Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

Economía y Acceso
Tratados de Libre Comercio, exclusividad en el mercado y patentes

Comunicaciones

Comentario de Essential Action en referencia a las negociaciones del Grupo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual al cierre de la 61ava Asamblea Mundial de la Salud
24 de mayo de 2008
Traducido por Boletín Fármacos

Comentario de Knowledge Ecology International en referencia a las negociaciones del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual al cierre de la 61ava Asamblea Mundial de la Salud

24 de mayo 2008
Traducido por Boletín Fármacos

Reflexiones sobre la Estrategia Mundial sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual del único representante de las ONG de la salud de América Latina que asintió a la

61 Asamblea Mundial de la Salud

17 de junio de 2008

Germán Holguín Zamorano

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Comentario de Essential Action en referencia a las negociaciones del Grupo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual al cierre de la 61ava Asamblea Mundial de la Salud
24 de mayo de 2008
Traducido por Boletín Fármacos

Hoy la comunidad mundial ha dado un paso muy importante al aprobar la estrategia para reformar el sistema global de investigación y desarrollo (I&D) en medicamentos que no ha sido capaz de responder a las necesidades de los residentes en países en desarrollo.

Tras una ronda de negociaciones difícil, los países se han puesto de acuerdo y han elaborado una estrategia global muy buena que estimulará el desarrollo de medicamentos y otros productos necesarios para resolver problemas de salud prioritarios, y que además permitirá que estos sean económicamente accesibles a los que los necesiten. El modelo de I&D vigente, basado en patentes y monopolios, ha resultado en un sistema en que el objetivo de innovar se contrapone el de tener acceso. Gracias al Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual por primera vez las naciones del mundo han reconocido que la innovación y el acceso son objetivos complementarios de salud pública; es decir que podemos tener “innovación más acceso”.

Los países se han puesto de acuerdo en los siguientes temas:
– Explorar incentivos para estimular la I&D, por ejemplo premios, para que los innovadores no tengan que depender del sistema de patentes y monopolios ni de la perspectiva de establecer precios altos.

  • Estimular la discusión de un Tratado de I&D que incluya un acuerdo por el que todos los países contribuyan a la I&D a nivel global, o al menos participen en el sistema de I&D, si bien el nivel de compromiso de cada país dependería de su nivel de riqueza.
  • Animar a los países en desarrollo a que aprueben e implementen legislación para prevenir y penalizar las prácticas anti-competitivas relacionadas con las patentes de medicamentos.
  • Reconocer la importancia de crear una base de datos global de las patentes de medicamentos para promover la innovación y el acceso a los mismos.
  • Reconocer que la OMS tiene un papel crucial en todo lo que se refiere a documentar y analizar el impacto de las patentes y las reglas de propiedad intelectual para la salud, y en especial en la provisión proactiva de asistencia técnica a los países en desarrollo que tengan problemas de acceso financiero a medicamentos. Esta asistencia técnica debe promover la utilización de las estrategias incluidas en las reglas internacionales de comercio para facilitar el acceso a los tratamientos nuevos y a los protegidos por las patentes.

Por otra parte, queda todavía mucho trabajo importante por hacer para promover modelos de I&D que sean útiles para el mundo en desarrollo. Los países miembros deben implementar el nuevo acercamiento a la I&D que se ha aprobado en la Asamblea Mundial de la Salud. Para que se cumpla lo prometido por el Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual, es muy importante que los países ejecuten y experimenten con las nuevas estrategias para estimular la I&D, como por ejemplo las propuestas que adelantaron Bolivia y Barbados a principios de mes y en las que se proponía la utilización de premios no vinculados a las patentes para responder a las necesidades prioritarias de los países en desarrollo. Se espera que este trabajo empiece muy pronto, en cuanto la OMS –en respuesta al mandato de la Asamblea Mundial de Salud- convoque al Grupo de Trabajo en Investigación y Desarrollo.

