Retiro y Solicitudes de Retiro del Mercado
Mefloquina.Un Nuevo intento para evitar que los militares canadienses utilicen mefloquina. (New push for ban on mefloquine in the Canadian military)
Sheila Pratt
Edmonton Journal, 30 de enero de 2016
http://edmontonjournal.com/news/insight/new-push-for-ban-on-mefloquine
Traducido por Salud y Fármacos
Exsoldados del disuelto regimiento aeroptransportado canadiense están presionando para que se prohíba el polémico medicamento contra la malaria, conocido como mefloquina, que algunos dicen que afectó su desastrosa misión en Somalia en 1993.
Dos eventos – la prohibición en 2013 en EE UU del uso de la mefloquina por las fuerzas especiales y la aparición de nuevos estudios científicos demostrando que la toxicidad de la droga puede causar daño cerebral permanente – deben forzar la revisión de la política canadiense, dice John Dowe, un ex soldado del ejército aerotransportado.
Dos ex médicos militares también están de acuerdo, ya que estudios recientes muestran que a largo plazo produce efectos adversos similares a los síntomas del trastorno por estrés post-traumático.
Dowe fue testigo de los terribles acontecimientos de marzo de 1993 – cuando dos soldados aerotransportados mataron a golpes a un civil somalí, Shidane Arone, por robar en el campamento canadiense ubicado en el desierto, en Belet Huen. Y cree que la mefloquina, con sus numerosos efectos adversos, jugó un papel en la conducta atroz de los dos soldados. Esos efectos secundarios incluyen pesadillas, insomnio, depresión, deterioro cognitivo, cambios de humor y agresividad.
El otoño pasado, Dowe comenzó a trabajar con la Alianza Internacional de Veteranos por la Mefloquina, que está pidiendo la prohibición del uso del medicamento “por las fuerzas militares en todo el mundo”. Existen grupos de apoyo en Australia, Reino Unido y Canadá, dijo Dole.
La campaña internacional cobró fuerza el pasado otoño, cuando en respuesta a la creciente crítica en ese país, una comisión parlamentaria del Reino Unido inició una investigación sobre la mefloquina.
La campaña recibió un gran impulso este mes, cuando durante la consulta, el ministro de defensa británico Mark Lancaster pidió una disculpa a los soldados por haberles administrado el medicamento indebidamente.
Al igual que en Canadá, el fármaco se distribuía a todos los soldados británicos que se dirigían a regiones propensas a la malaria, como Afganistán, a pesar de que el productor aconsejaba que se evaluaran individualmente los factores de riesgo de cada soldado, tales como condiciones preexistentes, incluyendo la depresión.
“Ese fue un día muy significativo para nosotros”, dijo Dole. Los soldados del ejercito aerotransportado en Somalia recibieron el fármaco sin que se hiciera una evaluación individual de sus riesgos y durante la misión nadie monitoreados los efectos secundarios”, dijo.
Hervey Blois, un asistente médico en la fatídica misión de Somalia, recordó recoger semanalmente “la bolsa de sandwich” con la gran píldora y sin advertencias sobre los efectos secundarios y sin alertar de que debían dejar de tomar el medicamento si se producían efectos secundarios.
El asistente médico Hervey Blois pasó 20 años en las fuerzas armadas. Los soldados tomaron el fármaco los miércoles. Esas noches, los lloros y los gritos de los soldados con pesadillas – conocidas como “meflomares” – interrumpían la tranquilidad de África, dijo Blois, que sigue sufriendo los efectos secundarios.
A finales de 2015, Blois escribió al Departamento de Defensa y de Asuntos de Veteranos para solicitar ayuda y una disculpa a los soldados del regimiento aerotransportado.
“No estoy contento con la respuesta, no responde para nada a los cuestionamientos” dijo Blois.
El Departamento de Defensa confirmó que el medicamento sigue siendo “un antimalárico de primera línea”, y es un medicamento que se usa junto con otros medicamentos contra la malaria. Pero en estos días, menos soldados lo están utilizando – alrededor de 5%, dijo la portavoz Jennifer Eckersley.
El fabricante del medicamento, Roche, dijo durante la investigación británica que este producto acarrea mayor riesgo de depresión y ansiedad que otros medicamentos contra la malaria. “Por eso debe prescribirse adecuadamente, de acuerdo con las directrices, que exigen una evaluación del riesgo individual, dijo el Dr. Franches Nicole al comité.
