Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

Para mejorar el uso de los medicamentos

10 reglas para un uso más seguro de los medicamentos

(10 rules for safer drug use)
Worst Pills, Best Pills Newsletter, noviembre de 2021
Traducido por Salud y Fármacos, publicado en Boletín Fármacos: Prescripción, Farmacia y Utilización 2022; 25 (2)

Tags: uso apropiado de medicamentos, revisión de medicamentos, deprescripción, evitar sobreprescripción, registro de medicamentos, reacciones adversas a medicamentos, efectos adversos, desechar medicamentos

Regla 1: Converse con su médico.
Siempre que acuda a un médico que no haya visto antes, o a uno con el que nunca haya tenido una conversación amplia, reúna todos los medicamentos, tanto si son de venta libre como si requieren receta, así como los suplementos dietéticos que toma y llévelos a la consulta. Con la ayuda de su médico, rellene un documento con todos los medicamentos que toma, los que le han recetado y los que no requieren receta, así como los suplementos dietéticos (Ver un ejemplo en www.worstpills.org/public/drugsheet.pdf).

En ese documento debe anotar, para cada uno de los medicamentos: el nombre del fármaco, la fecha en la que lo empezó a tomar o le cambiaron la dosis, el médico que se lo recetó, la razón por la que lo está usando, los problemas a los que hay que prestar atención, las interacciones con otros medicamentos o alimentos, los nuevos problemas o quejas que ha experimentado desde que empezó a tomar el medicamento y si éste le está funcionando.

El objetivo de este documente es que usted y su médico tengan un registro actualizado de todos los medicamentos que utiliza, las razones para utilizarlos, sus efectos secundarios y otra información esencial. Es imposible exagerar la importancia de este primer paso, que es también el más importante para prevenir las reacciones adversas a los medicamentos.

Los médicos nunca deben prescribir un fármaco o renovar una receta sin tener un conocimiento completo y actualizado de todos los medicamentos que el paciente ya está tomando o que es probable que tome. Antes de tener esta “conversación” con su médico, su farmacéutico lo puede ayudar a rellenar partes de su documento sobre los medicamentos.

Una vez haya incluido todos los medicamentos y suplementos dietéticos que esté tomando, pida a su médico que le ayude a terminar de llenar el documento. Probablemente podrá rellenar usted mismo gran parte de la información relativa a los medicamentos de venta libre y a los suplementos dietéticos, y su médico podrá ayudarle con la mayor parte de la información relativa a los medicamentos de venta con receta, al menos de los que le haya recetado.

Regla 2: Asegúrese de que el tratamiento farmacológico es realmente necesario.
A menudo, algunos fármacos se recetan para tratar problemas coyunturales como la soledad, el aislamiento y la confusión. Siempre que sea posible, antes de tomar medicamentos hay que intentar resolver estos problemas con estrategias no farmacológicas, como emprender nuevas actividades, socializar con otras personas y salir de casa. Cuando una persona sufre una depresión tras la pérdida de un ser querido, por ejemplo, el apoyo de amigos, familiares o un psicoterapeuta suele ser más eficaz que un antidepresivo.

La hipertensión arterial leve y la diabetes tipo 2 leve pueden responder a terapias no farmacológicas, como la pérdida de peso y el ejercicio, que son preferibles a la terapia farmacológica. Para el estreñimiento, el aumento de la ingesta de fibra y líquidos es preferible al uso de laxantes. El uso de medias de compresión es menos costoso, más seguro y probablemente más eficaz que tomar diuréticos o pastillas para cuando se hinchan las piernas por mala circulación venosa (excluyendo la enfermedad cardíaca).

Sólo en raras ocasiones se deben recetar fármacos para tratar la ansiedad o el insomnio, sobre todo en los adultos mayores. Muchos de estos fármacos son peligrosos y adictivos.

Las enfermedades o reacciones adversas a un fármaco rara vez o nunca deben tratarse con un tratamiento farmacológico. Por ejemplo, el tratamiento adecuado para el parkinsonismo inducido por un fármaco es suspender el uso del fármaco causante, no tomar un segundo fármaco para tratar el problema.

Hable siempre con su médico sobre si un medicamento puede causar efectos secundarios peores que la enfermedad que quiere tratar. El principio rector: utilizar el menor número posible de fármacos para reducir las reacciones adversas y aumentar las probabilidades de tomar los medicamentos que realmente sean necesarios.

