La decisión llega en un momento delicado para el gobierno, que está a punto de empezar el proceso para salir de la Unión Europea, y quiere fomentar la inversión de industrias estratégicas, incluyendo el sector farmacéutico de alta tecnología.

Las farmacéuticas británicas acusaron el miércoles al gobierno conservador de Teresa May de romper el compromiso que hizo público de mejorar el acceso a los nuevos medicamentos, al aprobar nuevas normas de costos que entrarán en vigor el 1 de abril.

La enfadada respuesta de las empresas de Big Pharma y biotecnología se produce a pesar de que el gobierno hizo una concesión en la última versión del esquema la cual aumenta el umbral de costo de ciertos medicamentos para enfermedades raras por encima de lo que había planificado previamente.

Algunas organizaciones benéficas, incluyendo la Sociedad de Alzheimer, también expresaron preocupación porque las medidas podrían significar demoras en la obtención de tratamientos nuevos para las personas con problemas graves.

Las compañías farmacéuticas ya están preocupadas porque Brexit podría convertir a Inglaterra en un mercado menos atractivo, especialmente si el país queda fuera del sistema de obtención de licencias de medicamentos de la Unión Europea.

El Instituto Nacional para la Excelencia de Salud y Atención (NICE), que determina la rentabilidad de los nuevos medicamentos, y el NHS de Ingaterra dicen que sus nuevos procedimientos acelerarán la disponibilidad de medicamentos que ofrecen un valor excepcional.

Sin embargo, los ejecutivos de la industria farmacéutica creen que pocos o ninguno de los nuevos medicamentos se beneficiarán realmente de esta disposición, y el impacto general de los cambios será sobrepasado por las restricciones presupuestarias recién introducidas.

“Las propuestas que hoy hacen NICE/NHS de Inglaterra rompen la promesa del manifiesto de 2015 del Partido Conservador por acelerar la introducción de medicamentos rentables en el NHS”, dijo Mike Thompson, CEO de la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica [nota de los editores de SyF: en el Reino Unidos hay cuatro NICE/NHS para Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte].

El nuevo sistema significa que los nuevos medicamentos que cuesten al Servicio Nacional de Salud (NHS) más de £20 millones (US$1 = 0,8184 libras) al año ya no serán financiados automáticamente, aunque sean rentables. En cambio, las empresas tendrán que entrar en negociaciones para justificar su uso y conseguir que los cubran.

Jeremy Hughes, CEO de la Sociedad de Alzheimer, dijo que cualquier medicamento nuevo para ayudar a las 850.000 personas con demencia en Gran Bretaña tendría que costar sólo 23,5 libras al año para ajustarse al umbral del gasto.

Limitaciones similares se aplicarán a los medicamentos para las enfermedades muy raras que cuestan más de £300,000 por año y aportan buena calidad de vida.

Anteriormente, el límite propuesto para las enfermedades raras había sido de £100.000, pero el CEO de NICE, Andrew Dillon, dijo que las autoridades habían revisado el plan después de recibir comentarios.

Incluso con el nivel superior, las farmacéuticas argumentan que la introducción de límites a los costos de los medicamentos que tratan a un puñado de pacientes sería perjudicial y podría amenazar el flujo de medicamentos nuevos.

Significativamente, las nuevas reglas se aplican solamente a Inglaterra, dejando el sistema tal como está funcionando en Escocia.

“Construirán un Muro de Adriano [fortificación que construyeron los romanos para defensa de la provincia de Britania] para pacientes ingleses que ya no podrán acceder a nuevos tratamientos innovadores que seguirán disponibles en Escocia”, dijo Steve Bates, CEO de la BioIndustry Association.