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EE UU. El costo real de la epidemia de opioides: se estima en US$179.000 millones en sólo 1 año (The real cost of the opioid epidemic: An estimated $179 billion in just 1 year)
Selena Simmons-Duffin
NPR, 24 de octubre de 2019
https://www.npr.org/sections/health-shots/2019/10/24/773148861/calculating-the-real-costs-of-the-opioid-epidemic
Traducido por Salud y Fármacos
En los tribunales hay varios juicios sobre los daños causados por la crisis de los opioides y quién debería pagarlos.
Miles de ciudades y condados están demandando a los fabricantes y distribuidores de medicamentos en tribunales federales. Para llegar a un acuerdo con cuatro de las compañías, a principios de esta semana se mencionó una cantidad tentativa de: US$48.000 millones. Parece mucho dinero, pero no llega a dar cuenta del costo total de la epidemia, según estimaciones recientes, y mucho menos de lo que podría costar solucionar el problema.
Por supuesto, hay un costo humano profundo que no se puede medir en dólares y centavos. Desde 1999 han muerto casi 400.000 personas por sobredosis relacionadas con opioides de prescripción o ilícitos. Desde 2016, el número anual de muertes por opioides o es comparable o ha excedido al número de muertes por accidentes de tráfico. Estas son vidas arrojadas al caos, familias destrozadas: no se puede poner una cifra en dólares a esos eventos.
Pero es importante entender el impacto económico. La estimación más reciente de esos costos proviene de un informe publicado este mes por la Sociedad de Actuarios y la firma de consultoría actuarial Milliman.
“Nos enorgullecemos de que sea una investigación objetiva y no partidista”, dice Dale Hall, director gerente de investigación de la Sociedad de Actuarios. Agrega, “no estamos aquí para influir en ningún procedimiento judicial”. Como actuarios, calculamos los montos financieros asociados con los riesgos, por ejemplo, para las compañías de seguros.
Entonces, ¿cuánto costó la epidemia en sólo un año, 2018? El número total al que llegaron fue de US$179.000 millones. Y esos son costos a cargo de toda la sociedad, tanto de los gobiernos que brindan servicios financiados por los contribuyentes (que se estima que representan aproximadamente un tercio del costo) como de individuos, familias, empleadores, aseguradoras privadas y más.
Para ver el gráfico haga clic en el enlace. https://apps.npr.org/dailygraphics/graphics/opioid-general-costs-20191023/
Cuando comienzas a dividir ese número, surge una imagen de cómo la adicción a los opioides se propaga en las comunidades y entre las generaciones.
Muertes por sobredosis: US$72.600 millones
Tiene sentido que el mayor contribuyente a los costos de la epidemia provenga de muertes por sobredosis, según Stoddard Davenport de Milliman, uno de los autores del informe.
“Cuando piensas en la vida de una persona que lucha con el trastorno por uso de opioides, la mortalidad temprana es el evento adverso más significativo que puede ocurrir, y creo que eso se confirma al ver el impacto económico”, dice.
Todos los días, 130 personas mueren por sobredosis de opioides. La mayoría de ellas están en el rango de edad de 25-55, justo en la mitad de sus mejores años de trabajo, y la mayoría de esos costos es por la pérdida de su potencial de ingresos.
“Los costos de mortalidad tienen un pequeño componente de atención médica al final de la vida, gastos médicos forenses y cosas así”, dice. “Sin embargo, la gran mayoría está compuesta por la pérdida de ganancias a lo largo de la vida”.
Los datos preliminares sugieren que las muertes por sobredosis disminuyeron en 2018 por primera vez en años, pero muchos expertos dicen que es demasiado pronto para decir si eso significa que ha habido un cambio.
Hall señala que si la cifra anual de muertes se mantiene en 47.000 en los próximos años “será sin duda un factor determinante en los costos económicos generales”.
Cuidados de salud: US$60.400 millones
La siguiente cantidad más grande proviene de los costos de atención médica. Los investigadores tomaron varias grandes bases de datos de facturas de seguros que habían sido codificadas para ocultar la identidad de los pacientes y marcaron aquellas cuyos códigos indicaban que habían tenido un trastorno por uso de opioides. Luego, los investigadores calcularon los costos generales de atención médica, no sólo los directamente relacionados con su adicción, sino también cualquier otro costo adicional, y los compararon con pacientes similares sin adicción.
Para ver el gráfico haga clic en el enlace https://apps.npr.org/dailygraphics/graphics/opioid-healthcare-costs-20191023/
“Observar la diferencia en los costos nos da una idea de cuánto más complicada es su atención médica y como impacta en los gastos al compararlos con los de otra persona que por lo demás sería comparable”, explica Davenport.
La adicción a los opioides está relacionada con otros problemas de salud. Los pacientes pueden tener dolor crónico o enfermedad mental que subyace a su adicción; enfermedades infecciosas como el VIH y la hepatitis C pueden propagarse entre los usuarios de drogas inyectables; y también puede haber costos más altos por otras afecciones como anemia, enfermedad hepática y enfermedad cardiopulmonar, según otro análisis de Milliman de principios de este año.
También hay costos de salud para las personas que viven en el mismo hogar que alguien con un trastorno por uso de opioides: sus vidas pueden ser más complicadas y su salud física y mental puede sufrir como resultado.
