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España. Cerca de 900 casos de hepatotoxicidad por consumo de fármacos, en los últimos 20 años
Acta Sanitaria, 20 de febrero de 2014
http://www.actasanitaria.com/cerca-de-900-casos-de-hepatotoxicidad-por-consumo-de-farmacos-en-los-ultimos-20-anos/
Los hepatólogos reunidos en el XXXIX Congreso Anual de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) han presentado los datos del Registro Nacional de Hipertoxicidad Hepática, el cual ha dado a conocer que en los últimos veinte años se han reportado un total de cerca de 900 casos de hepatotoxicidad debido al consumo de fármacos.
Un dato alarmante con el que ha dado la comunidad médica a partir de la realización de este registro es que en los últimos tres años se han multiplicado por tres los casos de hepatotoxicidad producida por el consumo de anabolizantes, hormonas comercializadas en el mundo del culturismo que causan que entre un 20% y un 30% de las personas que los consumen desarrollen hepatitis.
El Dr. Raúl Andrade, miembro de la AEEH y director del Grupo Española para el Estudio de las Hepatopatías asociadas de los Medicamentos, define hepatotoxicidad como, “cualquier daño hepático producido por fármacos o drogas. Nuestro hígado esta especialmente expuesto al daño tóxico justamente porque es el órgano encargado de eliminar los agentes extraños a nuestro organismo, proceso que se conoce como biotransformación”.
Existen más de 900 drogas relacionadas con el daño hepático y es la razón más frecuente para retirar un medicamento del mercado. La hepatotoxicidad es, además, la responsable de un 5% de todos los ingresos hospitalarios y un 50% de todas las insuficiencias hepáticas agudas.
Aunque es cierto que hay algunos fármacos que al tomarse en dosis elevadas o por un largo periodo de tiempo pueden causar daños hepáticos debido a una sobredosis, en la mayor parte de casos la hepatotoxicidad es debida a una predisposición genética única del individuo, que hace que se generen metabolitos tóxicos en el hígado con independencia de la dosis ingerida. Estos casos de daño hepático se producen incluso con una dosis terapéutica normal (la recomendada) y se dan en un promedio de una de cada diez mil personas que ingieren el fármaco.
Más del 90% de Los fármacos que producen hepatotoxicidad son medicamentos que se administran por vía oral, ya que los fármacos administrados por vía parenteral son, mayoritariamente eliminados directamente por vía renal y, por tanto, no es necesario que se procesen por el hígado con lo que en general (exceptuando los fármacos quimioterápicos) tienen menor riesgo de lesionar el hígado. Así lo explica el Dr. Raúl Andrade, “la práctica totalidad de los medicamentos que se administran por vía oral, que son la mayoría de los fármacos, tienen que ser necesariamente absorbidos en el intestino y, para que esto suceda, requieren ser sustancias solubles en aceite (lipofilicas). Los medicamentos absorbidos llegan hasta el hígado dónde se transforman en sustancias solubles en agua (hidrofílicas) lo que permite que se pueden transportar a la sangre y finalmente ser eliminados por el riñón a través de la orina”.
Cuando hay algún fallo en este proceso de biotransformación química de los fármacos dentro del hígado, es cuando se producen los casos de hepatotoxicidad. “Aun así, el mecanismo de producción de toxicidad hepática de cada fármaco es muy complejo y se desconoce el mecanismo exacto; lo que si sabemos es que se trata de una suma compleja de factores genéticos y ambientales que alteran el proceso, ya que también puede influir la respuesta inmunológica del sujeto, la misma composición del fármaco, la propia alimentación del paciente, etc.”, señala el experto; y añade, “es un problema infrecuente pero potencialmente grave que puede ocurrir con casi cualquier medicamento que encontramos en la farmacia. Una media del 5% de los casos de hepatitis que se diagnostican en la práctica clínica serían debido a los fármacos”.
La problemática de esta enfermedad recae en la dificultad del diagnóstico, ya que no existe un análisis concreto para su detección y los especialistas la detectan por descarte de otras enfermedades hepáticas, razón por la cual existe un infradiagnóstico de los casos. En este sentido el Dr. Raúl Andrade destaca que, “la toxicidad hepática se manifiesta con una hepatitis que puede evolucionar en algunos casos hacia un fallo hepático agudo, con lo que el sujeto necesitaría un trasplante hepático o hasta podría llegar a fallecer, y, en otros casos, la enfermedad puede evolucionar hacia una lesión hepática crónica e incluso irreversible. Así pues, se trata un problema que puede ser potencialmente mortal pero que a su vez es muy difícil de detectar ya que no existen indicadores específicos que, en una analítica, nos puedan señalar cuando un fármaco esta produciendo daño en un hígado, y sus manifestaciones clínicas, los síntomas, son los mismos que cualquier hepatitis viral. Lo que si sabemos es que la hepatitis tóxica es más grave que la hepatitis vírica ya que tiene una mortalidad mayor. De los sujetos que sufren una hepatitis aguda toxica al menos el 10% necesitarán un trasplante o morirán a causa de la hepatitis, cuando, por ejemplo, en el caso de las hepatitis B aguda este porcentaje es de menos del 1%”, señala el Dr. Andrade; y añade que, “por suerte, en la mayor parte de las ocasiones cuando se suprime el tratamiento la evolución es satisfactoria y se produce una recuperación del daños hepático”.