Un investigador médico de Tri-Cities (Kennewick, Pasco y Richland) que recibió US$5,6 millones fingiendo y falsificando ensayos con medicamentos en humanos podría ir a prisión por el resto de su vida.

Sami Anwar, de 42 años, afirmó que estaba ayudando a probar medicamentos diseñados para tratar diferentes enfermedades y afecciones, cuando realmente estaba tirando los medicamentos de los estudios por el desagüe. Luego, según los documentos judiciales, mintió sobre los medicamentos que se inyectan en pacientes humanos.

Anwar usó sus dos compañías de Richland, Mid-Columbia Research y Zain Research, como centros legítimos de ensayos clínicos en humanos.

Luego, “proporcionó montañas de datos falsos de estudios clínicos sobre la seguridad y la eficacia de los medicamentos a docenas de compañías farmacéuticas y, a través de ellas, a la FDA”, dijo el fiscal federal William D. Hyslop en un comunicado de prensa.

Los estudios abarcaron todo tipo de cosas, desde enfermedades cardíacas, diabetes y enfermedades pediátricas hasta el tabaquismo, la cirrosis y la sarna en los adolescentes.

La semana pasada, después de un juicio de tres semanas en el tribunal federal de Richland, Anwar fue condenado por 47 cargos de delitos graves.

La mayoría de sus delitos son fraude electrónico y fraude postal, pero también incluyen conspiración para cometer fraude electrónico y postal, obtener medicamentos de forma fraudulenta y proporcionar información falsa a la Administración de Control de Drogas (DEA).

La empresa Mid-Columbia Research fue condenada por los mismos 47 cargos.

La empresa Zain Research fue condenada por un cargo de conspiración para cometer fraude electrónico y postal. El negocio fue absuelto de los otros 45 cargos.

Anwar no testificó. Ha estado encerrado desde noviembre de 2018, después de que los fiscales federales argumentaran que tiene antecedentes de intimidación de testigos y ex empleados, que es un peligro para el público y que tiene los recursos y las conexiones internacionales para huir.

Permanecerá bajo la custodia del Servicio de la Policía Federal hasta su sentencia del 11 de marzo de 2020. El empresario enfrenta un máximo de 20 años de prisión por cada cargo de fraude.

“Todos los días, los estadounidenses confían en los datos de los ensayos clínicos para sobrevivir enfermedades mortales y efectos secundarios peligrosos”, escribió Hyslop, que trabaja para el Distrito Este de Washington, en una declaración escrita. “Inyectar datos fraudulentos y corruptos en el sistema es una tremenda violación de la confianza y la fe que todos ponemos en quienes realizan estos ensayos de vital importancia”.

“En base a la evidencia presentada en el juicio y el veredicto unánime del jurado, el Sr. Anwar se benefició de su evidente desprecio por la seguridad del paciente al dirigir una empresa fraudulenta a fuerza de atemorizar e intimidar”, escribió.

Anwar se formó como médico en su Pakistán natal, pero no tiene licencia para trabajar en EE UU.

Sin embargo, según los registros, se hacía pasar por médico y falsificaba las firmas de los médicos que contrató. A principios de este otoño, el Departamento de Salud del estado de Washington le ordenó que dejara de actuar en calidad de médico.

Los fiscales federales dijeron en el juicio que entre 2013 y 2018, Anwar encabezó la conspiración para que sus compañías pretendieran fraudulentamente ser centros de estudio legítimos y entregaron datos falsos de investigación clínica, incluyendo datos de seguridad de docenas de drogas y medicamentos diferentes.

Los US$5,6 millones que recibieron Anwar y sus compañías de North Columbia Center Boulevard provenían del fraude.

Más de una docena de exempleados testificaron que Anwar les dijo que ayudaran a cometer el fraude.

Eso incluía falsificar historias clínicas y datos para inscribir a docenas de sujetos no elegibles, falsificar datos de investigación como electrocardiogramas y signos vitales, y obtener muestras de sangre de los empleados de Anwar o robarlas de pacientes del centro que desconocían la trama.

Los fiscales dijeron que el fraude también incluyó el deshacerse de los medicamentos del estudio y registrarlos falsamente como dispensados según fuese necesario, almacenar peligrosamente los opioides destinados a los sujetos del estudio, y fabricar los datos de los ensayos que se escriben en las historias clínicas de los pacientes.

Los fiscales dijeron que Anwar ” para ocultar sus crímenes a las compañías farmacéuticas, a la FDA que regula los ensayos clínicos en humanos en EE UU, y a las fuerzas del orden incurrió en amenazas, represalias e intimidación”.

Según los informes, también acosó a numerosos exempleados, los amenazó en su casa y en el trabajo, cortó neumáticos e hizo informes falsos a la policía, al Departamento de Salud del estado y a la FDA, todo para intentar que cooperaran con las autoridades en la investigación contra Anwar.