Para mayor información puede contactar a Sarah Rimmington,

srimmington@essentialinformation.org

Nota de los editores:

– El Informe del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual, presentado en la 61ª Asamblea Mundial de la Salud A61/9, Punto 11.6 del orden del día 19 de mayo de 2008, está disponible en: www.who.int/gb/ebwha/pdf_files/A61/A61_9-sp.pdf (58 pág.)   ( principio de página…) (regresa a economía)

 

 

Comentario de Knowledge Ecology International en referencia a las negociaciones del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual al cierre de la 61ava Asamblea Mundial de la Salud
24 de mayo 2008
Traducido por Boletín Fármacos

Seis años y medio después de la Declaración de DOHA y cinco después de que se crease la Comisión de Derechos de Propiedad Intelectual, Innovación y Salud Publica (CIPIH), la OMS ha dado un paso importante para cambiar la forma como abordamos la innovación y el acceso a los medicamentos.

La Asamblea Mundial de la Salud ha aprobado por consenso un documento largo y sustantivo que incluye una plétora de temas difíciles e importantes, algunas veces con un impresionante nivel de claridad y detalle, en temas que hasta hace poco se consideraban controvertidos. A nosotros nos impresiona positivamente que la Asamblea Mundial de la Salud haya recomendado:

– el uso de licencias obligatorias y otras flexibilidades para proteger la salud pública
– que los requisitos para registrar medicamentos respeten la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial sobre principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos

Y siga ampliando su apoyo para:

– desarrollar un tratado de investigación y desarrollo (I&D) en biomedicina
– conseguir que se establezca un mecanismo de gestión colectiva de los derechos de propiedad intelectual, y
– el uso de nuevos mecanismos, por ejemplo premios, de incentivos innovadores que no estén vinculados al precio de los productos

Es un lástima que la Asamblea Mundial de la Salud no haya aún estimado las necesidades de financiamiento para la I&D de productos prioritarios, o creado un marco de fuentes de financiamiento sostenible. Además, el secretariado de la OMS aun debe involucrarse en el tema de nuevos mecanismos que separan los incentivos para I&D de los precios de los productos. Estos y otros temas serán objeto de la nueva ronda de negociaciones que empezará pronto.

Para mayor información puede consultar a James Love, james.love@keionline.org

Nota de los editores:
– El Informe del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual, presentado en la 61ª Asamblea Mundial de la Salud A61/9, Punto 11.6 del orden del día 19 de mayo de 2008, está disponible en: www.who.int/gb/ebwha/pdf_files/A61/A61_9-sp.pdf (58 pág.)

  ( principio de página…) (regresa a economía)

 

 

Reflexiones sobre la Estrategia Mundial sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual del único representante de las ONG de la salud de América Latina que asintió a la 61ª Asamblea Mundial de la Salud

Estrategia Mundial sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual
Germán Holguín Zamorano, Director de Misión Salud, 17 de junio de 2008

Introducción

La 61ª Asamblea Mundial de la Salud se realizó en Ginebra, Suiza, del 19 al 24 de mayo pasado, con la participación de delegaciones de alrededor de 180 países, expertos de distintas partes del mundo y representantes de instituciones de la sociedad civil.

El autor de estas notas asistió a la Asamblea por honrosa invitación de HAI Global (Acción Internacional para la Salud), como único representante de las ONG de la salud de América Latina. Asistieron también en representación de las ONG de la salud el Director y los altos ejecutivos de HAI Global, los coordinadores de HAI Europa y HAI Asia Pacifico, y sendos representantes de las ONG de la Unión Europea, Asia Pacífico y África, EE.UU. y Canadá, EFTA, Alemania, Hungría, Lituania y Ucrania.