Luego están los costos para los bebés que nacen de dependientes de opioides, lo que se llama síndrome de abstinencia neonatal. “El efecto epidémico está comenzando a crear una segunda generación que se extiende a los niños y, lamentablemente, a los recién nacidos”, dice Hall. En 2018, esos costos fueron de US$800 millones, pero estiman que este año podrían ser de casi US$1.000 millones.
Todavía hay más costos que el informe no pudo capturar, incluyendo los elevados costos de los pacientes con trastorno no diagnosticado por uso de opioides y los posibles gastos de los niños nacidos con síndrome de abstinencia neonatal a lo lardo de su crecimiento.
Pérdida de productividad: US$26.500 millones
Cuando alguien es adicto a los opiáceos, es posible que no pueda solicitar o mantener un trabajo, o puede que esté encarcelado y no pueda trabajar. Los investigadores desglosaron esta sección en participación reducida de la fuerza laboral, absentismo, encarcelamiento, discapacidad a corto y largo plazo, y compensación por accidentes en el trabajo.
“Lo que estamos tratando de capturar es la cantidad de tiempo que la gente pasa sin realizar actividades económicamente productivas”, dice Davenport. Otros costos de productividad, como el “presentismo”, cuando alguien se presenta en el trabajo, pero no es tan productivo como lo sería, no se incluyeron.
También vale la pena señalar que muchos de estos costos recaen en empleadores privados, por ejemplo, y en familias con un miembro que no aporta ingresos a su hogar.
“Alrededor del 30% recae en los gobiernos federales, estatales y locales”, dice. “El resto [recae] en el sector privado y luego, por supuesto, en los individuos”.
Justicia penal: US$10.900 millones
Medir esta parte de los costos de la epidemia es muy diferente. Los investigadores capturaron los costos relacionados con la policía, los casos judiciales, las instalaciones correccionales y la propiedad perdida por el delito, explica Davenport. Analizaron los gastos de la justicia penal para ver “qué proporción de esos presupuestos totales involucran trastornos por uso de sustancias, y luego qué proporción de eso representan los opioides”.
Tener una adicción a los opioides aumenta dramáticamente las posibilidades de quedar atrapado en el sistema de justicia penal. Como informó NPR, sólo el 3% de la población general informó haber sido recientemente arrestada, estar en libertad condicional o en libertad supervisada. Para las personas con trastorno por consumo de opioides, eso aumentó hasta casi un 20%.
Asistencia y educación infantil y familiar: US$9.000 millones
El equipo adoptó un enfoque similar para calcular los costos de cosas como asistencia alimentaria, bienestar infantil, subsidios para la sobrevivencia y la vivienda, y la educación. Tomaron esos costos totales, descubrieron qué porción estaba relacionada con el uso de sustancias y qué parte de eso estaba relacionada con el uso de opioides.
La epidemia tiene un profundo impacto en las familias y las comunidades: los padres con trastorno por consumo de opioides tienen que navegar el proceso de tratamiento y, a veces, luchar por la custodia de sus hijos; el estado tiene que manejar casos de bienestar infantil y encontrar nuevos hogares para niños de crianza; y las escuelas están brindando asesoramiento para niños con padres adictos.
Para ver el gráfico haga clic en el enlace https://apps.npr.org/dailygraphics/graphics/opioid-family-costs-20191023/
Por lo general, la epidemia comienza en un lugar, pero luego se amplía”, dice Hall. “Estamos comenzando a ver una ampliación del impacto de la epidemia de opioides por sus efectos en la segunda generación”.
Hall agrega que también existen “los costos de educar a las personas sobre la epidemia y las formas de prevenir el trastorno por consumo de opiáceos en el futuro”. El año pasado, esos costos, principalmente subvenciones federales para los programas de educación primaria y secundaria ascendieron a US$1.200 millones.
Lo que falta: revertir la crisis
Estos son algunos números sólidos que captan la carga económica que actualmente representa la epidemia. Calcular lo que costará solucionar la crisis (tratar a los adictos, reducir las muertes por sobredosis y más) es otra historia.
“La noción de revertir significa que queremos abordar el problema existente, pero también comenzar a remediarlo”, dice Christopher Ruhm, profesor de política pública y economía de la Universidad de Virginia. Trabajó durante varios años en un plan de 30 años para revertir la crisis en Oklahoma, como parte de juicio interpuesto por ese estado contra varias compañías farmacéuticas.
Para Oklahoma, Ruhm estimó que un año de tratamiento, prevención, educación y vigilancia costaría US$836 millones. El juez del caso hizo sus propios cálculos y ordenó que Johnson & Johnson pagara US$572 millones, aunque la cantidad se ha ajustado desde entonces, y hay un proceso de apelación en curso.
Si escala los números de Ruhm para ese estado a todo el país, obtendrá US$69.000 millones para financiar programas de reversión durante un año.
“No digo que sea un cálculo apropiado en el sentido de que las cosas podrían ser diferentes en Oklahoma que en otros lugares”, advierte Ruhm. También hay costos que podrían surgir a nivel federal que no se incluyeron en el caso de Oklahoma, como la investigación de tratamientos eficaces contra la adicción.
Aun así, le da una idea aproximada, a medida que la sociedad comienza a hacer un balance de lo que esta epidemia está costando, de cuánto costará tratar de solucionarlo y quién debería pagar en última instancia.