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Ética

Novedades sobre el COVID

Cómo la pandemia condujo a la confusión y al descubrimiento

Brenda Goodman
Medscape, 24 de enero de 2022
https://espanol.medscape.com/verarticulo/5908442

Publicación rápida: “Bendición y maldición”
La pandemia también aceleró rápidamente la forma en que se comparte la información científica.

Hace apenas unos años, si un científico hacía un nuevo descubrimiento importante escribía un estudio y lo enviaba a una revista académica revisada por pares. A partir de ahí el manuscrito tenía que pasar por una serie de revisiones por parte de científicos, editores y otros, que consumían mucho tiempo antes de su publicación final.

Debido a que las revistas más destacadas son muy selectivas, la norma era que un investigador enviara su trabajo a varias revistas antes de que su artículo fuera aceptado y finalmente publicado. El proceso podría llevar meses o incluso años.

Después de que el SARS-CoV-2 surgiera y se propagara rápidamente, tales demoras en compartir la investigación de científicos de todo el mundo se convirtieron en un obstáculo para comprender la ciencia detrás de la pandemia. Miles de personas fallecían cada día y el mundo necesitaba urgentemente respuestas sobre este virus altamente destructivo.

Los servidores de preimpresión que publican versiones preliminares de manuscritos científicos, antes de la revisión por pares, como medRxiv (pronunciado med-archive, por el nombre de la letra griega X) [a], se convirtieron en la forma preferida de compartir hallazgos biomédicos rápidamente con otros investigadores, funcionarios de salud y el público.

Los documentos enviados a medRxiv tampoco se editan, aunque se analizan en busca de contenido dañino o no científico, según el sitio web del servidor. La eliminación de esos pasos reduce el tiempo que lleva publicar de meses o años a 4 o 5 días. La revisión por pares a veces, pero no siempre, llega más tarde, después de que el artículo haya sido aceptado por una revista científica.

Mientras tanto, las universidades y otras instituciones se han unido a la estampida, produciendo comunicados de prensa sobre nuevas investigaciones de covid-19 por parte de miembros de la facultad, a menudo antes de que esos hallazgos hayan sido examinados adecuadamente. Ese cambio ha creado dilemas para periodistas, investigadores y otras personas que intentan comprender la calidad de la evidencia.

El resultado ha sido desordenado. Según Retraction Watch, un sitio web que sigue las publicaciones científicas, se han retractado o retirado más de 206 artículos sobre covid-19 desde el comienzo de la pandemia. En algunos casos, las remociones involucraron mala práctica; en otros, los resultados no fueron fiables por otras razones.

Uno de los más dañinos fue una preimpresión publicada en el servidor de Research Square que promocionaba la eficacia y seguridad de ivermectina, un tratamiento antiparasitario, para prevenir y tratar covid-19.

Tanto ese estudio como un metaanálisis que se basó en gran medida en él fueron retirados “debido a datos fraudulentos”, comentó el editor de la revista que publicó el artículo. Otro estudio ampliamente citado sobre ivermectina, de Argentina, fue cuestionado después de que los reporteros de BuzzFeed News intentaran profundizar en algunas de sus afirmaciones.[1]

Desafortunadamente, el retiro se produjo después de que los políticos y otras personas promocionaran el uso de ese fármaco como tratamiento para covid-19, según la cobertura de Retraction Watch.

Su editor también retiró otro artículo que afirmaba que los casos de miocarditis en adolescentes aumentaron después de que se aprobó la vacuna covid-19 para ese grupo de edad. Uno de sus coautores, el Dr. Peter McCullough, cardiólogo y maestro en salud pública, fue retirado de las facultades de varias universidades y hospitales de Texas después de que promoviera el uso de tratamientos no probados para la enfermedad y cuestionara la eficacia de las vacunas contra la covid-19.

Pero el ritmo acelerado de publicación no ha sido del todo malo. Los logros significativos (nuevas vacunas creadas, probadas y distribuidas en menos de un año) florecieron en un tiempo récord. A los pocos días de su identificación, los investigadores publicaban preimpresiones sobre la capacidad de ómicron para escapar de la inmunidad y transmitirse rápidamente, dando a los países un tiempo crítico para prepararse.[2]

“Ha habido un lado bueno. Teníamos que obtener las soluciones para algunas de estas cosas rápidamente, y esa era la única manera”, señaló Prather. Muchos expertos creen que es probable que la publicación de estudios no revisados por pares seguirá siendo una parte importante de cómo se difunda la ciencia en el futuro.

Michael Osterholm, Ph. D., que dirige el Center for Infectious Disease Research and Policy de la University of Minnesota, consideró que el cambio general en las publicaciones científicas podría ser un arma de doble filo.

“Creo que es una bendición y una maldición, todo en el mismo paquete. Creo que eso ha llevado a una rápida difusión de información muy importante, pero también creo que ha llevado a información errónea no intencional”, concluyó Osterholm.

Referencias

  1. medRxiv. Frequently Asked Questions (FAQ). https://www.medrxiv.org/about/FAQ
  1. Lee S, BensingerK. A Prominent Study Said Ivermectin Prevents COVID, But The Data Is Suspect. BuzzFeed News. Publicado el 2 de septiembre de 2021. Consultado en versión electrónica. Fuente
  2. Muik A, Lui BG, Wallisch AK, Bacher M, y cols. Neutralization of SARS-CoV-2 Omicron pseudovirus by BNT162b2 vaccine-elicited human sera. medRxiv. 23 Dic 2021. doi:10.1101/2021.12.22.21268103.
creado el 5 de Marzo de 2022