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Regulación y Políticas
Asia

China: Magnate ofrece ayuda para la atención médica
Traducido por Boletín Fármacos de: Calum MacLeod, Chinese tycoon offers health care help, USA Today, 21 de noviembre de 2006.

En los años setenta, la madre de Liu Qun iba de pueblo en pueblo con una caja de medicinas en su espalda como uno de los “médicos descalzos” del Presidente Mao. “Salvó vidas”, evoca Liu que siendo un muchacho la ayudó a dar inyecciones y preparar remedios”. Aún tengo su caja de madera con la cruz roja.”

Tres décadas después, es el turno de Liu. El millonario rechoncho que hizo una fortuna en la industria farmacéutica ofrece, a los campesinos pobres, descuentos en medicinas y en exámenes médicos por una cuota anual de US$1,30 por persona. El Programa de Bienestar y Atención Médica Chino de Liu, una alianza de hospitales, fabricantes de medicamentos y aseguradoras, ha enrolado a 300,000 miembros desde abril. Liu dice que su compañía, el Changlong Group, no obtendrá ganancia hasta que el número de miembros llegue a 2 millones de personas.

Liu, de 41 años, y otros empresarios están llenando un vacío de casi 30 años que ha creado la economía de mercado. Al liberar la economía, el gobierno ha trasladado los costos del bienestar social del estado a los empleadores e individuos. En este proceso, ha desmantelado la comunidad de cooperativas médicas que proporcionaban a los campesinos de China un plan gratis y básico, pero casi universal, para el cuidado de salud.

Los médicos descalzos de Mao se han ido hace mucho tiempo. En su lugar hay una epidemia de miseria en la China rural. El mes pasado el Presidente chino Hu Jintao prometió más médicos, medicamentos y vigilancia estatal para el campo que se ha quedado muy atrás con respecto a las florecientes ciudades de China. La promesa es parte del plan de Hu para reenfocar el Partido Comunista hacia programas sociales en lugar de la política de ‘primero la economía’ de los últimos años.

La crisis de la atención médica en el campo es parte de una ola de descontento rural provocada por la expropiación de tierras, corrupción y ampliación de la brecha entre el ingreso urbano y el rural. Este mes, 2.000 personas saquearon un hospital al sudoeste de la provincia de Sichuan y lucharon contra la policía luego de la muerte de un niño. Según el Centro de Información de Hong Kong sobre Derechos Humanos y Democracia, los médicos le habían dicho al abuelo que necesitaban más dinero para tratar al niño que había ingerido sustancias químicas por accidente.

El costo del cuidado de la salud
Según la Naciones Unidas, las altísimas cuotas han hecho que la atención en hospitales y clínicas resulte inalcanzable para muchos campesinos con un ingreso anual medio de US$300. El Ministerio de Salud de China dice que los altos costos dejan un tercio de los pacientes rurales sin acceso a tratamiento hospitalario. El ministro informa que el cuarenta y cinco por ciento de los pacientes rurales que son hospitalizados intentan salir antes de haberse recuperado ya que no pueden permitirse el lujo de quedarse. Un estudio de la OMS indica que las ciudades chinas contienen 20% de los 1.3 mil millones de personas del país pero cuentan con el 80% de los recursos médicos.

Cobrar más de lo debido es tan común que los medios de comunicación estatales, como el China Youth Daily y el China Daily se han referido a los médicos como los “lobos vestidos de blanco”. Carentes de fondos centrales, algunos hospitales y médicos confían en el hongbao – sobres rojos con coimas (mordidas)- de los pacientes y fabricantes de droga.

“Hay abusos en el sistema”, dice Peter Zanello, un consultor estadounidense de equipos médicos que ha trabajado en China desde 1988. “Antes, la salud no costaba casi nada y muchas personas tenían su danwei (lugar de trabajo) que pagaba por ellos. Ahora más pacientes tienen que pagar de sus propios bolsillos.” En Sichuan se expresa la desesperación de la China rural con atención médica mediante el refrán: Cada vez que suena la sirena de una ambulancia, debe venderse un cerdo; y una vez que se duerme en la cama de un hospital, se pierde la cosecha de un año.

