Regulación, Registro y Diseminación de Resultados
Según un informe, se publican más resultados de ensayos en bases de datos públicos, pero no son de calidad (More trial results are being posted to public database, but data quality is lacking, report finds)
Shraddha Chakradhar
Statnews, 13 de noviembre de 2019
https://www.statnews.com/2019/11/13/more-results-published-clinical-trials-database-data-quality/
Traducido por Salud y Fármacos
Un nuevo informe analiza la primera década de los resultados de investigación que se reportan en ClinicalTrials.gov documenta que las compañías farmacéuticas y los centros de investigación académica han avanzado lentamente en dar a conocer los resultados de estudios en humanos, pero la calidad de los datos todavía es un gran problema.
Cuando la base de datos se amplió por la ley federal en 2008 para dar cabida a los resultados de los ensayos clínicos, se finalizaban 79 ensayos por semana, pero en promedio solo se publicaban los resultados de dos ensayos por semana. Según una investigación, publicada el miércoles en el New England Journal of Medicine, en 2018, esa cifra aumentó, y semanalmente se publicaban los resultados de 68 ensayos mientras se completaban unos 135 ensayos.
“Es un poco decepcionante que no sea más alto”, dijo Georgina Humphreys, oficial de intercambio de datos clínicos de Wellcome Open Research en el Reino Unido, que no participó en el estudio. “Pensé que podría ser mayor debido a que es un requisito legal”.
Informes anteriores también han encontrado que la adherencia ha sido menos que estelar.
Una investigación de STAT en 2015 encontró, por ejemplo, que la mayoría de las instituciones de investigación, incluyendo la Universidad de Stanford y el Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering, no informaban los resultados de los ensayos clínicos según lo estipulado por la Ley de Enmiendas de la FDA (FDAAA), que ayudó a establecer Clinicaltrials.gov. La ley dice que los patrocinadores de ensayos que esperan que la FDA autorice la comercialización de sus medicamentos o dispositivos y que tienen su sede en EE UU (o un centro de investigación en EE UU) tienen hasta un año después de la finalización de un ensayo para publicar resultados en el sitio web, aunque se permiten algunas excepciones.
La investigación STAT encontró que el 90% de los resultados de los ensayos patrocinados por instituciones académicas se publicaron más de un año más tarde, en comparación con el 74% de los ensayos patrocinados por la industria.
Otro análisis a principios de este año documentó una tendencia similar: menos de un tercio de los estudios que debían informar resultados lo hacían. Y no es solo un problema en EE UU, los centros de investigación y las universidades del Reino Unido tampoco informan los resultados de los ensayos regularmente.
El artículo del New England Journal of Medicine va más allá de estos problemas y analiza cuán consistentes son las instituciones con los datos que aportan.
“Al principio, muchos de los resultados que se entregaron incluían elementos sin sentido”, dijo la Dra. Deborah Zarin, directora del Programa para el Avance de la Empresa de Ensayos Clínicos en la Escuela de Medicina de Harvard (Program for the Advancement of the Clinical Trials Enterprise at Harvard Medical School) y autora principal del nuevo informe.
Solo después de una revisión exitosa por parte del personal de la Biblioteca Nacional de Medicina, que junto con los NIH ayudan a mantener ClinicalTrials.gov, se publican los datos en el sitio web. En el informe, los investigadores analizaron algunas de las razones por las cuales se rechazaron datos de resultados y encontraron que los científicos eran a menudo inconsistentes entre lo que decían que habían medido y las unidades que usaron al describir los datos. Otros no incluyeron las fechas en que recogieron los datos o incluyeron múltiples fechas sin explicarlas adecuadamente. Por ejemplo, desde 2017, los que realizan ensayos tienen que informar la mortalidad por cualquier causa, pero de los 160 ensayos que tienen que cumplir con esta regla, solo 47 incluyeron una tabla con estas estadísticas.
“Hablamos de que estos registros de muy baja calidad son un reflejo inquietante de que la empresa de investigación clínica tiene problemas para producir resultados de ensayos clínicos en seres humanos, cuando el objetivo de hacer los ensayos es producir esos resultados”, dijo Zarin, quien también es ex directora de ClinicalTrials.gov. Al mismo tiempo, ella dijo: “Es un elemento del sistema. Simplemente usa el tiempo del personal de la Biblioteca Nacional de Medicina, así como presumiblemente su tiempo [de los patrocinadores]”.
