El mercado privado de medicamentos en Costa Rica mueve cerca de US$550 millones al año (población 5.075.000), tanto de importación como de venta al detalle, y concentra dinámicas comerciales que permiten los altos precios de las medicinas sin ningún control.
os precios de los medicamentos en Costa Rica son entre un 30% y un 50% más caros que en otros países de Centroamérica y de Latinoamérica, debido a las ventajas que tienen los laboratorios internacionales, que fijan altos precios al país, y al poder de las empresas distribuidoras de medicamentos -o droguerías-.
El precio promedio de una caja de medicinas en Costa Rica de US$$15,56, mientras que en El Salvador es de casi la mitad ($8,02) y en Nicaragua de US$$5,66, según cifras de 2019, provistas por la Asociación de Farmacéuticos y Propietarios de Farmacias Independientes (Afaprofaco).
¿Por qué se permite esto? Diversos informes confirman que en el país las autoridades no ejercen un control sobre cómo se fijan los precios finales de las medicinas.
Horace Strickland Torres, presidente de la Afaprofaco, dijo a UNIVERSIDAD que sí hay evidencia de los altos precios de las medicinas. “Encontramos productos de laboratorios nacionales que se pueden conseguir en Costa Rica o Panamá más baratos que aquí mismo donde son fabricados”, señaló.
Puso, como ejemplo, un anticonceptivo cuya caja del mes completo de pastillas cuesta US$3.5 (aproximadamente ₡2.075) en Nicaragua y aquí la venta a las farmacias está a ₡2.075 y la venta al público puede alcanzar ₡5.500.
Diferencias de precios de hasta ₡10.000
Varios estudios del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) lo confirman. El más reciente, titulado Estudio del mercado privado de medicamentos a nivel detallista en Costa Rica, de junio de 2019, documenta las grandes brechas de precios que dan las droguerías a las farmacias.
El estudio expuso que las diferencias entre los precios de medicamentos, según la farmacia, llega a ser de más del doble, como en los casos del Analges y el Dolo Medox; o de más de ₡10.000 como en los casos del Lipitor y de la Artovastatina (Ver cuadro).
La cadena de mercado privado empieza con los laboratorios internacionales, que venden medicinas a las droguerías. También hay laboratorios nacionales que fabrican para consumo nacional y para importar. Las droguerías se abastecen importando de los laboratorios internacionales o comprando a los laboratorios nacionales. Luego venden a las farmacias y de ahí llega al consumidor final y, también, a los consultorios de los médicos (Ver infografía).
Los mayores márgenes de ganancia los tienen aquellos laboratorios que fabrican e importan y las droguerías, que concentran el mercado y negocian con las farmacias la exclusividad.
Las droguerías son las empresas que comercializan y distribuyen las medicinas a las farmacias; sin embargo, muchas de ellas son parte de las mismas corporaciones dueñas de los laboratorios. Otras droguerías son dueñas de cadenas de farmacias.
Por ejemplo, Grupo Cuestamoras es dueño de la distribuidora Cefa y esta, a su vez, tiene las cadenas Fischel y La Bomba. Mientras que Grupo Farmanova Intermed (GFI) tiene las cadenas de farmacias Sucre y Santa Lucía.
Mercado privado mueve US$550 millones al año
El mercado privado de medicamentos mueve cerca de US$550 millones anuales en el país, según datos del MEIC de 2019. A este monto hay que sumar los medicamentos consumidos por la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS).
Las farmacéuticas y laboratorios han sido uno de los beneficiados por la pandemia ya que las importaciones de medicinas aumentaron un 15% en Costa Rica, del primer trimestre de 2019 al mismo período de 2020, según datos de la la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca). Además, de enero a marzo de 2020, las importaciones de productos farmacéuticos en Centroamérica sumaron US$825 millones y el principal comprador fue Costa Rica ($223 millones).
Este mercado millonario, tanto de importación como de venta al detalle, concentra dinámicas comerciales que permiten los altos precios de las medicinas sin ningún control de parte del Estado.
Los problemas de fondo, según el estudio del MEIC, son: Primero, que hay una discriminación inicial, porque los precios fijados por los laboratorios internacionales para Costa Rica ya son los más caros de la región. Segundo, que hay laboratorios que tienen contratos de exclusividad con droguerías y también les dan bonificaciones según el volumen de compra de cada farmacia. Y tercero, que las farmacias no pueden importar de otras droguerías en el exterior, únicamente de laboratorios extranjeros, según la Ley General de Salud.
“Existen droguerías y farmacias que pertenecen a un mismo grupo corporativo, en donde los precios de las distribuidoras hacia las farmacias de su mismo grupo son menores a los ofrecidos en las farmacias independientes”, apunta el MEIC.
Para Horace Strickland, este es uno de los problemas más grandes: “Se ha permitido a través de los años la integración vertical entre droguería y farmacia y así se han hecho más fuertes y poderosas”. Se trata de casos de distribuidoras únicas con capacidad de importar una marca de medicamentos, de distribuirla y que, además, tienen su propia cadena de farmacias.
Con respecto a los contratos de exclusividad, Strickland recalcó que se trata de droguerías que son las únicas con capacidad de importar y distribuir el producto de una marca porque firma un contrato de exclusividad con el laboratorio; entonces, nadie más puede traer esa marca al país, aunque la compre a una distribuidora en otro país, a un precio más barato. Esos contratos de exclusividad están amparados en el libre comercio y en que son contratos privados.
No hay límites a la concentración
Otro estudio elaborado por Allan Hernández Chanto, del Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica (UCR), advertía desde 2011 sobre lo anterior, describiendo las fallas del marco institucional de medicamentos y las fallas del mercado, desde la oferta y desde la demanda.
Por ejemplo, que no se prohibía a la misma persona, física o jurídica, formar parte de toda la cadena de valor, “mediante la propiedad simultánea de laboratorios fabricantes, droguerías y farmacias”.
“No hay ningún límite legal a la integración vertical, lo que puede derivar en la existencia de empresas con gran influencia en la determinación del precio de los medicamentos”, denunció Hernández en el estudio “Metodología para el Análisis y la Promoción de la Competencia en el Sector Privado de Medicamentos”.
Asimismo, explicó que, como las droguerías son los únicos agentes legalmente autorizados para importar medicinas y materias primas para fabricarlos, tienen más posibilidad de influir en el precio de los medicamentos que importan y de los que producen los laboratorios instalados aquí.
UNIVERSIDAD envió varias consultas sobre el tema a las autoridades del MEIC; sin embargo, no se obtuvo respuesta antes de la fecha de cierre.
El presidente de Afaprofaco subrayó que en Costa Rica los precios de los medicamentos “están por la libre”. “Están a lo que el consumidor aguante”.