Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

Prescripción

Deprescribir medicamentos para adultos mayores
(Deprescribing Medications for Older Adults)
Lisa Esposito
US News, 17 de enero de 2018
https://health.usnews.com/health-care/patient-advice/articles/2018-01-17/deprescribing-medications-for-older-adults
Traducido por Salud y Fármacos

Muchos adultos mayores toman demasiados medicamentos de venta con receta o los toman en dosis demasiado altas. Las recetas que se comenzaron hace mucho tiempo para tratar afecciones médicas temporales, por las razones que sean, nunca se interrumpen. Los medicamentos para usos preventivos pueden ofrecer poco o ningún beneficio después de cierta edad y en cambio en los usuarios mayores pueden generar efectos secundarios inaceptables.

Hay un movimiento para eliminar el exceso de medicamentos que tienen más probabilidades de dañar que de contribuir a la salud de los pacientes mayores. Se conoce como deprescribir, y se reduce a hacer una cuidadosa evaluación del tratamiento que esta recibiendo el paciente y adecuarlo a las necesidades individuales de cada paciente, eliminando los medicamentos que se han ido acumulando en el transcurso de sus vidas y que han dejado de ser necesarios.

La polifarmacia o sobremedicación se define de diversas maneras. Un umbral comúnmente utilizado es la ingesta de cinco o más medicamentos diferentes. Los pacientes pueden acumular totales de medicamentos mucho más elevados, dice Cynthia Blevins, una enfermera en Medicina Interna de Penn State Health General en Lancaster. Blevins, que es una firme defensora de la deprescripción, también es profesora adjunta del programa de enfermería especializada de la Universidad de Millersville en Pensilvania.

No se trata solo de contar píldoras. El problema más grande es que las personas tomen medicamentos que no necesitan.

Blevins describe a una paciente que acudió para ingresar en un hogar de ancianos donde ella practicaba. Al principio de su vida, era obeso y tenía presión arterial alta. Pero las circunstancias cambiaron y perdió una cantidad significativa de peso; sin embargo, todavía estaba tomando cuatro medicamentos antihipertensivos. Como resultado, su presión arterial era peligrosamente baja. “Nadie le estaba dando seguimiento o no lo hacían cuidadosamente”, dice ella. Una vez que se cortaron estos medicamentos, su presión arterial se estabilizó.

Más de un tercio de los adultos estadounidenses mayores de 60 años toman al menos cinco medicamentos de venta con receta, según un artículo de revisión en la edición de julio de 2017 de la revista Journal of Family Practice. El estudio, dirigido por la Dra. Kathryn McGrath, geriatra y profesora asociada afiliada a los Hospitales Universitarios Thomas Jefferson en Filadelfia, ofrece a los proveedores de atención médica un plan para la deprecripción.

Un ciclo involuntario pero vicioso puede llevar a la sobremedicación. “La polifarmacia a menudo ocurre cuando un efecto adverso del medicamento se malinterpreta como un nuevo problema médico, lo que lleva a la prescripción de más medicamentos para tratar el síntoma inicial inducido por el fármaco”, explican los autores.

Las interacciones medicamentosas pueden empeorar la retención de líquidos en personas con insuficiencia cardíaca, aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular en personas con demencia, dañar aún más la función renal en personas con enfermedad renal o empeorar los problemas urinarios, como la retención o la incontinencia.

Se está haciendo investigación sobre los beneficios para la salud de la deprescripción, pero los hallazgos hasta ahora son prometedores. Después de la deprescripción, se ha demostrado que los pacientes tienen menos caídas, mejor cognición y mayor satisfacción.

Hable con sus proveedores de atención médica y su farmacéutico acerca de cómo reducir su lista de medicamentos a los que realmente necesita. Así es como funciona la deprescripción.

Identifique su medicamento “mariscal de campo“. Es probable que su médico de atención primaria o enfermera profesional, su proveedor habitual de atención médica sea la mejor opción para re-evaluar su colección de medicamentos. Después de ser dado de alta del hospital o de consultar a un especialista, su proveedor habitual puede organizar las recetas nuevas.

“A menudo, el cardiólogo no ha prestado atención a lo que recetó el reumatólogo”, dice James McCormack, profesor de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá. “El reumatólogo no ha prestado atención a lo que el psiquiatra le ha prescrito. Ahí es donde empiezan los problemas”.

Hable con su farmacéutico. Su farmacéutico de la comunidad puede alertarlo sobre los riesgos de los medicamentos e identificar los medicamentos que podrían reducirse y eliminarse de manera segura. Maximizar la calidad de vida de los adultos mayores es el objetivo principal de la deprescripción, dice Tasha Woodall, directora asociada de farmacoterapia en geriatría del Centro de educación de salud en Asheville, Carolina del Norte.