Dado el incremento en la evidencia de sus efectos a largo plazo, el fármaco debe retirarse, dicen dos médicos.
En julio de 2013, la FDA emitió advertencias más fuertes sobre posibles efectos secundarios permanentes de tipo neurológico, como mareo, ansiedad, depresión y alucinaciones.
La FDA también señaló la posibilidad de que los soldados con toxicidad por mefloquina – niveles tóxicos en el cerebro – puedan haber sido mal diagnosticados con otros trastornos, como el trastorno de estrés postraumático.
Poco después de estas advertencias, los militares de EE UU prohibieron el uso de la droga por las fuerzas especiales, que incluyen Boinas Verdes y los Rangers del Ejército, y la convirtieron en un medicamento de último recurso para el resto de militares.
Greg Passey, ex psiquiatra del ejército canadiense que tomó mefloquina durante su servicio en Ruanda, dijo que la nueva investigación apunta claramente a efectos a largo plazo por haber tomado el medicamento. “Éramos conscientes de los efectos agudos”, pero la investigación reciente muestra que hay efectos a largo plazo, dijo Passey, quien pasó 22 años como oficial médico en el ejército.
Passey, que trata a veteranos en la clínica operacional de lesiones por stress de British Columbia, espera que los militares estén dando seguimiento a los tratados con mefloquina porque podría darse el caso de que haya que ofrecer servicios a los soldados afectados. Passey añadió que también está convencido de que la mefloquina “jugó un papel muy importante” en el comportamiento del cabo primero, Clayton Matchee, y la privada, Kyle Brown, en la golpiza, tortura y muerte del civil somalí.
El Dr. Remington Nevin, un ex médico militar en EE UU, epidemiólogo y reconocido experto en efectos neuropsiquiátricos de la mefloquina que da clases en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore puso presión durante años para que se prohibiera el medicamento en el ejército de EE UU. Y dijo que el ejército canadiense también debe abandonar el medicamento. Sólo la mefloquina, un neurotóxico, puede dañar el sistema nervioso. Otros medicamentos contra la malaria, la doxiciclina y Malarone, no lo hacen, dijo Nevin en una entrevista.
Es casi imposible recetar el medicamento de forma segura cuando las tropas están en el campo de batalla, dijo.
Los reguladores de medicamentos de EE UU y Europa advierten de la necesidad de suspender el fármaco cuando empiezan a aparecer “los síntomas que son muy frecuentes”, incluyendo el insomnio, sueños anormales o ansiedad, dijo.
Sin embargo, muchos soldados no informan los efectos secundarios de tipo psicológico o no los atribuyen al medicamento, dijo, por lo que no dejan de tomarlo cuando deberían. “Hay muchas razones por las que un soldado puede tener noches de insomnio durante la batalla”, y él o ella no pueden darse cuenta de que es una consecuencia del medicamento, dijo Nevin.
“En un contexto militar, la mefloquina no se puede utilizar como se indica”.
Nevin también testificó en diciembre en el Reino Unido y dijo que la lista de síntomas ha crecido hasta incluir pesadillas, que son experimentadas por “una minoría considerable de los que tomaron la droga”.
Los sueños vívidos ahora se consideran una señal temprana de susceptibilidad a la toxicidad, dijo Nevin.
Muchos piensan que las reacciones adversas se producen sólo en los soldados con historia previa de problemas de salud mental. “Esto no es verdad. Cualquier persona está en riesgo “, dijo el comité.
En EE UU, la política militar requiere que antes de prescribir el medicamento se haga una evaluación de cada soldado. Pero no siempre se hace, testificó. En Afganistán, uno de cada siete soldados presentó signos de alerta, indicando que no debían usar el medicamento, pero se les dio la mefloquina, Nevin dijo al comité.
En Australia, la Fuerza de Defensa del país, compuesta por la marina, el ejército y la fuerza aérea, ha puesto en marcha una investigación interna sobre el uso de la droga. Los soldados australianos utilizaron por primera vez el fármaco en 2001-02, durante una misión de mantenimiento de la paz en Timor Oriental y más tarde en Afganistán.
