Investigaciones
Síndrome del túnel carpiano: a veces inducido por fármacos
Revue Prescrire 2019; 39(426): 264-267
Traducido por Salud y Fármacos
El síndrome del túnel carpiano engloba a un grupo de trastornos sensoriales, y algunas veces motores, causados por la compresión del nervio mediano en el túnel carpiano, que está en la muñeca, entre los huesos y el ligamento transverso del carpo. Se manifiesta como dolor, hormigueo o entumecimiento a lo largo de la distribución sensorial del nervio mediano, es decir, los primeros tres dedos y el lado lateral del cuarto dedo. En algunos pacientes, estos síntomas se extienden a toda la mano o, a veces, se irradian al antebrazo o incluso hasta el hombro. El síndrome del túnel carpiano es frecuente en adultos [1, 2].
El síndrome del túnel carpiano es más frecuente en mujeres embarazadas o menopáusicas, en personas obesas y en pacientes con diabetes, hipotiroidismo o amiloidosis. Un traumatismo que afecte a la región de la mano-muñeca, como una fractura de la muñeca, movimientos enérgicos repetitivos o la vibración de la mano y la muñeca, pueden provocar la aparición del síndrome del túnel carpiano [2-4]. Una neuropatía que afecte al nervio mediano, trastornos del tejido conectivo o trastornos de las articulaciones, como osteoartritis o artritis reumatoide, también pueden causar el síndrome del túnel carpiano. Los mecanismos implicados son compresión anatómica, inflamación, engrosamiento de los tendones y edema o hematoma en el túnel carpiano, porque ese espacio no se expande [1, 2].
A veces está involucrado un fármaco. En 2019, ¿cuáles son los principales fármacos que se sabe que pueden conllevar un riesgo de síndrome del túnel carpiano?
Para responder a esta pregunta, hicimos una revisión de la información principal, recopilada según la metodología de Prescrire.
Anastrozol y otros inhibidores de la aromatasa
Anastrozol, exemestano y letrozol son inhibidores de la aromatasa empleados para el tratamiento del cáncer de mama. Estos fármacos inhiben la conversión extraovárica de andrógenos en estrógenos, pero no bloquean la formación de estrógenos en los ovarios. Los trastornos musculoesqueléticos, incluyendo el dolor articular, óseo y muscular, son más frecuentes con los inhibidores de la aromatasa que con tamoxifeno (modulador selectivo de los receptores de estrógenos) o el placebo. Este aumento de la frecuencia ya se había observado en ensayos clínicos [4-6].
En un ensayo clínico con 3.864 mujeres menopáusicas con cáncer de mama, tras una mediana de seguimiento de 6,4 años, se notificó la aparición de síndrome del túnel carpiano en el 3,4% de las mujeres tratadas con anastrozol frente al 1,6% de las mujeres tratadas con placebo [1, 4].
Otros ensayos clínicos han demostrado una frecuencia más alta, estadísticamente significativa, del síndrome del túnel carpiano con anastrozol que con tamoxifeno (2,6% frente a 0,7%, respectivamente), con exemestano que con tamoxifeno (2,8% frente a 0,6%) y con letrozol que con tamoxifeno (0,8% frente a 0,2%) [4-6].
En la mayoría de los casos, los síntomas del síndrome del túnel carpiano fueron de gravedad moderada y normalmente aparecieron durante el primer año de exposición al inhibidor de la aromatasa. En una serie de casos en los que se suspendió el inhibidor de la aromatasa, los síntomas se resolvieron sin cirugía en una mediana de tiempo de 4 meses [6].
Anticonceptivos hormonales
El embarazo es un factor de riesgo que sugiere que las hormonas estrogénicas y progestágenas tienen un rol en el síndrome del túnel carpiano [4].
Sin embargo, los datos clínicos sobre la relación entre la anticoncepción hormonal y el síndrome del túnel carpiano son débiles, antiguos y opuestos [7-9]. En enero de 2019, el extracto de la base de datos europea de farmacovigilancia que es de acceso público contenía algunos casos de síndrome del túnel carpiano atribuidos a varios progestágenos, utilizados en monoterapia o combinados, incluyendo a levonorgestrel en 22 casos [10].
Danazol
Danazol es un inhibidor de la gonadotropina que tiene actividad androgénica moderada, sin actividad estrogénica o progestogénica. Se emplea para el tratamiento de la endometriosis y el edema angioneurótico hereditario [11]. En la década de 1980 se publicaron dos casos de síndrome del túnel carpiano relacionado con danazol [12].
Hormona del crecimiento
Los pacientes con acromegalia causada por un exceso de hormona del crecimiento a menudo también se ven afectados por el síndrome del túnel carpiano [13].
Se han descrito informes y series de casos de síndrome del túnel carpiano tras diversos usos de la hormona del crecimiento, incluyendo niños tratados por trastornos del crecimiento, hombres de edad avanzada y por autoadministración entre los atletas [14-18].
La afectación a menudo fue bilateral, con un inicio que varió desde unos pocos meses hasta varios años después del inicio de la exposición a la hormona del crecimiento. En varios casos, los síntomas desaparecieron durante los meses posteriores al cese de la exposición.