El hecho más destacado de este evento internacional, desde el punto de vista del futuro de la salud en el mundo en desarrollo, fue que la Asamblea adoptó, mediante Resolución del 24 de mayo, la Estrategia Mundial sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual –en adelante la Estrategia Mundial o simplemente la Estrategia-, que, en concepto de reconocidos analistas internacionales, que nosotros compartimos, constituye “el documento mundial más importante sobre propiedad intelectual y salud pública desde la Declaración de Doha” [1]. Inclusive algunos la han catalogado como de mayor trascendencia que la Declaración de Doha, ya que no sólo reafirma los principios y los derechos consagrados en la Declaración, en particular el derecho de los Miembros de la OMC de utilizar al máximo las flexibilidades previstas en el ADPIC para la defensa de la salud pública y de promover el acceso a los medicamentos para todos, sino que abarca muchos nuevos temas, algunos de los cuales eran considerados inconsensuables.

Conviene resaltar que la Resolución se aprobó por consenso, lo que significa que todos los Estados Miembros de la OMC, incluidos EE.UU., los integrantes de la Unión Europea, los integrantes de la AELC y Colombia están comprometidos a respetarla y aplicarla.

La Estrategia está contenida en un documento de 52 páginas, que comprende tres partes: la Resolución Aprobatoria (3 páginas), la Estrategia (19 páginas) y el Plan de Acción (30 páginas). Este último deberá ser completado por la OMS en los próximos meses en lo relativo al calendario y la estimación de las necesidades de financiación. El texto oficial del documento (versión en inglés y en español) puede encontrarse en la siguiente dirección de Internet:

www.who.int/gb/ebwha/pdf_files/A61/A61_R21-sp.pdf

Trascendencia de la Estrategia

Es muy importante tener en cuenta que la Estrategia es el resultado de una conclusión profunda y grave a la que llegaron órganos de la OMS tras de 5 años de investigación y deliberaciones [2]: El modelo de incentivos para la innovación sanitaria vigente, basado en las patentes y la perspectiva de altos precios de monopolio, no sirve a los países en desarrollo. No sirve porque no se traduce en medicamentos y otros productos para las enfermedades que afectan de manera desproporcionada a la población de esos países (las llamadas enfermedades “desatendidas”, como malaria, tuberculosis, leishmaniasis, Chagas, dengue, lepra, etc.), sino para las enfermedades de los países ricos (diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares, etc.), porque las primeras no representan un potencial de mercado atractivo. Además, porque si bien es cierto que hay algunas innovaciones para las enfermedades de los países ricos, que obviamente también son causas importantes de enfermedad y muerte en los países pobres, también lo es que los frutos de esas innovaciones no son accesibles para los pacientes o los sistemas de salud de estos últimos, debido a los altos precios.

La Estrategia se fundamenta, además, en el reconocimiento de “la creciente carga de morbilidad que afecta de forma desproporcionada a los países en desarrollo”, donde vive el 80% de la población mundial, lo que hace necesario redoblar esfuerzos para desarrollar nuevos medicamentos destinados a combatir las enfermedades que los agobian y para asegurar el acceso de todos a los productos existentes.

Consecuente con lo anterior, la Estrategia establece una nueva manera de concebir la innovación y el acceso a los medicamentos, con miras a la satisfacción de dos necesidades fundamentales: fomentar la investigación y el desarrollo (I&D) de medicamentos y otros productos necesarios para resolver los problemas de salud prioritarios del mundo en desarrollo, basadas no en el mercado sino en las necesidades reales de salud, y mejorar el acceso de la población de estos países tanto a los productos resultantes de este esfuerzo innovador como a los que ya están en el mercado.

Lo anterior implica, según la propia Estrategia, i) evaluar y priorizar las necesidades de investigación de los países en desarrollo con respecto a las enfermedades que los afectan, ii) crear y mejorar la capacidad de innovación tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo en función de tales necesidades, iii) identificar incentivos para los inventores desligados de los precios de monopolio, iv) asegurar mecanismos de financiación sostenibles a largo plazo, y v) estimular la discusión de un Tratado de I&D que incluya un acuerdo por el que todos los países contribuyan al éxito de esta causa, en la medida que se los permita su nivel de riqueza.

