Resumen:
El hipotiroidismo es una de las disfunciones tiroideas más frecuentes, en la población brasileña tiene una prevalencia entre 1 y 2%. Tiene mayor incidencia en regiones con insuficiencia de yodo y es más frecuente en mujeres, debido a factores hormonales. Esta disfunción puede deberse a una variedad de causas, como la enfermedad de Hashimoto, el hipotiroidismo congénito, la cirugía para extirpar los nódulos tiroideos, los tratamientos radioterápicos contra el cáncer y la tiroiditis posparto.
El problema más relevante que la amiodarona, un antiarrítmico de clase III, puede causar en el organismo es el hipotiroidismo, y se puede presentar tanto en individuos con glándulas tiroideas normales que funcionan adecuadamente, como en individuos con alteraciones glandulares preexistentes. El presente estudio es una revisión de la literatura disponible en las plataformas en línea que publican artículos, estudios e investigaciones académicas.
El Efecto Wolff- Chaikoff se produce por la disponibilidad de grandes cantidades de yodo en el organismo, lo que se traduce en una reducción de la síntesis de hormonas tiroideas y de la organificación del yodo[1] y en un aumento de la concentración de TSH en sangre.
Además, el uso crónico de amiodarona provoca anomalías tiroideas en alrededor del 16% de los usuarios de este medicamento. El examen del paciente que desarrolle hipotiroidismo por el uso de amiodarona mostrará niveles altos de TSH sérica y niveles bajos de T4 libre. A pesar de los efectos adversos de la amiodarona, el médico debe tener en cuenta el estado de cada paciente.
Por lo tanto, corresponde al profesional considerar las especificidades fisiológicas de cada paciente, requiriendo exámenes periódicos y seguimiento de signos clínicos que indiquen cambios en la función tiroidea.