Jeremy Menchik, autodenominado “conejillo de Indias humano”, se ofreció como voluntario para participar en ensayos de la vacuna contra la COVID-19 de la empresa Moderna. Sin embargo, se retiró del ensayo en señal de protesta contra la codicia de la empresa, que obtiene ganancias con la pandemia, pero poco hace para resolver la inequidad global en el acceso a las vacunas.
Menchik acaba de lanzar un nuevo sitio web, mrna4all.org, al que pueden sumarse otros participantes de ensayos, con el objeto de presionar a los laboratorios fabricantes de vacunas para que aumenten la producción para poder inmunizar al mundo. “Tienen que rendir cuentas a sus conejillos de Indias y tienen que promover políticas de salud pública, y no solo generar ganancias privadas […],”, dice Menchik, profesor asociado de la Universidad de Boston. “Tenemos que tratar esta pandemia como una crisis mundial, como una emergencia sanitaria mundial”.
Para conocer más sobre este tema, lea o vea (en inglés) la conversación que Democracy Now tuvo con Jeremy Menchik. https://www.democracynow.org/2022/1/13/moderna_volunteer_resigns_from_vaccine_trials
Nota de Salud y Fármacos. El profesor Menchik escribió en Statnews [1] que “Dejar que una empresa que nunca había sacado una vacuna al mercado utilizara mi cuerpo fue aterrador, doloroso y agotador. Participar en el ensayo supuso siete visitas al hospital, 24 llamadas telefónicas, docenas de anotaciones en el diario, interrogatorios continuos sobre mi vida privada, cinco extracciones de sangre y numerosos hisopos nasofaríngeos, algunos que producían cosquilleos dolorosos en el cerebro.
Me ofrecí como voluntario para el ensayo porque creía que ayudar a Moderna a desarrollar una vacuna que ayudara al mundo a salir de la pandemia merecía la pena. Aunque los riesgos de aceptar que se introdujera una vacuna experimental en mi cuerpo eran obvios, los posibles beneficios eran enormes. Como padre, me preocupaba el mundo que iban a heredar mis dos hijos de 1 y 5 años.
Cuando el ensayo terminó y me enteré del éxito de la vacuna, me sentí feliz por haber desempeñado un pequeño papel en el avance de la ciencia que podría ayudar a salvar vidas. Incluso acepté inscribirme en otro ensayo de Moderna que se dirigía específicamente a la variante Delta. Entonces sentía que participar en el ensayo era una forma valiosa de contribuir a la salud pública durante la pandemia por covid-19.
Ese sentimiento inicial se ha desvanecido en los últimos meses, ya que he entendido que más que una empresa para generar ciencia es un ejercicio de despiadado afán de lucro corporativo. En lugar de hacer todo lo posible por acabar con la pandemia lo antes posible, Moderna está contribuyendo a prolongarla al no poner su tecnología de ARNm a disposición del gobierno de Estados Unidos o de otros fabricantes para poder aumentar rápidamente la producción mundial, y así maximizar sus beneficios.
Las propias proyecciones de Moderna sugieren que la empresa obtendrá entre US$15.000 y US$18.000 millones en ventas sólo en 2021. Y tiene la posibilidad de aplicar la técnica del ARNm a otras enfermedades. Los beneficios que Moderna y Pfizer/BioNTech (productores de otra vacuna de ARNm) pueden obtener en las próximas décadas son ilimitados. Según algunas estimaciones, estos fabricantes de vacunas ya están ganando US$65.000 dólares cada minuto”.
Referencia