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Ética

Conflictos de Interés

Para visibilizar la relación aparentemente sutil de la industria con los profesionales de enfermería

Salud y Fármacos
Boletín Fármacos: Ética y Derecho 2021; 24 (1)

Tags: marketing, mercadeo, enfermería, conducta de la industria, publicidad, promoción, comités de compra, conflictos de interés, capacitación, educación continuada, enfermeras, prescripción, aumentar las ventas, influencia indebida

A finales del 2019 el Indian Journal of Medical Ethics publicó un artículo [1] en el que Trudo Lemmens, profesor de Política y Derecho en Salud en la Facultad de Derecho de la Universidad de Toronto, resume y analiza el libro “Infiltrating healthcare: How marketing works underground to influence nurses”. Su autora es Quinn Grundy, y lo publicó Johns Hopkins University en el 2018. A continuación, Salud y Fármacos resume el artículo de Lemmens.

Se han publicado abundantes artículos de prensa e investigaciones sobre la influencia negativa de la industria farmacéutica en los servicios de salud. La gran mayoría se centran en la influencia que tienen los médicos prescriptores y los líderes de opinión, por su rol como intermediarios entre la industria y los pacientes que utilizan sus productos, su liderazgo en ensayos clínicos, su reconocimiento social como líderes de opinión y por su destacado rol en la organización de la práctica clínica, por ejemplo, cuando preparan las guías de diagnóstico y tratamiento.

Sin embargo, es lógico pensar que los demás profesionales de la salud también están expuestos al cortejo de la industria, si se tiene en cuenta que hay mucho dinero en juego y la atención de salud es cada día más compleja.

Justamente, este es el tema que Grundy abordaen su libro “Infiltrating health care: How marketing works underground to influence nurses” (Para inflirtarse en la atención médica: cómo el marketing influye clandestinamente en los profesionales de enfermería) y de ahí su pertinencia e importancia. Dicho libro ofrece una descripción reveladora de la forma en que la industria influye en este grupo profesional y, en consecuencia, invita a pensar en estrategias de regulación que van más allá de algunas de las medidas más tradicionales que se han centrado en los médicos.

Grundy expone las “formas rutinarias pero influyentes en que los profesionales en enfermería interactúan en su práctica clínica diaria con los representantes de ventas”, aunque se pudiera pensar que este grupo de profesionales está menos involucrado en los aspectos comerciales del cuidado de la salud.

Grundy es enfermera de profesión y el libro es fruto de dos años de investigación en varios hospitales de EE UU. Sus observaciones como observadora participante se entrelazan con un análisis de las discusiones en grupos focales y de las entrevistas detalladas con sus colegas, los administradores de los hospitales y los funcionarios de las empresasequivocado. También hace algunas observaciones sobre las actividades “educativas” patrocinadas por la industria.

Al empezar el libro, Grundy habla del desafío de estudiar un tema que muchos consideran irrelevante o inexistente. Varios administradores expresaron resistencia a dejarla investigar en su hospital diciendo que la industria no influye en el personal de enfermería, lo cual explica por qué el gobierno y las políticas reguladoras no abordan esta interacción. Grundy piensa que esta creencia es un mito equivocado, y precisamente ese error de apreciación potencia la posibilidad de que dicha interacción influya en la práctica de enfermería ya que nadie identifica el problema ni les presta atención.

Uno de los elementos más reveladores del libro es la descripción detallada de los diversos tipos de interacciones, unas más sutiles que otras, entre las enfermeras y la industria. Así como la exploración de hasta qué punto dichas interacciones específicas podrían afectar la práctica clínica o la prestación de la atención en salud. Grundy considera que la cotidianidad de esta influencia es lo que justamente la hace más dañina y difícil de controlar.

El libro describe con detalle tres tipos de contextos claves en los que la industria y los profesionales en enfermería interactúan:

  • Interacciones en la atención clínica diaria:
    • Si bien los profesionales de enfermería no precriben sí tienen influencia indirecta en los productos que se prescriben o usan, por eso los agentes de ventas mantienen un interés en construir buenas relaciones con ellos.
    • Aunque la construcción de relación sea informal, también hay una institucionalización de esta interacción que puede resultar sorprendente para algunos. Hay vendedores acreditados que interactúan con personal específico de enfermería, pero esa acreditación les permite moverse libremente al interior de todo el hospital, e incluso ingresar a los cuartos de cirugía e interactuar con quien deseen para recomendarles sus productos. A pesar de que dichos vendedores acreditados deben llevar puesto algo que los identifique, aparentan ser parte del equipo de atención sin serlo; esta práctica normaliza su presencia en el entorno clínico haciendo difícil detectar que se trata de una actividad de mercadeo.
  • Interacciones en el contexto de las deliberaciones del comité de compras: El impacto de estas interacciones es más fácil de identificar. Los representantes de ventas tratan de impulsar nuevas tecnologías que las enfermeras pueden integrar en la práctica clínica, a veces antes de que el comité de compras las haya aprobado con el pretexto de que si conocen el producto el comité tomará decisiones más informadas.
  • Prestación de servicios de educación: las restricciones de presupuesto hacen que los hospitales se apoyen en las capacitaciones de la industria sobre los nuevos equipos o productos. “La descripción de las formas en que los representantes de ventas generan pruebas para demostrar que están cumpliendo adecuadamente con sus obligaciones contractuales cuestiona la calidad de la educación”.

Grundy dice que, aunque las interacciones de la industria con los profesionales en enfermería no sean tan descaradas como con los médicos, el hecho de que se hayan logrado infiltrar en las actividades cotidianas genera la percepción falsa de que son benignas y centradas en lo que le conviene al paciente. Grundy ilustra con ejemplos la construcción deshonesta de estas relaciones, a saber: por medio de regalos, participación en las fiestas de los departamentos, eventos deportivos o contratos con los profesionales de enfermería como consejeros o líderes de opinión.

Grundy sugiere que esta infiltración ha sido posible en parte gracias a la histórica infravaloración de la profesión de enfermería y a la percepción de que no son actores claves, ni tienen influencia en el contexto de toma de decisiones en salud. Es así como la autora ahonda en características de la cultura de la profesión de enfermería que contribuyen a que esta influencia sea más disimulada: “los profesionales en enfermería trabajan en un clima que mantiene “la invisibilidad en torno a sus interacciones con la industria, al mismo tiempo que busca fomentar dichas interacciones en interés del hospital”.

El libro también visibiliza la importancia de aquellos profesionales de enfermería que logran resistir la influencia de la industria, aun cuando reconoce que estas son posturas fragmentadas e idiosincráticas.

Lemmens destaca las siguientes propuestas de solución de Grundy:

  • Una reforma que ayude a crear un “espacio moral” en el que las interacciones con la industria se reconocen, el malestar y la incomodidad se validan y se empodera a los profesionales de enfermería a manejar estas relaciones.
  • Incluir los pagos a los profesionales en enfermería en la Ley Sunshine, yendo más allá de la sola divulgación de información.
  • Educar a los profesionales de enfermería para que no tenga vinculación ni cercanía con la industria. Grundy sugiere, además, más educación en conflictos de interés para mejorar la conciencia sobre el fenómeno y empoderarlos en estas interacciones.
  • Que los profesionales en enfermería desempeñen un papel decisivo al testar nuevos productos en el ámbito sanitario, y que se establezcan estructuras institucionales para hacerlo de forma independiente de la industria.

Grundy destaca entre las fortalezas de los profesionales en enfermería que pueden desempeñar un papel único en resistir la mercantilización de la atención médica, dada su menor dependencia en la facturación directa o en los pagos de las aseguradoras, así como su tendencia a la unión y a la fortaleza colectiva. (Nota de Salud y Fármacos. Lemmens expresa su reserva con respecto a si Grundy pudiera estar sobreestimando esta característica)

En concepto de Lemmens, si bien las observaciones reunidas en el libro pueden ser específicas para EE UU, es muy probable que muchas de las prácticas descritas ocurran también en otros países. Por esto, Lemmens expresa la posibilidad de que el libro de Grundy inspire a los profesionales de enfermería y otros profesionales de la salud de otros países a hacer estudios similares y explorar cómo se ha dado esa integración entre los profesionales de la salud y la comercialización de la atención en salud. También se debería analizar si la normativa local y los estándares profesionales la están abordando suficientemente.

Finalmente, Lemmens considera que el libro de Grundy es una lectura valiosa para cualquiera que quiera tener una mejor comprensión del impacto de la industria en la práctica clínica en general, del desafío de regular las profesiones y establecer formas de gobernanza en un entorno sanitario cada vez más comercializado, y sobre las formas de abordar los conflictos de interés en el contexto de la profesión de enfermería.

Referencia
Lemmens T. Shining a light on the subtle industry courting of nurses. Indian J Med Ethics. 2020 Jan-Mar; 5(1) NS: 72-6. DOI: 10.20529/IJME.2019.077

creado el 25 de Febrero de 2021