Bifosfonatos
Los bifosfonatos conllevan un riesgo de dolor articular, óseo y muscular, que puede llegar a ser severo [19, 20]. Se han atribuido casos de síndrome del túnel carpiano a los bifosfonatos [19].
Un estudio de cohortes realizado entre 1994 y 2005, a partir de datos extraídos de una base de datos de atención primaria del Reino Unido, incluyó a 59.475 mujeres mayores de 51 años, sin diagnóstico de cáncer [19]. Este estudio comparó la aparición del síndrome del túnel carpiano en 19.825 mujeres que habían recibido al menos una receta de bifosfonato oral, frente a 39.650 mujeres no expuestas [19].
El síndrome del túnel carpiano se diagnosticó en 1,2% de las mujeres en el grupo de bifosfonatos frente al 0,8% de las mujeres en el grupo control. Tras ajustar por diversos factores de confusión, hubo un aumento estadísticamente significativo del riesgo de síndrome del túnel carpiano entre las mujeres expuestas a un bifosfonato, con un riesgo relativo de 1,4 (intervalo de confianza del 95% (IC95): 1,2-1,6) [19].
Anticoagulantes
El síndrome del túnel carpiano se ha descrito en pacientes tratados con anticoagulantes. De hecho, la compresión del nervio mediano puede deberse a un hematoma en la región de la muñeca por la que pasa el nervio mediano [21-23].
Una publicación japonesa notificó un caso de síndrome de túnel carpiano agudo atribuido a apixabán, en ausencia de cualquier traumatismo [21]. Otra publicación mencionó el mismo problema durante el tratamiento con rivaroxabán [22]. En la base de datos europea de farmacovigilancia aparecen algunas docenas de casos del síndrome del túnel carpiano atribuidos a anticoagulantes orales de acción directa (apixabán, dabigatrán, edoxabán, rivaroxabán) [23].
La heparina estuvo implicada en el desarrollo de síndrome del túnel carpiano tras formarse un hematoma en la región de la muñeca que se utilizó para la inserción de un catéter [24].
Se han observado casos de síndrome del túnel carpiano en pacientes tratados con warfarina que acababan de sufrir un traumatismo menor en la muñeca [25, 26].
Fármacos antirretrovirales
Se han descrito varios casos de síndrome del túnel carpiano relacionado con inhibidores de la proteasa del VIH. Se han propuesto varios mecanismos, como trastornos metabólicos o aumento de peso [27, 28].
El síndrome del túnel carpiano también se cita como efecto adverso, poco frecuente, de un inhibidor de la integrasa del VIH, raltegravir [29, 30].
Y también
Teriflunomida, un inmunosupresor empleado en algunas formas de esclerosis múltiple. El síndrome del túnel carpiano se notifica con frecuencia como efecto adverso de la teriflunomida [31]. En enero de 2019, el extracto de acceso público de la base de datos europea de farmacovigilancia enumeraba 26 casos de síndrome del túnel carpiano relacionado con teriflunomida [32].
Un equipo describió ocho pacientes que desarrollaron el síndrome del túnel carpiano durante un tratamiento que incluyó interleucina-2. Los síntomas aparecieron inmediatamente o poco después de la inyección de interleucina-2, y no parecieron ser dosis-dependientes. Los síntomas fueron moderados y se resolvieron de forma espontánea en las 48 horas posteriores a la retirada del fármaco [33]. Se han publicado otros dos casos de síndrome del túnel carpiano atribuidos a interleucina-2. Un paciente sintió dolor intenso en ambas manos, y el otro tuvo una sensación de hormigueo y dolor en una mano [34].
Los trastornos musculoesqueléticos y las neuropatías periféricas son efectos adversos conocidos de las fluoroquinolonas [35, 36]. Un estudio de casos y controles mostró una relación entre la exposición a una fluoroquinolona y el síndrome del túnel carpiano (sin comparación con otro antibiótico) [35, 37].
Se han notificado algunos casos de síndrome del túnel carpiano con beta-bloqueantes que se resolvieron espontáneamente entre 6 y 10 semanas después de la retirada del fármaco [38, 39].
Se han publicado dos casos de síndrome del túnel carpiano relacionados con disulfiram (empleado para reducir el consumo de alcohol). Los pacientes estaban asintomáticos entre 6 semanas y 3 meses después de la retirada del fármaco [40].
Las colagenasas derivadas del Clostridium histolyticum se comercializan para el tratamiento de la contractura de Dupuytren. Se han atribuido casos de síndrome del túnel carpiano a este tratamiento, como resultado de la inflamación en el sitio de inyección [41-43].
En la práctica: en casos de síndrome del túnel carpiano tenga en cuenta a los fármacos
Al afrontar un caso de síndrome del túnel carpiano, lo mejor para el paciente es considerar el posible rol de un fármaco. Cuando un fármaco esté probablemente involucrado en el síndrome del túnel carpiano, su retirada es una de las opciones terapéuticas a considerar, dado que a menudo permite que los síntomas reviertan, evitando así el tratamiento quirúrgico.
Revisión producida colectivamente por el Equipo Editorial: sin conflictos de intereses
Búsqueda bibliográfica hasta el 1 de febrero de 2019
Referencias