Sin embargo, según resultados anteriores, durante las revisiones, le ha ido mejor a la industria que a los centros académicos. En la primera revisión, el 31% de los ensayos de la industria y el 17% de los ensayos académicos estaban listos para publicarse en el sitio web. Incluso entre aquellos que registran 20 o más ensayos por año, 16% – 77% de los ensayos de la industria se aprobaron durante la primera revisión. El mismo rango para la academia fue del 5% al 44%.
“La universidad no tiene muchos recursos para dedicar a esto”, dijo Jennifer Miller, bioeticista de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, que no participó en el estudio. Miller, quien fundó “Good Pharma Scorecard”, un índice que clasifica a los medicamentos nuevos y a las compañías farmacéuticas según una variedad de criterios, incluyendo la transparencia, agregó que las compañías a menudo tienen a su disposición una entera división, a menudo con software para automatizar los informes.
Pero según Zarin la falta de datos de calidad está socavando los esfuerzos de transparencia. El estudio encontró, por ejemplo, que ClinicalTrials.gov es a menudo el único lugar donde se comparten los resultados de los ensayos. De una muestra de 380 ensayos, el 58% no había publicado sus resultados en una revista al año de seguimiento. Y hay razones para creer que los patrocinadores pueden no informar los mismos datos en la base de datos que en las publicaciones: entre los 47 ensayos que informaron muertes de pacientes, por ejemplo, los autores contaron hasta 995 muertes. Cuando estos mismos ensayos se publicaron más tarde en revistas, informaron de 964 muertes.
“La gente dice que publicar en una revista de acceso abierto es suficiente”, dijo Humphreys. “Pero hay un argumento para publicar en los registros de medicamentos porque hay inconsistencias entre lo que se informa en las publicaciones y lo que se puede ver en los registros de ensayos”.
Los datos publicados en ClinicalTrials.gov pueden proporcionar una imagen más completa de lo que mide un ensayo que lo que se puede decir en un artículo de revista. Y tener todos los datos disponibles también podría tener implicaciones positivas para futuros ensayos entre los que no participaron directamente en el trabajo.
“Estamos comenzando a ver que los investigadores usan datos de otros ensayos para luego usar menos participantes en sus propios ensayos”, como una medida para ahorrar costos y tiempo, dijo Miller. Proyectos como ePlacebo y el proyecto Datasphere han agrupado datos de placebo o incluso del brazo de intervención de otros ensayos para que los investigadores los usen en nuevos ensayos, dijo.
A parte de la empresa de investigación, los pacientes, sus familias y los proveedores también confían en la información del sitio web para saber qué ensayos están en curso, pero también para verificar la información sobre la efectividad o las desventajas de una terapia dada.
“A los pacientes que participan en la investigación les debemos que sus datos estén disponibles públicamente”, dijo Miller. “La mayoría de ellos quiere esto”.
La FDA, los NIH, y otras agencias reguladoras tienen el poder de hacer cumplir con la obligación de informar. La FDA, por ejemplo, puede cobrar una multa de más de US$11.500 por cada día que un patrocinador de un ensayo clínico no cumple con las regulaciones descritas en la FDAAA. Los INS pueden retener fondos de patrocinadores académicos que reciben becas, pero no informan los resultados. Pero Zarin y Miller dijeron que no saben si se han tomado tales medidas.
Otras estrategias que se podrían utilizar, y han funcionado: nombrar y avergonzar a los patrocinadores que no informan habitualmente los resultados. Un año después de la investigación de STAT en 2015, por ejemplo, los NIH encontraron una mejora general en los informes de ensayos. A tal efecto, a partir de enero, ClinicalTrials.gov mostrará los resultados de la revisión de Biblioteca Nacional de Medicina. Los investigadores aún tendrán que corregir cualquier error y volver a enviar datos, pero el público verá los envíos de baja calidad, según Zarin.
Por otro lado, Zarin y Miller también abogan por lo que llaman “nombrar y halagar” a aquellos que están al día con sus informes. “Es realmente importante darles crédito también porque [la atención de otros] será probablemente más exitosa que cualquier acción formal para obligarlos a cumplir”, dijo Zarin.
Miller dijo que “halagar” a los patrocinadores es una forma constructiva de inspirar cambios, especialmente porque el progreso ocurrirá lentamente. “Lleva mucho tiempo cambiar todo un sector de investigación clínica”, dijo Miller. Tomó mucho tiempo requerir que se registren los ensayos clínicos y otros 10 años a partir de ese momento para exigir la publicación de resultados en ClinicalTrials.gov. “El hecho de que las cosas mejoren es excelente, pero las cosas cambian lentamente en nuestro país”, dijo.