A principios de 2023, familias y activistas solicitaron a Sudáfrica, India, Brasil y Ucrania que facilitaran la obtención de versiones genéricas de Trikafta, un medicamento para la fibrosis quística. Statnews nos explica lo sucedido en Sudáfrica y la reacción de los activistas que defienden a los pacientes con fibrosis quística [1].
En diferentes momentos, los pacientes y las activistas han abogado por precios más asequibles de Trikafta, y por ampliar el acceso a través de programas de uso compasivo en los lugares donde no está comercializado. También han exigido que se cedan las licencias a fabricantes de genéricos en los mercados donde Vertex no está presente.
Este medicamento no está registrado en Sudáfrica, aunque se han solicitado patentes, por lo que los pacientes lo tienen que comprar en EE UU, donde el precio de lista es de aproximadamente US$322.000 al año. Algunos pacientes viajaron a Argentina para comprar versiones genéricas este medicamente.
Otro aspecto que ha enojado a los activistas es queTrikafta generó más de US$8.900 millones en ventas, pero su costo de producción es inferior a US$5.700 [2], sugiriendo que una versión genérica podría ser viable.
La estrategia de actuar en los cuatro países simultáneamente fue un intento de presionar a la empresa, pero para sorpresa de muchos, los Reguladores de la Compentencia de Sudáfrica determinaron que Vertex Pharmaceuticals ofrecía un acceso adecuado a este tratamiento, generando descontento entre los activistas que afirman que muchos pacientes seguirán sufriendo y muriendo por el alto costo del medicamento. A continuación, un resumen de lo sucedido.
Cheri Nel, una paciente, presentó una demanda contra Vertex alegando que la falta de acceso viola la Constitución sudafricana y los derechos humanos, forzando al gobierno a iniciar una investigación. Vertex reaccionó facilitando que Trikafta estuviera disponible a través de un mecanismo gubernamental, que permite poner a disposición de pacientes individuales un medicamento que no está registrado en el país.
Para lograrlo, Vertex comenzó a trabajar con un plan de salud del sector privado, logrando que el medicamento estuviera disponible a precios que facilitaban el acceso. La empresa también ofreció un programa de asistencia al paciente administrado por una organización no gubernamental, por lo que los pacientes elegibles que pertenecían a ciertos planes médicos podían obtener Trikafta sin costo, ya que también recibían cierta ayuda financiera de sus planes. Esto hizo que Cheri Nel retirara la demanda y satisfizo a la Comisión de Compentencia.
Pero la decisión la Comisión de Competencia enfureció a los grupos de defensa que han estado luchando contra Vertex en diferentes países y quieren que el regulador sudafricano reanude su investigación.
Argumentaron que el acuerdo de acceso en Sudáfrica es insuficiente porque es probable que solo los pacientes con planes médicos de alta gama obtengan el medicamento, ya que solo aproximadamente el 16% de las personas tienen esa cobertura. La Asociación Sudafricana de finrosis quistica estimó que el 63% de los pacientes están excluidos del acuerdo.
Los grupos también se quejaron de que ni Vertex ni el gobierno han revelado los precios, los nombres de los planes médicos que ofrecen cobertura o el tiempo durante el cual Vertex proporcionará los medicamentos.
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