Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

Producción y Negocio

Los esfuerzos contra la gripe demuestran que los países en desarrollo son capaces de fabricar vacunas

(Efforts Against Flu Show Developing Nations Can Make Vaccines)
Rick A. Bright
Think Global Health, 27 de febrero de 2024
https://www.thinkglobalhealth.org/article/efforts-against-flu-show-developing-nations-can-make-vaccines
Traducido por Salud y Fármacos, publicado en Boletín Fármacos: Economía, Acceso y Precios 2024; 27 (2)

Tags: fabricar vacunas en el sur global, Vietnam y la fabricación de vacunas, Plan de Acción Global de la OMS, precondiciones para desarrollar vacunas, mercado para vacunas domésticas, producción nacional de vacunas

El plan mundial de vacunas antigripales de la OMS abrió el camino hacia una mayor producción de vacunas en los países de medianos y bajos ingresos.

Vietnam se defendió de una posible pandemia de gripe de forma impresionante. Durante el brote de gripe aviar H5N1 de 2005, rápidamente analizó y compartió datos [1] sobre infecciones por H5N1 y vacunó y sacrificó a aves de corral para frenar el brote. Estas acciones contribuyeron a los esfuerzos globales para impedir la aparición y propagación de peligrosos virus de la gripe. Vietnam intensificó su compromiso por contrarrestar las amenazas de gripe avanzando hacia la producción de sus propias vacunas.

El éxito de Vietnam radica en parte en el Plan de Acción Mundial para Vacunas Antigripales (GAP o Global Action Plan for Influenza Vaccines) [2], una iniciativa que la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha en 2006 y que impulsó la capacidad de Vietnam para fabricar vacunas antigripales a nivel local. El mundo haría bien en basarse en este tipo de proyectos a medida que se hacen esfuerzos por ampliar la producción de vacunas en los países en desarrollo después la pandemia de covid-19.

El Plan de Acción Global
La OMS creó el GAP en respuesta a la propagación acelerada de la gripe aviar H5N1 [3] en todo el mundo. La amenaza de una posible pandemia reveló una vulnerabilidad evidente: durante una crisis, menos del 2% del suministro mundial de vacunas antigripales llegaría con rapidez a los países de bajos y medianos ingresos. En esa época, más del 90% de la producción de vacunas antigripales se realizaba en solo nueve países —en su mayoría de Europa y Norteamérica— que representan únicamente el 10% de la población mundial. Dicha disparidad hizo que los habitantes de países de África, Asia y Medio Oriente fueran vulnerables, porque en caso de emergencia los países con producción local probablemente darían prioridad a sus propios habitantes antes de distribuirlos a los demás. Reconociendo la necesidad de solucionar ese riesgo colectivo, la OMS anunció el GAP, que se mantuvo hasta 2016.

El principal objetivo del GAP era aumentar la capacidad de producción de vacunas en los países en desarrollo para que más naciones pudieran proteger a sus habitantes contra las amenazas que surgieran a nivel local, que pudieran desatar una crisis mundial. El plan también promovía programas de vacunación contra la gripe estacional que impulsaran la demanda de vacunas y apoyaran la investigación de nuevas vacunas.

Para el pilar de producción, la OMS seleccionó a 15 países que no estuvieran fabricando vacunas contra la gripe pandémica pero que podrían hacerlo, entre ellos Brasil, China, Egipto, India, Indonesia, Rumanía, Serbia, Tailandia, Sudáfrica y Vietnam. En el momento de su lanzamiento, el GAP contaba con US$10 millones, pero un acuerdo de US$98 millones con la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA o Biomedical Advanced Research and Development Authority) de EE UU [4] impulsó a los donantes y a otros países —especialmente a los que recibían asistencia del GAP— a destinar fondos adicionales. En 2016, estos países habían invertido una media de US$17 por cada dólar aportado por BARDA.

Cuando concluyó GAP en 2016 [5], los países participantes tenían, en conjunto, capacidad para producir 1.300 millones de dosis de vacunas contra la gripe pandémica al año, según fuera necesario para la respuesta pandémica, lo que podía suponer el 20% del suministro mundial para una emergencia. Cuando no había pandemias, esos países producían vacunas contra la gripe estacional. El mundo pasó de tener capacidad para producir 350 millones de dosis de vacunas contra la gripe estacional en 2006 a la capacidad de fabricar más de 1.470 millones de dosis en 2016. La capacidad de producción de vacunas contra la gripe pandémica aumentó de aproximadamente 1.460 millones a 6.370 millones de dosis.