Regla 3: Cuando inicie el tratamiento con un fármaco, comience con la dosis más baja posible.
En la mayoría de los casos en que hay que seguir un tratamiento farmacológico, especialmente en los adultos mayores, es más seguro empezar con una dosis inferior a la habitual para la población adulta. En otras palabras, “empezar con una dosis baja; ir despacio”. Una dosis más baja provocará menos efectos adversos, que casi siempre están relacionados con la cantidad de la dosis. Algunos expertos sugieren que, para la mayoría de los medicamentos, los pacientes de edad avanzada deben empezar el tratamiento con un tercio o la mitad de la dosis habitual para adultos. Después deben vigilar la aparición de efectos secundarios, y sólo si es necesario ir aumentando la dosis lentamente.

Regla 4: Cuando empiece a tomar un medicamento nuevo, compruebe si puede suspender otro.
Si su médico está considerando añadir un nuevo fármaco a su tratamiento, utilice esa oportunidad para reevaluar los medicamentos que ya está tomando y eliminar los que no son absolutamente esenciales. La posibilidad de una interacción farmacológica adversa entre el nuevo fármaco y uno de los antiguos podría llevar a tener que suspender o cambiar uno de los medicamentos.

Regla 5: Hable regularmente con su médico sobre la suspensión de sus medicamentos.
Revise con su médico la necesidad de continuar con cada uno de los medicamentos que está tomando al menos cada tres o seis meses. Cuando se trate de fármacos que afectan a la mente, como los somníferos, los tranquilizantes y los antidepresivos, esta reevaluación debe ser más frecuente. El principio que prevalece para los médicos y los pacientes debe ser el de suspender cualquier fármaco a menos que sea esencial.

Muchas de las reacciones adversas a los fármacos se producen porque los medicamentos se siguen utilizando demasiado tiempo después de que dejan de ser necesarios. Muchos fármacos -como los antidepresivos, los somníferos, los tranquilizantes y otros que se prescriben para un problema agudo- no son necesarios más allá de un corto periodo de tiempo, y acaban acarreando riesgos sin aportar beneficios. Un destete lento y cuidadoso de estos fármacos puede mejorar significativamente la salud del paciente.

Además de considerar la posibilidad de suspender un medicamento, usted y su médico deberían discutir la posibilidad de reducir la dosis.

Regla 6: Averigüe si tiene alguna reacción adversa al fármaco.
Si desarrolla alguna reacción adversa después de empezar a utilizar un medicamento, póngase en contacto con su médico. Pregunte si realmente lo necesita y, en caso afirmativo, pregunte si lo puede sustituir por otro más seguro o utilizar una dosis menor para reducir o eliminar el efecto adverso.

Si usted, un pariente o un amigo desarrolla alguna reacción nueva (mental o física) después de empezar a tomar un medicamento, notifíquelo a su médico o dígale a su amigo o pariente que lo notifique a su médico.

Regla 7: Asuma que cualquier síntoma nuevo que surja después de comenzar a tomar un medicamento nuevo fue causado por el fármaco.
Si desarrolla un nuevo síntoma después de empezar a tomar un medicamento, comuníquelo a su médico.

Regla 8: Antes de salir de la consulta del médico o de la farmacia, asegúrese de que tiene claras las instrucciones sobre como tomar el medicamento, tanto usted como un familiar o amigo.
Independientemente de la edad, la probabilidad de que una persona desarrolle una reacción adversa a un medicamento es lo suficientemente alta como para que al menos otra persona -un cónyuge, un hijo o un amigo- conozca las posibilidades. Esto es especialmente importante en el caso de los fármacos que provocan reacciones adversas como confusión y pérdida de memoria. En el caso de los adultos mayores, la complejidad del consumo de medicamentos puede ser mayor, especialmente en el caso de los que toman más de un medicamento y de los que tienen discapacidades físicas o mentales. En estos casos, es aún más importante informar a otra persona sobre las posibles reacciones adversas a los medicamentos.

Regla 9: Deseche cuidadosamente todos los medicamentos antiguos.
Muchas personas tienen la tentación de conservar y volver a tomar medicamentos que habían dejado de consumir, lo que empieza por ser una idea peligrosa. Además, los tratamientos farmacológicos nuevos pueden hacer que los medicamentos más antiguos sean mucho más peligrosos cuando se utilizan en combinación. Usted también puede tener la tentación de regalar medicamentos, como los antibióticos, a un amigo o familiar a quién usted cree que podrían ser de utilidad. Resista estas tentaciones y evite los problemas de usar medicamentos obsoletos desechándolos cuando haya terminado el tratamiento.

Regla 10: Solicite a su médico de cabecera que coordine su atención y el uso de los medicamentos.
Si acude a un especialista y éste quiere que empiece a tomar medicamentos nuevos, además de los que ya está tomando, consulte primero a su médico de cabecera, que suele ser un internista o un médico general o de familia. Además de tener un médico de cabecera, es igualmente importante tener un farmacéutico, si es posible.

creado el 14 de Mayo de 2022