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Acceso y Precios

Los países más pobres del mundo dependen de India para acceder a las vacunas. Es insostenible

(The world’s poorest countries are at India’s mercy for vaccines. It’s unsustainable)
Achal Prabhala. Leena Menghaney
The Guardian, 2 de abril de 2021
https://www.theguardian.com/commentisfree/2021/apr/02/india-in-charge-of-developing-world-covid-vaccine-supply-unsustainable
Traducido por Salud y Fármacos, publicado en Boletín Fármacos: Economía, Patentes y Precios 2021; 24(2)

Tags: Covid, pandemia, acceso a vacunas, AstraZeneca, naconalismo de vacunas, Reino Unido, Gavi, Serum Institute, Unión Europea

Esto es lo que sucede cuando un tercio de la humanidad depende de un fabricante para las vacunas Covid. Hay que renunciar a las patentes ahora.

Cuando el programa de vacunación del Reino Unido se “desvió” por un retraso en la recepción de cinco millones de dosis de la vacuna AstraZeneca desde India, la realidad era mucho más escalofriante: aproximadamente un tercio de la humanidad, la que vive en los países más pobres, se enteró de que casi no recibirán vacunas contra el coronavirus en el futuro cercano, porque India requería urgentemente vacunar a su propia población.

Es un tanto irónico que Gran Bretaña acuse a India de nacionalismo de las vacunas. Que el Reino Unido, que ha vacunado a casi el 50% de sus adultos con al menos una dosis, exija vacunas a India, que hasta ahora solo ha vacunado al 3% de su población, es inmoral. Que el Reino Unido ya haya recibido varios millones de dosis de India, así como otros países ricos como Arabia Saudita y Canadá, es una farsa.

Los miles de millones de dosis de AstraZeneca que produce el Serum Institute en India no son para los países ricos y, de hecho, ni siquiera para India solamente: son para los 92 países más pobres del mundo.

Excepto que ahora las tratan como propiedad soberana del gobierno indio.

¿Cómo llegamos aquí? Hace exactamente un año, los investigadores del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, pioneros en la carrera para desarrollar una vacuna contra el coronavirus, declararon que tenían la intención de otorgar a cualquier fabricante, en cualquier lugar, los derechos de su vacuna. Una de las primeras licencias que firmaron fue con el Serum Institute, el mayor fabricante de vacunas del mundo. Un mes después, siguiendo el consejo de la Fundación Gates, Oxford cambió de rumbo y le dio los derechos exclusivos a AstraZeneca, una empresa farmacéutica multinacional con sede en el Reino Unido.

AstraZeneca y Serum firmaron un nuevo contrato. Serum produciría vacunas para todos los países pobres elegibles para recibir ayuda de Gavi, la Alianza de Vacunas, una organización respaldada por los gobiernos de los países ricos y la Fundación Gates. Estas 92 naciones juntas representan la mitad del mundo, o casi cuatro mil millones de personas. La parte de estas vacunas que le correspondería a la India, por población, debería haber sido del 35%. Sin embargo, hubo un acuerdo no escrito por el que Serum destinaría el 50% de su suministro para uso doméstico y el 50% para la exportación.

El acuerdo incluía una cláusula que permitía a AstraZeneca aprobar exportaciones a países que no figuran en el acuerdo. Algunos países que solicitaron envíos de vacunas de emergencia de Serum, incluyendo Sudáfrica y Brasil, tenían una buena justificación: no tenían nada más. Sin embargo, los países ricos como el Reino Unido y Canadá, que habían comprado más dosis de las necesarias para vacunar a su gente, en detrimento de todos los demás, no tenían ningún derecho moral a acceder a vacunas designadas para países pobres.

Paradójicamente, cuando Sudáfrica e India pidieron a la Organización Mundial del Comercio que renunciara temporalmente a las patentes y a otros monopolios farmacéuticos para que se pudieran fabricar vacunas en más sitios y evitar el desabasto, el Reino Unido, Canada y Brasil estuvieron entre los primeros países en objetar el acuerdo. Los mismos gobiernos que más tarde pedirían a India que solucionara su propia escasez de suministro.

