Los bifosfonatos son una clase de medicamentos aprobados por la FDA para reducir el riesgo de fractura ósea secundaria a la osteoporosis (densidad ósea muy baja) en las mujeres posmenopáusicas [1,2]. Algunos de estos fármacos también están aprobados para reducir el riesgo de fractura en hombres con osteoporosis y en hombres o mujeres con la enfermedad de Paget, que conlleva una deformación ósea localizada y una pérdida de hueso [3]. En EE UU se han aprobado tres formas orales de bifosfonatos: alendronato (Binosto, Fosamax), ibandronato (Boniva) y risedronato (Actonel, Atelvia).
Los bifosfonatos (a veces denominados “agentes antirresortivos”) inhiben la actividad de las células óseas que descomponen y reabsorben el hueso. La descomposición y la creación de hueso están relacionadas, por lo que estos fármacos reducen la pérdida ósea total al inhibir la descomposición del hueso.
El Grupo de Investigación en Salud de Public Citizen designa a los bifosfonatos como de Uso Limitado para reducir el riesgo de fractura relacionada con la osteoporosis posmenopáusica, sólo después de haber intentado hacer los cambios en la dieta y el ejercicio que se requieren para tratar dicha enfermedad ósea. También se recomienda que estos fármacos sólo se utilicen en aquellas personas con alto riesgo de fractura, y que no se usen de forma continuada durante más de cinco años [4].
Los pacientes que toman bifosfonatos deben ser conscientes de que estos fármacos se asocian a una amplia gama de efectos adversos potencialmente graves.
Advertencias y precauciones [5,6,7]
La etiqueta/ficha técnica que ha aprobado la FDA para los bifosfonatos advierte que estos fármacos pueden causar inflamación o lesiones gastrointestinales superiores (GI); empeoramiento de la hipocalcemia (nivel bajo de calcio en la sangre); osteonecrosis (muerte del hueso) de la mandíbula; dolor óseo, articular y muscular grave; y fractura atípica del fémur (hueso del muslo).
Efectos adversos en el tracto GI superior. Dado que los bifosfonatos pueden causar inflamación o daños en el revestimiento interno del esófago, el estómago o el duodeno (primera parte del intestino delgado), pueden provocar ardor de estómago, úlceras y hemorragias. Las personas con problemas activos en el tracto gastrointestinal superior (por ejemplo, esófago de Barrett, enfermedad por reflujo gastroesofágico o gastritis) deben tener especial precaución al utilizar los bifosfonatos. Los usuarios deben alertar a sus médicos inmediatamente si desarrollan dificultad o dolor al tragar, dolor en el pecho, empeoramiento del ardor de estómago o ardor de estómago de nueva aparición. El riesgo de que se produzcan efectos adversos en la parte superior del tracto gastrointestinal puede reducirse si se toman los bifosfonatos con seis u ocho onzas de agua, y si se permanece en posición vertical (no tumbado) después de ingerir el medicamento, durante 30 minutos (en el caso del alendronato y el risedronato) o 60 minutos (en el caso del ibandronato). Los pacientes con trastornos que provoquen un retraso en el vaciado del esófago (como una estenosis) o que no puedan permanecer en posición vertical durante los 30 o 60 minutos especificados, no deben utilizar estos medicamentos.
Exacerbación de la hipocalcemia. Dado que la hipocalcemia puede verse exacerbada por el uso de bifosfonatos, los trastornos del metabolismo del calcio (como la deficiencia de vitamina D) se deben corregir antes de iniciar el tratamiento con bifosfonatos. Los pacientes con hipocalcemia preexistente no deben tomar estos medicamentos.
Dolor músculo-esquelético. Desde que la FDA aprobó los bifosfonatos, se han notificado casos de dolor óseo, articular o muscular grave y ocasionalmente incapacitante en pacientes que tomaban estos fármacos. La aparición del dolor varía desde un día hasta varios meses después de empezar a tomar los fármacos. La interrupción de la medicación suele aliviar los síntomas.
Osteonecrosis de la mandíbula. Aunque la osteonecrosis de la mandíbula se puede producir de forma espontánea en pacientes que utilizan bifosfonatos, generalmente se asocia a la extracción de un diente o a una infección local que tarda en cicatrizar. El riesgo de osteonecrosis mandibular puede aumentar con el uso prolongado de bifosfonatos. Para los pacientes que requieren procedimientos dentales invasivos -incluyendo la extracción de dientes, implantes dentales y cirugía que afecte al hueso de la mandíbula- la interrupción del tratamiento con bifosfonatos puede reducir el riesgo de osteonecrosis. Si se produce osteonecrosis de la mandíbula se debe consultar a un cirujano oral. Se debe considerar la posibilidad de evitar o suspender los bifosfonatos cuando hay preocupaciones dentales.
Fracturas atípicas de fémur. Las fracturas del fémur (desde justo debajo de la cadera hasta por encima de la rodilla) tras un traumatismo mínimo o nulo -denominadas fracturas atípicas- se han observado raramente en pacientes que utilizan bifosfonatos, aunque los pacientes que no utilizan bifosfonatos también experimentan este tipo de fracturas. Cualquier paciente con un historial de exposición a bifosfonatos que experimente un dolor nuevo e inexplicable en el muslo o la ingle debe consultar con un médico para descartar una fractura atípica de fémur. Todo paciente al que se le diagnostique una fractura de este tipo en una pierna debe ser evaluado para detectar fracturas atípicas en la otra pierna.
Reacciones de hipersensibilidad [8, 9,10]. Se han notificado raramente varios tipos de hipersensibilidad y reacciones cutáneas adversas potencialmente mortales, como angioedema, síndrome de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica, con el uso de bifosfonatos.
Lo que puede hacer
Si es usted una mujer de 65 años o más, pida a su médico que evalúe su riesgo de fractura, teniendo en cuenta todos sus factores de riesgo y no sólo su densidad ósea. Puede calcular su puntuación de riesgo de fractura utilizando la calculadora en línea que está disponible en este enlace https://www.sheffield.ac.uk/FRAX/tool.aspx?country=9. Si tiene un alto riesgo de fractura (lo que significa que su riesgo de fractura de cadera es del 3% o más en los próximos 10 años) o ya ha sufrido una fractura de cadera o una fractura vertebral, hable con su médico sobre su ingesta de calcio y vitamina D, su régimen de ejercicio y la necesidad de recetarle un bifosfonato oral.
Antes de comenzar el tratamiento con bifosfonatos orales, consulte con su dentista o cirujano oral sobre cualquier problema de dientes o mandíbula que se deba tratar antes de iniciar el tratamiento. Consulte también con su médico sobre cualquier preocupación que tenga en relación con su metabolismo del calcio u otros minerales antes de comenzar el tratamiento con bifosfonatos.
Tome sus comprimidos de bifosfonatos con entre seis y ocho onzas de agua, y evite acostarse durante al menos 30 minutos (o una hora para el ibandronato) después de tomar su dosis.
Utilice los bifosfonatos durante no más de cinco años consecutivos para minimizar el riesgo de fracturas atípicas de fémur. Una vez transcurrido este periodo de tiempo, debe hablar con su médico sobre la posibilidad de hacer una pausa en el tratamiento durante varios años o de suspenderlo definitivamente, dependiendo de su riesgo individual en ese momento.
Consulte con su médico de inmediato si experimenta alguno de los siguientes síntomas mientras toma bifosfonatos:
Referencias