Conflictos de Interés

En una reunión organizada por el Journal of the American Medical Association, médicos de renombre hablaron sobre las recientes acusaciones de interferencia política en la elaboración de las guías emitidas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para el uso de las pruebas de Covid-19, y como podrían erosionar la confianza del público en las futuras vacunas contra el nuevo coronavirus.

La semana pasada, The New York Times informó [1] que las controvertidas guías para las pruebas que se divulgaron a través de la página web de los CDC no fueron redactadas por los CDC. El viernes, los CDC ya habían revocado esas pautas y dijeron que las personas asintomáticas deberían someterse a pruebas si habían estado expuestas a alguien infectado con el virus.

Howard Bauchner MD, editor jefe de JAMA, moderó el viernes el video chat en el que expertos activaron la alarma sobre las implicaciones de la apariencia de intromisión política [2] en el quehacer de las agencias científicas federales.

Según Joshua Sharfstein, MD, vicedecano de prácticas en salud pública y participación comunitaria en la Universidad Johns Hopkins, “el hecho es que los artículos en Morbitiy and Mortality Weekly Reports [2], la revista científica de los CDC y el principal medio que tiene la agencia para transmitir comunicaciones científicas a los profesionales, fueron revisados por un estrato político”. “Y eso transmite la idea al público de que la agencia podría redactar algo, que podría ser totalmente reescrito e incluso con errores, y aparecería publicado en la web de los CDC como si fuera un documento de los CDC. Esto es simplemente una violación grave de la integridad de los CDC.”

Sharfstein es ex comisionado adjunto de la FDA y ex secretario de salud de Maryland, bajo el ex gobernador demócrata Martin O’Malley.

Sharfstein prosiguió “Ahora, ¿por qué es importante mantener la integridad de los CDC?… Estamos en una pandemia. Los CDC son la principal agencia de salud pública del país, y la gente cuando reciba información de los CDC, debería poder confiar en que está obteniendo lo que los CDC realmente piensan y no lo que han agregado los revisores políticos, y mucho menos declaraciones de otros que ni siquiera han sido revisadas por los CDC. Si la marca CDC, el sello CDC, se puede violar tan fácilmente no sirve para nada”.

Preeti Malani, M.D., directora de salud y profesora de medicina en la división de enfermedades infecciosas de la Universidad de Michigan, hizo eco a las preocupaciones de Sharfstein.

Malani expresó “Para mí, como especialista en enfermedades infecciosas, los CDC ocupan un lugar muy especial. Simplemente visitar los CDC es una experiencia muy especial”, dijo Malani. “Tras haber gestionado varios artículos de los CDC a lo largo de los años e incluso haber participado en diferentes talleres, puedo afirmar que el nivel de escrutinio a que someten ya sea un artículo o una recomendación, es tan elevado que la información que comparten los CDC es confiable. Observar lo que está sucediendo ahora, cómo se están tomando atajos y se anulan recomendaciones, al parecer por razones políticas, es desgarrador y preocupante. La falta de confianza que va a surgir de esta situación que ya existe podría tener implicaciones mucho más allá del Covid”.

Los dos expertos en salud pública, junto con Bauchner, publicaron una editorial la semana pasada en JAMA [3] pidiendo a la FDA que tranquilice al público y a la comunidad clínica sobre el proceso de revisión científica y la aprobación de una vacuna COVID-19.

[Los expertos] escribieron “La falta de claridad sobre la estrategia de la agencia, junto con una serie de anuncios de varias agencias federales y compañías farmacéuticas, han generado confusión y preocupación…Mayor claridad y transparencia sobre el proceso de revisión, así como el involucramiento firme y sincero de los comités asesores federales pertinentes, pueden inspirar comprensión y confianza”.

Sus comentarios también surgen tras la publicación de una reciente encuesta Harris [4] que encontró que solo el 73% de los estadounidenses dijeron que consideraban a los CDC como algo confiables o muy confiables, y el 72% dijo que veían a la FDA como altamente confiable. Ese porcentaje es un poquito más alto que el de los que dijeron tener confianza en las compañías farmacéuticas que trabajan con vacunas en general, así como en aquellas que están trabajando específicamente en vacunas Covid-19, que fueron un 71%.