En nuestra opinión, estas tareas deberían significar nada menos que la revisión del Acuerdo sobre los ADPIC, con miras a poner el sistema de propiedad intelectual y el modelo de I&D al servicio de la salud de los pobres. Hasta ahora ambos han estado, casi siempre, al servicio de los intereses comerciales. Cada vez que se sientan el gobierno de un país desarrollado y el de un país en desarrollo a dialogar sobre propiedad intelectual, es para concebir mecanismos, no para el fortalecimiento de los derechos del consumidor ni para asegurar el equilibrio entre derechos y obligaciones de los titulares de los derechos de propiedad intelectual, sino para el fortalecimiento de los estándares de protección vigentes. En el caso del Acuerdo de Asociación CAN-UE, por ejemplo, la propuesta de la UE sobre PI comienza anunciando que el objetivo es “alcanzar un adecuado y efectivo nivel de protección y observancia de los derechos de propiedad intelectual”, para nada menciona los derechos de la sociedad. En adelante postulados como éste serán contrarios al espíritu de la Estrategia Mundial y al compromiso asumido por todas las naciones al aprobarla.

En palabras la Dra. Margaret Chang, Directora General de la OMS, la Estrategia Mundial es “Un enorme paso hacia adelante para la salud pública. Con él, la salud avanza hacia la satisfacción de dos necesidades fundamentales y de larga data: mejorar el acceso a las intervenciones existentes e incluir enfermedades de los pobres en la vocación de desarrollo de nuevos productos. Este es un gran adelanto para la salud pública, y los felicito a todos. Es un adelanto que beneficiará a millones de personas durante muchos años. Constituye una contribución sustancial a la imparcialidad en la salud. Es salud pública preventiva en su esplendor” [3].

Papel de la OMS

Otro hecho que imprime trascendencia a la aprobación de la Estrategia es que con ésta los gobiernos del mundo entero han colocado a la OMS en el centro de la formulación de políticas de propiedad intelectual e innovación sanitaria a nivel global, como corresponde a su objetivo constitucional de “alcanzar para todos los pueblos el grado más alto posible de salud”.

En efecto, aun cuando las “partes interesadas” en la Estrategia son muchas -los Estados Miembros de la OMS, organizaciones intergubernamentales internacionales invitadas, como OMPI, OMC y UNCTAD, y otros agentes invitados, como las instituciones nacionales e internacionales de investigación, las instituciones académicas, la industria farmacéutica, las ONG, etc.-, es claro que la OMS es la entidad responsable de su ejecución, así como de la coordinación de las instituciones invitadas a adoptar medidas para su implementación, del apoyo a los Estados Miembros para su aplicación, de la conformación de un grupo de expertos encargado de examinar la actual financiación de las necesidades de investigación e identificar nuevas fuentes de financiación para estimular dichas actividades, y de la labor de seguimiento y evaluación, que incluye informar periódicamente los progresos a la Asamblea Mundial de la Salud.

De esta manera, la Asamblea Mundial de la Salud asignó a la OMS “una función estratégica y central en la relación entre la salud pública, la innovación y los derechos de propiedad intelectual”, y así resolvió el debate que se había planteado entre los Estados Miembros en torno al grado de participación que corresponde a la OMS en cuestiones relativas a la propiedad intelectual.

Como es sabido, alrededor de este debate se formaron tres grupos de países, a saber:
i) Un grupo integrado por EE.UU., Japón y Colombia, profundamente identificado con los intereses de la industria farmacéutica internacional y las industrias biotecnológicas, grandes beneficiarias del actual modelo de propiedad intelectual, que abogaban por una participación
limitada de la OMS, con el argumento de que la propiedad intelectual no tiene ninguna relación con el derecho a la salud;
ii) Una muy fuerte coalición de países en desarrollo, liderada por Brasil y Kenia, con una visible participación de países como Argentina, Chile y Venezuela en América Latina, India, China y Tailandia en Asia, y África del Sur en África. Su pretensión era otorgar a la OMS un mandato amplio y sustancial, que le devuelva el liderazgo de la innovación en salud y le otorgue herramientas para enfrentar las consecuencias sanitarias de las decisiones comerciales, y
iii) Un grupo integrado por la Unión Europea y Canadá, que buscaba posiciones intermedias y puntos de encuentro.