El acuerdo no incluía restricciones al precio que Serum podría cobrar, a pesar de la promesa de AstraZeneca de vender su vacuna sin fines de lucro “durante la pandemia”, lo que llevó a Uganda, que se encuentra entre los países más pobres de la tierra, a pagar tres veces más que Europa por la misma vacuna. (Un portavoz de AstraZeneca le dijo a Politico que “el precio de la vacuna varía debido a una serie de factores, incluyendo el costo de fabricación, que varía según la región geográfica, y los volúmenes solicitados por los países”).

Cuando quedó claro que la industria farmacéutica occidental apenas podía abastecer a Occidente, y mucho menos a cualquier otro lugar, muchos países recurrieron a las vacunas chinas y rusas. Mientras tanto, el mecanismo Covax, respaldado por Gavi, que adquiere vacunas para los países pobres, se mantuvo firme e hizo tratos exclusivamente con los fabricantes de vacunas occidentales. De esos acuerdos, el único viable que tiene es el de la vacuna de AstraZeneca. La mayor parte del suministro de esta vacuna proviene de Serum y una cantidad menor de SK Bioscience en Corea del Sur. El resultado es que un tercio de toda la humanidad depende en gran medida del suministro de una vacuna de una empresa India.

La participación del gobierno indio
A diferencia de los gobiernos occidentales, que invirtieron miles de millones en la investigación y el desarrollo de vacunas, no hay evidencia de que el gobierno indio haya proporcionado un centavo en fondos de investigación y desarrollo al Serum Institute. (Esto no impidió que el gobierno convirtiera cada entrega de vacuna en el extranjero en una sesión fotográfica). Luego, el gobierno autorizó cada envío de Serum a Covax, incluyendo, según una fuente bien ubicada dentro del instituto, el número de dosis y las fechas.

El gobierno indio no ha hecho comentarios públicos sobre su participación en los envíos de las vacunas y ha rechazado las solicitudes de comentarios.

El mes pasado, ante un aumento de las infecciones, el gobierno indio anunció una expansión de su programa de vacunación nacional que incluiría a 345 millones de personas, y detuvo todas las exportaciones de vacunas. Ya se han distribuido alrededor de 60 millones de dosis, y el gobierno necesita otros 630 millones para cubrir a todos, únicamente en esta fase. Hay otra vacuna que tiene permiso de comercialización, la Covaxin de Bharat Biotech, pero se está produciendo y utilizando en cantidades más pequeñas. A medida que se aprueben más vacunas, la presión sobre Serum podría disminuir. Sin embargo, por ahora, la mayor parte de los objetivos de vacunación de India se cumplirán con un solo proveedor, que se enfrenta a la difícil opción de defraudar a los otros 91 países que dependen de él u ofender a su propio gobierno.

Las consecuencias son devastadoras. Hasta la fecha, Serum ha producido 28 millones de dosis para que a través del mecanismo Covax se distribuyan en el mundo en desarrollo, de las cuales 10 millones se destinaron a India. El segundo envío más grande fue a Nigeria, que recibió 4 millones de dosis, o las suficientes para cubrir al 1% de su población. Dado el nuevo pedido del gobierno indio de 100 millones de dosis, los suministros adicionales a países como Nigeria pueden retrasarse hasta julio. Y dado que el gobierno requiere 500 millones más de dosis de vacuna a corto plazo, esa fecha seguramente podría retrasarse aún más.

Este desorden colosal era totalmente predecible y podría haberse evitado de muchas maneras. Los países ricos como el Reino Unido, EE UU y los de la Unión Europea, y las organizaciones ricas como Covax deberían haber utilizado su financiación a las compañías farmacéuticas occidentales para cortar de raíz los monopolios de las vacunas. La Universidad de Oxford debería haberse apegado a sus planes de permitir que cualquier persona, en cualquier lugar, pudiera fabricar su vacuna. AstraZeneca y Covax deberían haber autorizado al mayor número de fabricantes en tantos países como pudieran para producir suficientes vacunas para el mundo. No se debería haber puesto al gobierno indio como encargado del bienestar de todos los países pobres del planeta.

Durante años, nos hemos referido a India como “la farmacia del mundo en desarrollo”. Es hora de repensar ese título. Necesitaremos muchas más farmacias en muchos más países para sobrevivir a esta pandemia.

creado el 16 de Junio de 2021