Según informa Ed Silverman [1], durante las discusiones del tratado sobre las pandemias, la Unión Europea propuso que los países de ingresos medios paguen precios diferenciados por los medicamentos, vacunas y otros productos médicos necesarios durante una pandemia. Estos precios diferenciados se establecen en base a diferentes variables, y en este caso incluirían: la población, la situación epidemiológica, el nivel de ingresos y la capacidad de pago de un país.
La industria farmacéutica ha utilizado precios diferencias en diversas ocasiones, pero cada vez hay más críticas. La sociedad civil y los grupos de defensa de los pacientes se quejan de que las empresas farmacéuticas utilizan criterios arbitrarios para clasificar a los mercados o las regiones, y no contemplan la transferencia de tecnología, que podría estimular la producción nacional.
Para los países de bajos ingresos, la Unión Europea propone que las empresas farmacéuticas y de insumos médicos ofrezcan precios sin ánimo de lucro.
No está claro hasta qué punto puede prosperar la propuesta. Por el momento, el tratado está todavía en fase de borrador y, además, sería voluntario, no jurídicamente vinculante.
La industria farmacéutica, por su parte, no se opuso al lenguaje de la propuesta de la Unión Europea.
En cuanto a la fijación diferenciada de precios, Cueni que dirige la International Federation of Pharmaceutical Manufacturers & Associations la describió como “una de las estrategias de probada eficacia” para lograr el acceso equitativo. “Compartimos el llamado de la UE a que haya mayor colaboración para resolver las deficiencias existentes en materia de equidad y acelerar el acceso a los patógenos. Sin embargo, nos preocupa que las propuestas, tal como están redactadas, sean excesivamente complejas y puedan tener consecuencias imprevistas”.
Ellen ‘t Hoen, ex directora del Medicines Patent Pool dijo: “A la Comisión Europea siempre le han gustado los precios diferenciados, a pesar de que en la última década y media se ha ido confirmando que no funcionan… Me gustaría que la Unión Europea pusiera más énfasis en hacer realidad la promesa de que las vacunas y otras contramedidas pandémicas deben ser bienes públicos… Esto requiere un compromiso con la financiación de la investigación y el desarrollo, y con compartir los conocimientos creados con esa financiación”.
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