Ética
Imagínese que es parte de un proyecto que sale terriblemente mal, provoca un escándalo, le cuesta una tonelada de dinero a su empresa e incluso pone a personas en riesgo. Ahora imagine que después de ese tipo de desempeño su empresa lo recompensa con un aumento de sueldo y una bonificación.
Los críticos dicen que esto es lo que está sucediendo con los ejecutivos de las grandes compañías farmacéuticas y de atención médica involucrados en la crisis de los opioides.
“Cuando el liderazgo falla… la junta directiva debe estar dispuesta a responsabilizar a sus ejecutivos”, dijo Shawn Wooden, tesorero del estado de Connecticut.
Su trabajo incluye invertir los fondos de pensiones estatales y otro dinero de los contribuyentes en empresas, incluyendo en algunas de las productoras de medicamentos y corporaciones de salud más grandes del país.
Wooden cree que los ejecutivos de algunas de esas empresas tomaron decisiones arriesgadas, haciendo que se involucraran mucho en el negocio de los opioides.
Más de 450,000 estadounidenses han muerto por sobredosis de opioides desde que las compañías farmacéuticas comenzaron a fabricar, distribuir y vender grandes cantidades de analgésicos de venta con receta (Ver las estadísticas del CDC en este enlace https://www.cdc.gov/drugoverdose/data/statedeaths.html).
Ahora muchas empresas se enfrentan a un tsunami de demandas por opioides, se han declarado en quiebra o van a tener que pagar miles de millones de dólares en acuerdos.
Pero Wooden dice que los directores ejecutivos y otros altos ejecutivos siguen recibiendo recompensas.
Una empresa pierde US$6.600 millones, y se recompensa a su CEO.
Wooden señala una reciente discusion entre accionistas por la compensación a Steve Collis, director ejecutivo de AmerisourceBergen desde 2011.
La empresa acordó pagar US$14,3 millones a Collis por su trabajo en 2020, un aumento del 26%. En ese mismo año, su empresa alcanzó un acuerdo tentativo de US$6.600 millones con los gobiernos estatales y locales por promover el uso y ventas innecesarias de opioides [1].
Wooden dijo que la pérdida del juicio por los opioides “casi acaba con pérdidas equivalentes a las ganacias de una década”.
Explica que al calcular la paga de Collis, el directorio de la compañía debería haber tenido en cuenta, además de la pérdida, el “daño a la reputación y el daño social” causado por el negocio de opioides de AmerisourceBergen.
AmerisourceBergen, en sus conversaciones para llegar a un acuerdo no ha admitido ninguna culpabilidad.
En un comunicado a NPR, un portavoz de la compañía dijo que Collis recibió la compensación que le correspondía de acuerdo con el “principio de pago por desempeño que se utiliza para compensar a los ejecutivos cuando alcanzan resultados financieros específicos”.
Pero la compañía reconoce que al calcular el desempeño de Collis, su directorio excluyó los “gastos relacionados con el litigio”. Lo que significa que todo el lío de los opioides, todo lo relacionado con los “costos legales o de cumplimiento de la normativa” quedó fuera de consideración.
A pesar de las objeciones de Wooden y de Seth Magaziner, tesorero estatal de Rhode Island, [2], una estrecha mayoría de los accionistas de la compañía votó a principios de este mes para aprobar la compensación de Collis.
Collis no está solo. CardinalHealth, también pendiente de un acuerdo por los opioides valorado en aproximadamente US$6.500 millones [3], otorgó un bono de US$2,5 millones a su director ejecutivo Michael Kaufman en 2020 [4].
El director ejecutivo de Purdue Pharma recibe un bono tras la declaración de culpabilidad de la empresa
Los críticos en el Congreso dicen que uno de los casos más preocupantes de compensación a los ejecutivos de las farmacéuticas involucra al Dr. Craig Landau, director ejecutivo de Purdue Pharma, fabricante de OxyContin.
Landau ha sido ejecutivo de la firma desde finales de la década de 1990. Entre 2013 y 2017, fue director ejecutivo de Purdue Pharma en Canadá, una empresa que, según un portavoz de Purdue, “opera de forma independiente”. Luego ocupó el puesto más alto en Purdue Pharma en EE UU en 2017.
Aunque no admite ningún delito personal, se le menciona en docenas de demandas por opioides (Ver por ejemplo https://www.mass.gov/files/documents/2019/07/11/43_01%20First%20Amended%20Complaint%20filed%2001-31-2019_0.pdf).
En 2019, Landau llevó a Purdue a la bancarrota [5] y luego, el año pasado, su empresa admitió haber cometido delitos federales relacionados con la venta de opioides [6].
A pesar de ese historial, la junta de Purdue Pharma recompensó a Landau con un bono de casi US$3 millones, una decisión aprobada por un juez federal de quiebras.
En diciembre, en una comparecencia ante un comité de supervisión del Congreso, se solicitó a Landau que devolviera el dinero para distribuirlo entre los acreedores y las personas afectadas por la epidemia de opioides.
“¿Va a renunciar a este bono de US$3 millones que está sacando de los bolsillos de las personas que deberían obtener ese dinero del tribunal de quiebras?” preguntó la representante Raja Krishnamoorthi, Democrata por Illinois.
“Ya he hecho, voluntariamente, concesiones monetarias significativas para que se avance en el el proceso de quiebra”, declaró Landau.
“Así que la respuesta es no”, dijo Krishnamoorthi. “Quiere esos US$3 millones a expensas de las víctimas de los opioides. Qué vergüenza, Dr. Landau, qué vergüenza”.
Landau expresó su pesar por el daño causado por el OxyContin y nuevamente dijo que no había hecho nada malo personalmente.
En una declaración a NPR, Purdue Pharma elogió el liderazgo de Landau y dijo que fue compensado adecuadamente.
“A pesar de tener vientos en contra sin precedentes, el Dr. Landau ha liderado la empresa y ha entregado resultados para muchas de las partes interesadas”, dijo el portavoz.
Accionistas afectados por el fiasco de los opioides
Charles Elson, experto en gobierno corporativo y ética de la Universidad de Delaware, dijo que este tipo de compensación ejecutiva que dan las empresas envueltas en la crisis de salud pública deja mal sabor de boca.
“No importa la cantidad, sigue siendo la misma estupidez de siempre”, dijo Elson, y señaló que es frecuente que las corporaciones estadounidenses recompensen a los ejecutivos con bonos considerables, incluso cuando las cosas van mal.
Según Elson, las pérdidas financieras, como los miles de millones de dólares que tienen que pagar en los acuerdos por los opioides, generalmente se transmiten a los estadounidenses que poseen acciones en estas compañías.
“Los accionistas no son simplemente un grupo de personas en Wall Street, los accionistas somos de hecho todos los que también sufrimos daños”, dijo Elson. “Creo que por eso es irritante ver como recompensan a los ejecutivos”.
Referencias