Duele registrar que el consenso de las Naciones Miembros de la Asamblea Mundial de la Salud a favor de la injerencia central de la OMS en estas materias “se produjo –según comentarios de algunos delegados- a pesar del Gobierno colombiano, pues su representante –un funcionario de la Cancillería- hizo causa común con EE.UU.”. Igual ocurrió con el contenido mismo de la Estrategia, al punto que “varios temas de beneficio para la salud de los países en desarrollo, como algunos relativos a criterios de patentabilidad y protección de datos de prueba, no pudieron ser incluidos en atención al veto del binomio EE.UU.-Colombia, contra el parecer del resto de países en desarrollo”. También quedaron por fuera las cinco acciones encaminadas al Inicio Rápido del Plan de Acción, así como una referencia que se hacía a la salud como derecho fundamental “con preeminencia sobre el comercio”.

La sensación que el vocero colombiano dejó entre las delegaciones fue que “sus posiciones extremas en los temas de fondo y su actitud poco diplomática no podían obedecer a instrucciones de la Cancillería, sino a intereses de otra índole. Esto motivó la decisión de no incluirlo en la subcomisión encargada de la redacción final del texto de la Estrategia, lo que de alguna manera facilitó el consenso”.

Principios fundamentales de la Estrategia Mundial

Además de la conclusión de la Comisión CIPIH citada atrás, según la cual el modelo de estímulos a la innovación en materia de salud, basado en las patentes y la expectativa de precios altos, no sirve al mundo en desarrollo, la Estrategia Mundial está inspirada en los siguientes principios fundamentales, entre otros:

– La salud es un derecho fundamental de todo ser humano, sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social.
– Los derechos de propiedad intelectual no deberán impedir que los Estados Miembros de la OMS adopten medidas para proteger la salud y utilicen al máximo las salvaguardas de la salud establecidas en el ADPIC y reafirmados en la Declaración de Doha, en particular las licencias obligatorias.
– La protección de los derechos de propiedad intelectual deberá contribuir a la promoción de la innovación tecnológica y a la transferencia de la tecnología, de modo que favorezca el bienestar social y económico y el equilibrio de derechos y obligaciones.
– Las actividades de I&D de los países desarrollados deben tener más en cuenta las enfermedades de los países en desarrollo. Para ello se requieren incentivos basados no en consideraciones sobre el tamaño del mercado, sino sobre las necesidades reales de salud.
– Urge promover el desarrollo de los productos sanitarios que necesitan los países en desarrollo, los cuales deben estar disponibles en cantidades suficientes y ser accesibles para todos.
– El fomento de la competencia, particularmente la producción y oferta de versiones genéricas, puede mejorar la disponibilidad y la asequibilidad de los medicamentos y otros productos sanitarios.
– Para reducir los precios de los productos sanitarios y aumentar la accesibilidad, deben eliminarse los aranceles de importación, reducirse los impuestos, y monitorearse las cadenas de distribución y las prácticas de adquisición, a fin de reducir al mínimo los costos.

Elementos predominantes de la Estrategia Mundial

La Estrategia está estructurada sobre ocho elementos predominantes, que deben ser alcanzados mediante la adopción de medidas específicas, las cuales están definidas en términos generales por la Estrategia y de manera más concreta por el Plan de Acción. A continuación presentamos una síntesis sobre cada uno de los elementos.

Elemento 1: Establecimiento de un orden de prioridad de las necesidades de I&D en materia de salud
Algunas de las medidas que han de adoptarse para lograrlo son:
–      Conocer periódicamente las necesidades de salud de los países en desarrollo con respecto a las enfermedades que los afectan;
–      Identificar las “lagunas de investigación” existentes en relación con tales necesidades en los diferentes niveles (nacional, regional e internacional);
–      Evaluar sus consecuencias para la salud pública, y
–      Determinar las prioridades en materia de I&D.

