Aunque algunas compañías farmacéuticas están ajustando sus modelos de negocios para responder mejor a los países de bajos ingresos, un nuevo análisis revela que sus esfuerzos son limitados, afectando negativamente el acceso de los pacientes a los tratamientos. Según informa Statnews en el artículo que resumimos a continuación [1], se requiere un enfoque más integral y estrategias sostenibles para beneficiar a poblaciones vulnerables. Además, los avances en acuerdos de licencia para medicamentos genéricos han sido limitados. Por otro lado, las grandes farmacéuticas no informan sobre la cantidad de pacientes atendidos de manera consistente, lo que limita la comprensión del impacto de sus programas en la salud de estas poblaciones.
Cuando se comenzó a medir el desempeño de las empresas farmacéuticas, se esperaba ver avances, pero los resultados han sido decepcionantes. Jayasree Iyer, directora de la fundación Access to Medicines, indicó que la principal preocupación es cómo mantener el impulso en un contexto de creciente escrutinio sobre el comportamiento de la industria, que ha sido acusada de priorizar los mercados más ricos y no responder a los pacientes desatendidos. Esta problemática se intensificó durante la pandemia de covid-19, evidenciando desigualdades en el acceso a tratamientos.
Las disparidades en salud han generado presión sobre las compañías farmacéuticas para que cambien sus estrategias, detonando debates sobre precios y derechos de patente a nivel mundial.
La fundación ha estado monitoreado el acceso a medicamentos desde 2008 y colabora con inversores que consideran importante mejorar el acceso, y tratarlo como una práctica empresarial responsable. Consecuentemente, algunas compañías farmacéuticas han comenzado a responder, aunque de forma irregular. Un informe reciente revela que 19 farmacéuticas utilizan 42 estrategias diferentes para medir su alcance en 113 países de bajos a medianos ingresos, pero la mitad de ellas no son públicas y el 31% carece de un objetivo claro. Se requiere más transparencia y establecer metas concretas. La fundación destacó a cinco empresas: Bristol Myers Squibb, Novartis, Novo Nordisk, Pfizer y Sanofi, por sus programas dirigidos a poblaciones desatendidas.
Cada empresa tiene su propio programa, pero suelen incluir medicamentos que tradicionalmente no han estado disponibles en los países de bajos ingresos, y se centran en estrategias de asequibilidad adaptadas a diferentes contextos. Sanofi es la única empresa que ha informado claramente sobre los beneficiados.
La fundación analizó la emisión de licencias voluntarias y la transferencia de tecnología como mecanismos para ampliar el acceso a medicamentos en países de ingresos bajos y medianos; y destacó que ha habido una desaceleración en los acuerdos de licencias no exclusivas para enfermedades infecciosas, con solo seis acuerdos en 2022, y una reducción en el número de empresas involucradas de diez a nueve.
Hace dos años, ViiV Healthcare firmó un acuerdo con 90 países de bajos y medianos ingresos para el cabotegravir, un medicamento inyectable para prevenir el VIH, y hasta ahora ha emitido tres sublicencias. Sin embargo, ha recibido críticas porque no habrá versiones genéricas hasta finales de 2026, lo que genera preocupaciones de inaccesibilidad en los países de ingresos más bajos. En el mismo año, Novartis licenció Tasigna, un tratamiento para la leucemia mieloide crónica, permitiendo que fabricantes genéricos lo produjeran para 44 países de bajos y medianos ingresos, siendo el primer acuerdo de este tipo para un medicamento contra el cáncer.
Hace dos meses, Gilead Sciences firmó acuerdos de licencia voluntaria para producir versiones genéricas de lenacapavir, su medicamento para el VIH, abarcando 120 países de ingresos bajos y medianos bajos. No obstante, ha sido criticada por excluir a América Latina, donde hay capacidad de producción suficiente.
El informe destaca la necesidad de esforzarse más para lograr un cambio significativo y menciona que de 13 productos prioritarios del Banco de Patentes (Medicines Patent Pool), las empresas analizadas tienen patentes sobre 10 de ellos, lo que sugiere que otorgar licencias podría ampliar el acceso a estos recursos.
La fundación ha identificado que 17 de las 20 principales compañías farmacéuticas han transferido recursos para ampliar la capacidad de fabricación en países de bajos y medianos ingresos, evidenciando su compromiso con el desarrollo de la industria farmacéutica. Sin embargo, AbbVie, Astellas y Bristol Myers Squibb no han transferidos esos conocimientos. Además, se observó que India, Brasil y China son los principales beneficiarios de transferencias de tecnología, mientras que el continente africano solo ha lanzado 17 iniciativas, principalmente en Sudáfrica. Merck KGaA y Sanofi han colaborado para producir tratamientos y vacunas en África, subrayando el esfuerzo de las farmacéuticas por mejorar el acceso a la salud en la región.
Aunque 15 de las 20 empresas han establecido compromisos para planificar el acceso a los medicamentos en los países donde realizan ensayos, estos se concentran en países de ingresos medianos-altos, abarcando en promedio solo seis de los 113 países analizados. Esta situación revela que siguen priorizando los mercados más lucrativos, lo que podría restringir el acceso en regiones menos favorecidas.
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