He Guoying, de 78 años, un granjero que sufre del corazón y páncreas es un caso típico. Ha podido tratarse en el Hospital del Pueblo de Nanchuan en el área de Chongqing sólo porque sus vecinos le han prestado dinero. Comenta: “Las personas como yo no pueden afrontar honorarios médicos y medicamentos caros”.

Ye Yuanxi, especialista de la medicina forense y director de un instituto médico independiente en Chongqing, lucha para poner en evidencia los abusos. Las quejas por malapráctica se apilan sobre su escritorio, incluyendo el caso de Huang Tingyu, una niña de 4 años, quién se cayó y se fracturó el hueso del muslo en junio de 2005; sus padres pagaron $2.500 por el tratamiento porque los médicos continuaron indicando prácticas caras. “A esta niña se le efectuaron 34 radiografías en 53 días, a veces cuatro por día”, dice. La radiación “la dañará a largo plazo, pero el hospital no se preocupó por su salud, sino por la ganancia”. Ye rehusó a identificar el hospital de Chongqing, por miedo a represalias.

A pesar de los abusos, el cuidado médico en China ha avanzado mucho en muy poco tiempo. La esperanza de vida promedio del país era 35 años en 1949, cuando los comunistas fundaron la República Popular China. Según el Ministerio de Salud, en 1978 -después que Mao desplegó un ejército de médicos para brindar atención básica a los campesinos – la esperanza de vida casi se duplicó a 68 años. Aun así, las ganancias han sido desiguales. En un estudio de la OMS sobre equidad en atención médica, realizado en 2005 en 190 países, China se ubicó en el cuarto lugar comenzando del último puesto.

La ayuda médica
La solución del Presidente chino Hu para la crisis es una enorme dosis de intervención gubernamental. En 2010, Beijing quiere un programa de seguro médico subvencionado por el estado para cubrir los 800 millones de residentes rurales. Según las Naciones Unidas, el noventa por ciento no tiene seguro médico de ninguna índole. Las primeras señales indican que la inercia burocrática podría minar el plan de Hu para lograr una atención médica más justa. Una comisión de alto nivel sobre atención médica comenzó a reunirse en septiembre. El China Daily indicó: “el hecho de que más de 10 departamentos del Consejo de Estado estén involucrados… da testimonio de la complejidad de la reforma médica China.”

El resto del mundo también tiene intereses en la reconstrucción del sistema de salud en China: Beijing pudo haber evitado casos si hubiera hecho una detección temprana del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en el 2003 y casos de gripe aviar el año pasado si no hubiera eliminado los informes iniciales sobre las víctimas rurales chinas.

Liu, el magnate de los farmacéuticos, dice que los planes de seguros privados pueden ayudar a llenar los vacíos que dejan los planes gubernamentales. Con su programa, los miembros obtienen una bolsa gratis de medicinas básicas como analgésicos, un 13,6% de descuento en las compras de medicamentos y hasta un 20% de descuento en los exámenes realizados en los hospitales miembros del programa.

Liu dice que su programa complementa la cobertura de enfermedades graves proporcionada por el incipiente programa público Nueva Cooperativa Rural. Ese plan que también cuesta US$1,30 por persona, ofrece a los miembros hasta 65% de reintegro por cualquier gasto de salud que exceda $76. No cubre el tratamiento preventivo o tratamiento de enfermedades comunes.

Liu dice que los burócratas lo consideran una amenaza. Añade: “Muchos funcionarios piensan que un acercamiento comercial [a la atención médica] no es correcto”. El médico forense Ye se pregunta si el programa medicamento-y-examen de Liu por US$1,30 puede arreglar cualquiera de los problemas básicos del sistema. Dice: “Es similar a una cadena de ventas directas”. Agrega “Las compañías farmacéuticas nunca perderán y los beneficiarios (verdaderos) no serán las personas comunes”.

Liu, que agradece a su madre por su dedicación a los demás, y añade que la resistencia oficial no ha atenuado su entusiasmo. Predice que su plan tendrá más de 20 millones de miembros en dos años. “No estoy asustado. Los funcionarios no pueden detener esto”, dice. “Nosotros queremos ayudar y beneficiaremos a las personas.”

 

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modificado el 28 de noviembre de 2013