ÉTICA Y DERECHO
Conducta de la industria
GlaxoSmithKline usó editores fantasma
Aislac, 20 de diciembre 2010
Documentos recientemente liberados por GlaxoSmithKline muestran que la compañía pagó a editores fantasmas para elaborar publicaciones que eran rubricadas por prestigiosos académicos.
De acuerdo al diario de noticias “ProPublica”, los documentos fueron liberados a raíz de un litigio que mantiene GlaxoSmithkline sobre uno de sus productos. La información sobre el uso de editores fantasma se remonta hasta finales de 1990 y demuestra cómo la compañía farmacéutica contribuyó a la financiación, edición y aprobación de materiales publicados en revistas médicas pero que fueron elaborados por editores fantasma y contaron con la rúbrica de prestigiosos académicos. Esta situación ha causado indignación y reacción de grupos de la sociedad civil que han solicitado a los Institutos Nacionales de Salud a que tomen medidas enérgicas en la publicación de ensayos de la academia médica.
El Manual de psiquiatría publicado en 1999 ha sido aludido en los documentos liberados, en el cual figuran dos co-autores médicos que en ese momento fueron presidentes de los departamentos de psiquiatría en las escuelas de medicina de la Universidad de Stanford y la Universidad de Emory.
Según los documentos, el editor fantasma identificado como Sally Laden, escribió un editorial publicado en el 2003 en una revista médica con la autoría atribuida a dos médicos más. Uno de ellos, Dwight Evans, presidente del departamento de psiquiatría de la Universidad de Pensilvania. Su co-autor, Dennis Charney, fue jefe de un programa de investigación para el Instituto Nacional de Salud Mental, mientras que Laden fue acreditado como "apoyo editorial"; sin embargo, otros documentos parecen sugerir que Laden jugó más que un simple papel de apoyo; un correo electrónico enviado a un empleado de GlaxoSmithKline, le pregunta sobre el estado de su pago "para escribir editoriales de Dwight Evans."
Laden también ayudó a cierto número de autores en un estudio del 2001, el cual fue financiado por GlaxoSmithKline en cuya conclusión sobre el antidepresivo de GSK, Paxil, se afirma que fue "generalmente bien tolerado y eficaz para el tratamiento de la depresión mayor en adolescentes." Dentro de unos años, los problemas con el estudio se hicieron evidentes y tanto los reguladores del Reino Unido y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos emitieron advertencias sobre Paxil.
Extraído de la siguiente dirección
http://www.propublica.org/blog/item/drug-company-used-ghostwriters-to-write-work-bylined-by-academics-documents