Elemento 2: Promoción de las actividades de I&D

Algunas de las medidas que han de adoptarse para lograrlo son:
–     Elaboración de la política de investigación sanitaria de cada país, teniendo en cuenta sus propias necesidades;
–     Ampliar sustancialmente las medidas destinadas a promover y financiar, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados, las actividades de I&D relacionadas con las enfermedades de los primeros.

Elemento 3: Creación y mejora de la capacidad de innovación

Comprende la formulación y el desarrollo de políticas que fortalezcan la capacidad de innovación sanitaria en los países en desarrollo, en particular las capacidades relacionadas con la ciencia y la tecnología, la producción local de productos farmacéuticos y la realización de ensayos clínicos.

Elemento 4: Transferencia de tecnología

Comprende la promoción de una corriente de transferencia de tecnología sanitaria, mediante la cooperación entre los países y las redes locales y regionales de investigación, a fin de crear y mejorar la capacidad innovadora referente a las enfermedades de los países en desarrollo.

Elemento 5: Aplicación y gestión del régimen de propiedad intelectual para contribuir a la innovación y promover la salud pública

Algunas de las medidas que han de adoptarse para lograrlo son:
–      Apoyar la aplicación y gestión del régimen de PI de una manera que maximice la innovación relacionada con las necesidades de salud de los países en desarrollo, sea compatible con las disposiciones del ADPIC y promueva el acceso a los productos sanitarios.
–      Promover los esfuerzos de las instituciones nacionales y regionales encaminados a crear y mejorar la capacidad para gestionar y aplicar el régimen de PI de forma orientada a atender las necesidades y prioridades de salud de los países en desarrollo.
–      Facilitar un acceso generalizado a bases de datos mundiales sobre patentes de productos sanitarios.
–      Identificar y aplicar nuevos incentivos para las actividades de I&D relacionada con las enfermedades y las prioridades de investigación de los países en desarrollo, diferentes a las patentes y la perspectiva de precios altos, por ejemplo la constitución de un fondo internacional  para premiar los esfuerzos innovadores relativos a tales prioridades.
–      Estudiar la posibilidad de adaptar la legislación nacional para aprovechar plenamente las flexibilidades para la protección de la salud pública contenidas en el ADPIC y en la Declaración de Doha, de forma orientada a atender sus necesidades y prioridades de salud pública.
–       Observar el impacto de las medidas comerciales sobre la salud.

Elemento 6: Mejora del acceso de los productos sanitarios

Algunas de las medidas que han de adoptarse para lograrlo son:
–      Fortalecimiento de los sistemas de salud.
–      Adopción de políticas apropiadas para reducir los costos de los productos sanitarios, como la  vigilancia de la fijación de precios, la eliminación de aranceles de importación, la eliminación o reducción de impuestos, y la utilización de mecanismos de compras conjuntas,
–      Alentar a las empresas farmacéuticas a considerar políticas que favorezcan el acceso de los países en desarrollo a medicamentos de calidad, incluida la de fijación diferencial de precios.    
–      Fomento de la competencia en los países en desarrollo para mejorar la disponibilidad y la pública, específicamente la producción e introducción de medicamentos genéricos, en particular de los medicamentos esenciales, mediante la expedición de leyes y/o la elaboración de políticas apropiadas, incluida la excepción Bolar.
–      Aumentar la información de que disponen los formuladores de políticas, los usuarios, los médicos y los farmacéuticos acerca de los productos genéricos.
–      Estudiar la posibilidad de adoptar medidas para prevenir el abuso de los derechos de propiedad intelectual por sus titulares o el recurso a prácticas que limiten el comercio de manera injustificada.
–      Promover la aplicación de principios éticos a los ensayos clínicos en los que participen seres humanos, como requisito para el registro de medicamentos, haciendo referencia a la Declaración de Helsinki.