En su testimonio ante la comisión británica, Lancaster dijo que todavía apoya la política militar de su país de mantener la mefloquina en la lista de medicamentos contra la malaria aprobados para el uso por los soldados. Pero se disculpó frente a ese “número limitado” de soldados que afirman que no fueron evaluados médicamente antes de tomar el medicamento. “Si ese fuera el caso, me gustaría aprovechar esta oportunidad para pedir disculpas a todo el personal, en servicio o excombatientes”.
“Yo y mi departamento tomamos muy en serio las afirmaciones de que se han recetado indebidamente medicamentos al personal en servicio y que estos han experimentado efectos adversos graves y de larga duración”.
El ex psiquiatra militar ve el peligro del medicamento contra la malaria
En enero de 1996, el psiquiatra del ejército Dr. Greg Passey informó a sus jefes de que iba a prestar declaración durante la investigación sobre en la conducta del ahora disuelto regimiento aerotransportado canadiense en Somalia.
Passey estaba convencido de que el medicamento antimalárico que tomaban las tropas, la mefloquina, había jugado un papel en el comportamiento impactante de los dos soldados involucrados en la muerte a golpes de civil somalí Shidane Aron en 1993, durante una misión en ese país.
“Yo había servido con los aerotransportados en Ruanda. Eran muy profesionales”, dijo Passey en una entrevista reciente. Pero algo fue mal en esa fatídica noche en Somalia. Passey pensaba que la mefloquina había jugado un papel. “Pensé que los militares deben estar al tanto – y que los tribunales deben tener en cuenta – que [la mefloquina] puede tener un efecto extremo en el comportamiento individual.
“Escribí una carta a la comisión en enero de 1996 y ofrecí mi opinión de que la mefloquina tenía efectos secundarios importantes… como la paranoia y la agresión.” “Desafortunadamente, el gobierno liberal cerró la investigación la semana antes de que fuera a declarar. Y ese fue el final de mi participación en el asunto hasta ahora”.
En los últimos meses, los ex veteranos aerotransportados han iniciado una campaña para prohibir la mefloquina y volver a examinar su impacto en los ex soldados. Passey, que pasó a convertirse en un experto en el trastorno por estrés post-traumático, está de acuerdo con sus preocupaciones.
Observó los efectos secundarios cuando se encontraba en Ruanda, justo después del genocidio, donde el general canadiense Romeo Dallaire dirigió una pequeña fuerza de la ONU. Passey era el líder de un equipo de salud mental enviado para evaluar la salud de los militares que fueron testigos de la masacre.
El ex psiquiatra del ejército Greg Passey es un experto en el tratamiento de trastorno de estrés postraumático. También está preocupado sobre los nuevos estudios que muestran síntomas similares entre los soldados que tuvieron reacciones adversas a la mefloquina, un medicamento contra la malaria.
Passey tomó mefloquina. Mientras que él personalmente no tuvo efectos secundarios, los vio en dos miembros de su equipo, lo que hizo que se sintiera incómodo. “Estos dos se aislaron, desconfiaban, estaban algo paranoides y verbalmente agresivos. En un momento dado, en una reunión, uno de ellos sacó un cuchillo y jugaba con él”.
Passey dijo que la autoridad militar tiene derecho a solicitar que las tropas tomen el medicamento, si es la única manera de evitar contraer la malaria. “Desde una perspectiva militar en un escenario de guerra, la misión tiene prioridad”, dijo. “Pero si es posible, es mejor no prescribirla”.
Sobre la mefloquina
El ejército de EE.UU y Roche desarrollaron la mefloquina en la década de 1970 para prevenir la malaria y tratarla.
La han utilizado ampliamente y durante años viajeros y miembros de las fuerzas armadas.
Los efectos secundarios conocidos para algunos usuarios incluyen pesadillas, depresión, deterioro cognitivo, comportamiento agresivo y paranoia.
Se entregó al regimiento aerotransportado canadiense en 1993 para la misión de Somalia.
Desde 2009, el medicamento ya no está en la lista de medicamentos preferidos de los militares en EE UU
En 2013 después de que la FDA emitiera fuertes advertencias sobre sus efectos secundarios, los militares de EE UU prohibieron que las fuerzas especiales la usen.
La FDA mantiene el medicamento en el mercado, siempre y cuando se prescriba correctamente.
Todavía es utilizado por las fuerzas armadas del Reino Unido, Australia y Canadá.