobre la causalidad o la asociación". Sin embargo, los autores volvieron a analizar los ensayos controlados aleatorios, que son el estándar de oro para establecer causalidad y, de hecho, hicieron declaraciones sobre asociaciones en el artículo.
Un portavoz de NASEM declaró: "Como no se detectaron conflictos de interés financieros para ninguno de los miembros de este comité, no se revelaron conflictos financieros en la página web del estudio ni en el informe".
Pero tardé menos de un minuto en buscar en Google los nombres de los miembros del comité para descubrir que Thomas Lee Ortel, por ejemplo, había recibido 327 pagos por un total de más de US$492.000 en 2022 de Takeda Pharmaceuticals, un fabricante de vacunas.
El presidente, George Isham, de HealthPartners, y la vicepresidenta, Anne Bass, de Weill Cornell Medicine, trabajan en departamentos que, en los últimos cinco años, han recibido alrededor de US$40 millones y US$1.000 millones, respectivamente, de los Institutos Nacionales de Salud, que participaron en el desarrollo de la vacuna de ARNm de Moderna.
Y Cody Meissner, profesor de la Facultad de Medicina Geisel de Dartmouth que fue uno de los revisores del informe de NASEM, es actualmente miembro del comité asesor de vacunas de la FDA y votó a favor de autorizar las vacunas y los refuerzos de vacunas contra el covid-19.
Pregunté a NASEM si reconsideraría publicar todas las declaraciones de conflictos de interés del panel en aras de la transparencia.
En respuesta a mis preguntas, NASEM dijo que había actualizado las biografías de dos miembros del comité solamente: los doctores James Floyd y Thomas Ortel.
Referencias