Traiga todos sus medicamentos para su revisión. Una gran colección de medicamentos en sus respectivos contenedores constituye un poderoso argumento para la deprescripción. Para hacerlo, los médicos utilizan pautas y algoritmos de deprescripción específicos para evaluar y priorizar sus medicamentos.

Vuelva a evaluar las dosis. La capacidad de su cuerpo para descomponer y eliminar los medicamentos disminuye a la mitad entre los 30 y los 70 años, dice McCormack. “Probablemente, entre tres cuartas partes y el 80% de todos los efectos secundarios se deben a las dosis: dar demasiado”, dice. La reducción de las dosis a medida que las personas envejecen es un componente importante de una prescripción y una deprescripción adecuadas.

Considere alternativas de estilo de vida. En lugar de tomar una estatina, podría obtener tanto o más beneficios si hace ejercicio y come de una manera más saludable para reducir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Del mismo modo, haciendo estos cambios en el estilo de vida probablemente reducirá la presión arterial alta, si está cerca del límite de la normalidad, sin los efectos secundarios de los medicamentos antihipertensivos.

Pregunte si los beneficios son significativos. Entre las personas que nunca han tenido un ataque cardíaco o un derrame cerebral, solo entre uno y tres de cada 100 se beneficiarán en un lapso de cinco a diez años por tomar una estatina o un medicamento para la presión sanguínea, dice McCormack. Si el impulso preventivo vale la pena dependerá del individuo, dice: “Solo hay una persona que puede decidir eso, y ese eres tú”.

Eche un vistazo a los riesgos. A los adultos mayores con un ritmo cardíaco irregular llamado fibrilación auricular a menudo se les recetan medicamentos que diluyen la sangre o anticoagulantes para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Sin embargo, la warfarina y otras píldoras anticoagulantes conllevan riesgos de sangrado. Los médicos y los pacientes deben sopesar estos riesgos juntos.

Tenga cuidado con los sedantes. Reducir el consumo de medicamentos para el insomnio o para la ansiedad como Xanax y Ativan es un buen punto de partida para la deprescripción, dice Woodall. Cualquier medicamento que afecte al sistema nervioso central, incluyendo los sedantes, antipsicóticos y antidepresivos, debe reconsiderarse cuidadosamente.

“En algunas personas, muchos de esos medicamentos continúan siendo apropiados para toda la vida”, dice Woodall. “Pero el efecto acumulativo de tener a alguien con tres, cuatro o cinco de estos medicamentos psicotrópicos que afectan su cerebro puede ser una receta para el desastre, en términos de caídas y deterioro cognitivo”.

Preste atención a los antiácidos. Los medicamentos antiácidos conocidos como “inhibidores de la bomba de protones” (IBP), como Nexium, Prilosec o el omeprazol genérico, brindan alivio a corto plazo para problemas gastrointestinales como el reflujo ácido o la acidez estomacal. Sin embargo, su uso a largo plazo tiende a acelerar la pérdida ósea, dice Woodall.

El uso a largo plazo de los IBP también pone a los adultos mayores en riesgo de infección con la bacteria Clostridium difficile, señala Blevins, que puede causar problemas gástricos graves. La neumonía es otro posible efecto secundario de C. difficile.

No pase por alto los medicamentos de venta libre. También es importante analizar cualquier fármaco y producto de venta libre. Por ejemplo, se desaconseja el uso de Benadryl como ayuda para dormir, que muchas personas mayores toman. También se deben analizar las vitaminas, los suplementos dietéticos, los remedios herbales e incluso las cremas y geles tópicos.

Piense en el costo. La reducción de los costos es otro beneficio de eliminar medicamentos innecesarios. Para los medicamentos que sí ayudan, el cambio a versiones genéricas es otra forma de ahorrar.

Elimine los medicamentos con cuidado. Al descontinuar solo un medicamento a la vez, usted y su equipo de atención médica pueden vigilar de cerca cómo esto les afecta. En muchos casos, la reducción gradual de la dosis en un programa de reducción progresiva es más seguro que suspender abruptamente el medicamento.

La deprescripción no es una medida única, sino un proceso, Woodall dice: “Volvemos al paciente. A veces tenemos que volver a agregar cosas que tratamos de eliminar. Otras veces es muy exitoso y seguimos adelante, y vamos quitando cosas lo mejor que podemos”.

creado el 4 de Diciembre de 2020