Elemento 7: Promoción de mecanismos de financiación sostenible de las actividades de I&D

Comprende el fortalecimiento de los mecanismos de financiación sostenible para las actividades de I&D de interés para el tratamiento de las enfermedades comprendidas en esta estrategia. Para este efecto la OMS establecerá un grupo de expertos de duración limitada, con la misión de examinar los sistemas de financiación actuales, así como propuestas de fuentes nuevas e innovadoras de financiación.

Elemento 8: Establecimiento de sistemas de seguimiento de esta Estrategia

Comprende la labor de seguimiento de la Estrategia Mundial, a cargo de la OMS, que incluye la finalización del Plan de Acción, la formación del grupo de expertos, que se espera empiece a operar en los próximos tres meses, y el proceso de supervisión y evaluación de resultados. Cada dos años la OMS presentará a la Asamblea de la Salud un informe sobre los progresos realizados. La primera evaluación completa de la Estrategia se llevará a cabo en cuatro años.

La Estrategia Mundial y los TLC

El tema de los acuerdos de comercio está presente en varios pasajes de la Estrategia y del Plan de Acción, lo que nos parece obvio si se tiene presente que el Capítulo de Propiedad Intelectual que suelen incluir los acuerdos, por presión de los países desarrollados y de la industria farmacéutica internacional, siempre tiene por finalidad establecer estándares de propiedad intelectual ADPIC plus, que tienen la capacidad de causar grave daño a la salud pública de los países en desarrollo, en términos de incremento de los principios activos protegidos, aumento del gasto en salud y pérdida de acceso a los medicamentos y otros productos sanitarios.

Entre las medidas recomendadas para evitar o reducir el daño destacamos las siguientes, no sin antes recordar que la Estrategia Mundial fue aprobada por todas las naciones por consenso, por lo que todas, incluidas EE.UU., la UE y la AELC, están comprometidas a respetarla y aplicarla:
–    Promover la participación activa y efectiva de representantes del sector de la salud, en las negociaciones de los acuerdos de comercio relacionadas con la propiedad intelectual, a fin de que  esas negociaciones recojan las necesidades de salud pública.
–    Tomar en cuenta y respetar en las negociaciones de tales acuerdos las flexibilidades previstas en el ADPIC y en la Declaración de Doha.
–    Al considerar la posibilidad de adoptar o aplicar una protección de la PI ADPIC plus, tener en cuenta las consecuencias de salud pública.
–    Tanto en la negociación como en la implementación de estos acuerdos, deben adoptarse criterios coherentes con la promoción de la salud pública, teniendo en cuenta las circunstancias del país.

Comentarios finales

Es indudable que la Estrategia Mundial constituye la decisión más importante sobre propiedad intelectual y salud pública adoptada a nivel mundial desde la Declaración de Doha. Ella nos brinda un nuevo enfoque sobre la innovación y la propiedad intelectual, para encauzarlas hacia la satisfacción de las necesidades de salud de los países en desarrollo. Por primera vez las naciones han reconocido que el modelo de innovación actual no genera soluciones para las enfermedades de los pobres y que para generarlas es preciso identificar y aplicar incentivos para los inventores diferentes a las patentes y la expectativa de altos precios. O sea que debe revisarse el régimen internacional de propiedad intelectual.

Aunque la Estrategia Mundial no obliga a los países, ya que la Resolución aprobatoria no es vinculante en términos técnicos, lo cierto es que el hecho de su aprobación por consenso compromete a todos los países y a todas las partes interesadas, a respetarla y aplicarla. Según expresión de la OMS, “constituye un compromiso para todos” [5].

El reto grande ahora es lograr que todos cumplan. Conseguir que todos los protagonistas -Estados Miembros, OMS y demás organizaciones internacionales competentes, instituciones de investigación, academia, alianzas publico-privadas, industria relacionada con la salud, ONGs de la salud, etc.- adopten las medidas concretas contenidas en la Estrategia y el Plan de Acción. Mediante esfuerzos concertados podremos lograr que las actividades de I&D y los regímenes de PI den prioridad a las necesidades de salud del mundo en desarrollo y convertir en realidad el sueño del acceso universal a los medicamentos y demás productos sanitarios.

