Ética
Los altos ejecutivos de la compañía farmacéutica estadounidense Novavax Inc no esperar a ver cómo funciona su vacuna Covid-19 para recibir recompensas financieras.
El presidente ejecutivo Stanley Erck y tres de sus colaboradores principales han vendido aproximadamente US$46 millones en acciones de la compañía desde principios del año pasado, según un análisis que ha hecho Reuters de los informes presentados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Estos ejecutivos han capitalizado en el repunte de cerca del 3.000% en el valor de las acciones de Novavax, que se ha visto impulsado por inversores que apuestan por el éxito de la vacuna en desarrollo.
Erck cobró US$8,7 millones en el transcurso de 2020, eclipsando los US$2,2 millones en acciones que vendió durante los cinco años anteriores. Esta venta representa más del 20% de su participación en Novavax, o menos del 10% si se cuentan las opciones de acciones que aún están por consolidarse, según la revisión de los documentos presentados a la SEC, un análisis del consultor de compensación Farient Advisors LLC y una portavoz de la empresa.
Estas liquidaciones lucrativas, que no se habían informado previamente, ponen de manifiesto como la pandemia global ha transformado el futuro de Novavax, y como el optimismo del mercado se ha tornado en una oportunidad para que sus ejecutivos obtengan grandes beneficios.
No hay certeza de que Novavax, que todavía tiene que lanzar una vacuna al mercado, tenga éxito en su último esfuerzo. La compañía de 34 años se ha convertido en un contendiente clave en la carrera global para desarrollar vacunas contra Covid-19 gracias a los US$1.600 millones que recibió de los contribuyentes bajo el programa “Operation Warp Speed” del gobierno de EE UU.
La compañía con sede en Gaithersburg, Maryland, valía solo US$250 millones hasta hace aproximadamente un año, cuando las noticias de su vacuna experimental y su participación en la Operación Warp Speed elevaron su valoración hasta US$11.000 millones.
Una portavoz de Novavax dijo que los ejecutivos eran responsables de la venta de acciones.
“Nuestros líderes siguen confiando en el valor y el potencial de nuestras vacunas y están apasionadamente comprometidos en contribuir a poner fin a la pandemia de COVID-19 y mejorar la salud pública en todo el mundo”, dijo Novavax en un comunicado. “Siguen teniendo un interés personal y profesional importante en el éxito de Novavax, así como también financiero”.
Los ejecutivos no respondieron a las solicitudes de comentarios. La portavoz de Novavax no puso a disposición a los ejecutivos para entrevistas.
Entre las principales empresas que recibieron fondos de los contribuyentes estadounidenses para desarrollar o fabricar vacunas Covid-19, solo los ejecutivos de Moderna Inc, la empresa rival de biotecnología, han vendido más acciones que los ejecutivos de Novavax, según un análisis del grupo de defensa del consumidor Accountable US, que analizó las transacciones entre mayo y noviembre de 2020. La vacuna COVID-19 de Moderna ya se está lanzando después de que la FDA la aprobara para uso en emergencia el 18 de diciembre de 2020.
Sin duda, muchas de las otras empresas en la carrera de las vacunas son mucho más grandes que Moderna y Novavax, lo que limita el impacto de las noticias en el valor de sus acciones.
La vacuna de Pfizer Inc fue la primera en ser aprobada en EE UU el 11 de diciembre. AstraZeneca Plc obtuvo la aprobación de su vacuna en Gran Bretaña el 30 de diciembre, y Johnson & Johnson tiene programado informar los datos del ensayo en enero, y quiere obtener la autorización en EE UU en febrero.
Mientras tanto, Novavax anunció el mes pasado que había comenzado un ensayo de última etapa con su vacuna Covid-19 en EE UU, después de retrasar su inicio dos veces por problemas en ampliar su fabricación. Espera tener los resultados de otro ensayo de última etapa realizado en el Reino Unido durante el primer trimestre de 2021.
Los datos de la etapa inicial de un pequeño ensayo clínico con la vacuna de Novavax han demostrado que produce altos niveles de anticuerpos que combaten el virus, y la empresa ya ha firmado acuerdos de suministro con países como Japón, Canadá, Australia y el Reino Unido, así como con EE UU.
