Ética
Investigaciones
Cuando divulgar lo que los médicos reciben de la industria no es suficiente (When sunshine doesn’t cast enough light)
Judy Butler
Pharmedout newsletter, noviembre 2019
https://sites.google.com/georgetown.edu/pharmedout/news/newsletter?authuser=0
Traducido por Salud y Fármacos
Podría darse el caso de que la luz del sol (transparencia y divulgación) no sea un desinfectante lo suficientemente fuerte para la industria farmacéutica y de dispositivos médicos (Nota: la autora utiliza una metáfora. En EE UU las leyes Sunshine son las que obligan a informar, en este caso se refiere a la ley que obliga a reportar los pagos de la industria a los proveedores médicos). ProPublica [1] analizó los pagos a los prescriptores durante los cinco primeros años de vigencia de la ley federal que exige la divulgación de esta información. Propublica ha calculado que los totales anuales alcanzan entre US$2.100 millones y US$2.200 millones. Más de 56 millones se otorgaron a cambio de conferencias o consultorías, o en forma de comidas, viajes y regalos; este análisis excluye los pagos de investigación.
ProPublica ofrece varios desgloses de la información y arroja resultados sorprendentes, incluyendo millones de dólares gasados en medicamentos de grandes ventas y pagos totales, en cinco años, para más de 2.500 médicos de al menos medio millón de dólares por persona. Pero quizás lo más preocupante es el gran volumen de prescriptores con los que la industria ha entablado relaciones en estos cinco años: “un millón de médicos, dentistas, optometristas, quiroprácticos y podólogos recibieron al menos un pago, la mayoría de las veces una comida” y casi un tercio de ellos recibieron un pago cada uno de los años analizados.
Estos pagos preocupan porque influyen en las prácticas de prescripción. Los médicos entienden que hay un conflicto de interés implícito [2] pero no aceptan que esto afecte su comportamiento [3]. Pero ¿qué industria gastaría US$2.200 millones sin recibir nada a cambio? Estudio tras estudio vincula los pagos relacionados con los medicamentos con un incremento en la prescripción de medicamentos específicos, incluyendo los medicamentos que se utilizan en oncología [4], cardiología [5], gastroenterología [6], psiquiatría [7] y neurología [8]. Limitar las relaciones con la industria ayuda: algunos centros médicos académicos que restringieron las visitas de los visitadores médicos mostraron reducciones en la prescripción de los medicamentos promocionados [9].
Estudios recientes se centran en la influencia de los pagos en la prescripción excesiva de opioides [10], cuya intensa promoción ha tenido consecuencias devastadoras. Un estudio encontró que los pagos relacionados con los opioides se asociaron con un aumento en la prescripción y con la prescripción de opioides más caros [11]. Otro estudio relacionó los pagos con una mayor prescripción de un opioide específico [12]. Los pagos también se relacionaron con la dosis: cada incremento del 1% en el pago se asoció a un aumento de 50 dosis diarias de recetas de opiodes. Otro estudio mostró que el almuerzo es importante: cada comida recibida en 2014 se asoció con un mayor número de facturas de opioides en 2015 [13]. Finalmente, un estudio documentó una asociación entre la promoción de opioides y las muertes por sobredosis de opioides [14]. El número de interacciones con los promotores de opioides se asoció más fuertemente a las tasas de mortalidad que el valor invertido en la promoción.
Si bien los prescriptores que reciben pagos continuos relativamente pequeños pueden cambiar su propio comportamiento prescriptivo, a menudo, los que reciben pagos grandes tienen mayor impacto en el entorno más amplio en el que se toman decisiones sobre medicamentos o dispositivos. Esta estrategia de pagar generosamente a líderes de opinión (Key opionion leaders KOL) que promueven los opioides [15, 16] e influyen en la discusión y en las políticas está bien documentada. Se utiliza a los líderes de opinión para promover los opioides, y también los usa toda la industria para promover muchos otros medicamentos y dispositivos médicos.
La mamografía 3D es un buen ejemplo de promoción excesiva de un dispositivo médico. Una investigación realizada por Kaiser Health News sobre el marketing de la mamografía 3D [17] muestra cómo combinando los pagos a los médicos con la propaganda dirigida a los consumidores, el cabildeo de los legisladores estatales y el financiamiento de expertos y defensores de los pacientes causó un aumento exponencial en el uso de esta nueva tecnología, aún cuando no se ha establecido que sea superior a la mamografía convencional. Sin embargo, la dosis de radiación es superior; las mamografías 3D exponen a las mujeres a mucha más radiación cancerígena que las mamografías convencionales. Los médicos pagados hablan en los medios, escriben trabajos de investigación y presionan para que se aprueben leyes que beneficien a la mamografía 3D, a menudo sin revelar sus relaciones con la industria.
Esta estrategia doble de la industria, que aprovecha los pagos pequeños y grandes para influir en la prescripción, le ha aportado buenos resultados. Hasta ahora, el informe sobre estos gastos no los ha reducido. Resulta que la ley que exige divulgar los pagos que reciben los profesionales de la salud no es suficiente para influir en la prescripción irracional, y necesitamos algo más fuerte para desinfectar a la medicina de la influencia de la industria.
Referencias