En lo que respecta a Colombia, nuestra propuesta es que el Gobierno Nacional, representado por el Viceministerio de Salud, que es el ente responsable de la salud pública, desencadene un proceso dirigido a la aplicación pronta y plena de la Estrategia Mundial en el país. El ideal sería convertir a Colombia en “país piloto” para la ejecución de la Estrategia, lo que nos aseguraría cuantiosos recursos de apoyo, humanos y económicos, pero consideramos poco probable que el Gobierno en pleno posea la voluntad política necesaria para este empeño. La actitud asumida por la Cancillería colombiana en el Grupo IGWG y en la 61ava Asamblea Mundial de la Salud, alimentan este sentimiento. Nuestra esperanza está en el Viceministerio de Salud, dado su compromiso de velar por la salud de todos.

Nosotros, como sociedad civil, haremos cuanto esté a nuestro alcance, solos y unidos con otras organizaciones, para asegurar la aplicación de la Estrategia en Colombia y en la región. Concretamente, enfocaremos nuestro esfuerzo a tres tareas: i) Apoyar a la OMS -en particular a la Secretaría para la Salud Pública, la Innovación y la Propiedad Intelectual (PHI) y a la OPS- en el cumplimiento de sus funciones relacionadas con la Estrategia; ii) Apoyar al Viceministerio de Salud de Colombia en el cumplimiento del compromiso de aplicar plenamente la Estrategia en Colombia, y vigilar el proceso de implementación correspondiente, y iii) Cumplir las funciones que nos puedan corresponder como parte interesada que somos.

Adicionalmente, contribuiremos al funcionamiento de una alianza de la sociedad civil andina y latinoamericana, con la misión de hacer seguimiento a la implementación de la Estrategia Mundial en la región. Sabemos que para desarrollar una labor exitosa se requiere el fortalecimiento de las organizaciones de la salud, las redes y las plataformas de diálogo y concertación existentes, y haremos el esfuerzo de ubicar y gestionar las fuentes de financiación adecuadas.

Como parte de este empeño integrador, seguiremos adelante con la conformación y la coordinación de la alianza de la sociedad civil andina y la sociedad civil europea frente al proceso de negociación del Acuerdo de Asociación CAN-UE (Alianza SC CAN-UE), a fin de procurar que dicho Acuerdo aplique las recomendaciones de la Estrategia Mundial en materia de acuerdos comerciales.

Referencias:

1. IP Watch, “La OMS adopta el documento más importante sobre propiedad intelectual y salud pública desde la Declaración de Doha”, por William New, 30.05.2008.
2. La Comisión de Derechos de Propiedad Intelectual, Innovación y Salud Pública (CIPIH), creada por la Asamblea Mundial de la Salud hace 5 años, el Grupo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual (Grupo IGWG), creado por la Asamblea Mundial de la Salud en 2006, y tres grupos de redacción, integrados por el Grupo IGWG. En todos estos órganos participaron Estados Miembros de la OMS y otras partes interesadas, entre ellas expertos e instituciones de la sociedad civil.
3. Comentarios de la Dra. Margaret Chang en la ceremonia de clausura de la 61ª Asamblea Mundial de la Salud, 24.05.2008. Tomados del artículo de IP Watch titulado “La OMS adopta el documento más importante sobre propiedad intelectual y salud pública desde la Declaración de Doha”, por William New, 30.05.2008.
4. Tito von Schoen, Director de la Campaña de Acceso a Medicamentos Esenciales de Médicos Sin Fronteras. Tomado del artículo de IP Watch citado en la nota 1.
5.Elil Renganathan, Secretario Ejecutivo de la Secretaría para la Salud Pública, la Innovación y la Propiedad Intelectual (PHI) de la OMS. Tomado del artículo de IP Watch citado en la nota 1.

 

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modificado el 13 de septiembre de 2017