Algunos expertos en gobierno corporativo dijeron que Novavax ofrecía un ejemplo sorprendente de cómo las juntas directivas utilizan las acciones de la empresa para incentivar a sus equipos de gestión, a veces sin vincularlos estrechamente con sus perspectivas a largo plazo.
“Los miembros de la junta deberían haber insistido en que los ejecutivos se aferraran a sus acciones”, dijo Sanjai Bhagat, profesor de finanzas en la Universidad de Colorado. “Entonces tendrían el incentivo de hacer todo lo posible para sacar la vacuna cuanto antes”.
El presidente de la junta de Novavax, James Young, no respondió a las solicitudes de comentarios.
Jesse Fried, profesor de la Facultad de Derecho de Harvard y miembro del consejo asesor de investigación en la empresa Glass, Lewis & Co. que ofrece servicios a inversors (proxy firm), dijo que no creía que fuera inapropiado recompensar a los ejecutivos durante el proceso de desarrollo de fármacos.
“Puede ser una oportunidad única en la vida para asegurar grandes ganancias”, dijo Fried. “No tengo ningún problema con que ganen mucho dinero a pesar de que todavía no tienen un medicamento”.
Los inversores podrán expresar sus opiniones sobre las ventas de acciones en la reunión anual de accionistas de Novavax que se realizará este verano, donde se les pedirá que aprueben la junta directiva de la empresa y la compensación a los ejecutivos.
“Si los inversores piensan que las acciones no fueron razonables, preguntarán cuál fue el papel de la junta cuando supervisaron la entrega de estas acciones de estas acciones”, dijo Peter Kimball, jefe de asesoría y servicios al cliente de ISS Corporate Solutions, que asesora a las empresas sobre el gobierno corporativo.
Sin duda, el año pasado Novavax otorgó más de US$85 millones en opciones de acciones a ejecutivos, incluyendo US$41,1 millones a Erck, que están específicamente vinculadas al desarrollo de la vacuna y no pueden ejercerse hasta que comiencen a adjudicarse en agosto. Sin embargo, esta compensación dependía de que la vacuna se empezara a usar en un ensayo clínico en etapa intermedia, no de su eventual éxito, informó Reuters en julio.
Planes comerciales
Los hitos en el desarrollo de los medicamentos pueden desencadenar grandes cambios en el precio de las acciones, por lo que los ejecutivos de las farmacéuticas a veces adoptan un cronograma fijo para la venta de acciones, conocido como plan 10b5-1, para evitar cualquier sugerencia de abuso de información privilegiada.
Los ejecutivos de Novavax revelaron en presentaciones regulatorias que vendieron algunas de sus acciones utilizando dichos planes comerciales.
Una portavoz de Novavax dijo que los ejecutivos adoptaron los planes en el verano, pero no proporcionaron las fechas exactas.
Moderna y Pfizer revelaron las fechas en que los ejecutivos adoptaron los planes comerciales en sus presentaciones a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. No hay obligación de divulgar esa información, y que lo hagan las empresas estadounidenses es menos frecuente, dijo Dan Taylor, profesor en Wharton School en la Universidad de Pensilvania.
Según documentos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, de los aproximadamente US$46 millones de la venta de las acciones, el director comercial de Novavax, John Trizzino, vendió alrededor de US$13 millones, mientras que el jefe de investigación y desarrollo de Novavax, Greg Glenn, vendió alrededor de US$13,4 millones, y el director legal de la empresa, John Herrmann, vendió US$10,9 millones.
Los ejecutivos de Emergent BioSolutions Inc, Pfizer y Johnson & Johnson, empresas que también recibieron fondos federales, vendieron US$24 millones, US$10 millones y US$4 millones en acciones, respectivamente, según Accountable US. Y según esa misma fuente los ejecutivos de Moderna vendieron US$166 millones.
Nina DeLorenzo, portavoz de Emergent BioSolutions, dijo en un comunicado que la mayoría de las transacciones se planificaron con anticipación bajo un plan comercial 10b5-1 adoptado en febrero por el presidente ejecutivo de la compañía, Fuad El-Hibri.
“Nuestro equipo ejecutivo y nuestra junta directiva se rigen por los más altos estándares éticos y siguen el estricto cumplimiento de las políticas de la empresa para la tenencia de acciones, así como todas las leyes y regulaciones que rigen las transacciones financieras”, según el comunicado.
Pfizer y Moderna no respondieron a las solicitudes de comentarios.