Vacunas antigripales desde cero
Vietnam es un ejemplo del potencial de las iniciativas de producción de vacunas. Cuando se lanzó GAP en 2006, Vietnam parecía en desventaja con respecto a otros países apoyados por este plan, porque tenía una de las economías más débiles y no producía vacunas contra la gripe. Sin embargo, las repetidas experiencias de Vietnam con la gripe aviar —y los retrasos de casi un año para conseguir vacunas provenientes de otros países durante la pandemia de gripe H1N1 de 2009— pusieron de manifiesto la urgente necesidad de autoabastecerse. Además, las costosas vacunas importadas no siempre eran eficaces contra los virus que circulaban en la región.

La empresa manufacturera de Vietnam, el Instituto de Vacunas y Productos Biológicos Médicos (IVAC o Institute of Vaccines and Medical Biologicals), tardó más en desarrollar las vacunas y obtener la aprobación reguladora correspondiente que las entidades de otros países apoyadas por GAP. En 2019, los constantes esfuerzos del IVAC culminaron con la autorización de sus primeras vacunas de producción nacional contra la gripe estacional humana y la gripe pandémica [6].

Uno de los obstáculos a los que se enfrentó Vietnam fue la falta de una fuente fiable de huevos de gallina de calidad para las vacunas. Tras varios años intentando importar huevos de otros países, el gobierno decidió construir una nueva instalación de pollos para abastecer a la fábrica de vacunas. Esa decisión eliminó un problema crítico en la cadena de suministro, que podía agravarse fácilmente con un brote de gripe.

La producción nacional redujo los precios de las vacunas en casi un tercio del coste por dosis, haciendo que la vacunación contra la gripe fuera económicamente viable para un grupo demográfico más amplio. Un informe de 2020 indicó que la disposición de las mujeres vietnamitas a pagar por las vacunas contra la gripe se relaciona estrechamente con los costes. Además, las vacunas de marca nacional se ganaron la confianza [7].

Las vacunas de marca nacional se ganaron la confianza
Corea del Sur, un país de ingresos altos con un sector biotecnológico decente, fue, naturalmente, el primer país apoyado por el GAP en obtener la aprobación de vacunas contra la gripe pandémica fabricadas localmente. Por lo que desarrolló y produjo vacunas rápidamente para proteger al país durante la pandemia de gripe H1N1 de 2009. Sin embargo, la situación económica no fue el principal factor de éxito. Por ejemplo, Brasil, China, India y Tailandia se convirtieron en productores de vacunas contra la gripe estacional y pandémica a través del GAP, mientras que Rumanía, un país de ingresos altos, sigue dependiendo de las importaciones.

Lo que más importó fue que los gobiernos dieran prioridad a las vacunas contra la gripe estacional; que les concedieran apoyo financiero de forma sostenida y que se utilizaran. Al fin y al cabo, los fabricantes no pueden sobrevivir sin un mercado adecuado para sus productos. Esa cuestión podría haber contribuido a que en Sudáfrica se detuviera el programa apoyado por el GAP en Biovac [8] —la instalación gestionada por el gobierno—. Según un estudio realizado en Sudáfrica, solo una cuarta parte de los profesionales de salud (que corren un alto riesgo de padecer gripe grave) optaron por vacunarse contra la gripe estacional [9].

La producción de vacunas antigripales en Indonesia, Kazajstán y Rumanía tampoco prosperó tras la conclusión del GAP. Estos países consiguieron producir vacunas antigripales nacionales autorizadas, pero siguen importando la mayor parte de lo que necesitan, porque sus instalaciones nacionales no pueden fabricar suficientes dosis. Indonesia importa componentes de vacunas y las formula en viales listos para su uso. Rumanía cerró sus instalaciones originales, pero tiene previsto abrir una nueva en 2025.

Preparación ante una pandemia
Además de aumentar la producción de vacunas contra la gripe, el GAP se propuso capacitar a los países para que desarrollaran la base científica necesaria para frenar rápidamente los brotes locales. Durante la existencia del GAP, más de 300 expertos en fabricación y regulación se formaron en biomanufactura avanzada y sistemas de calidad en dos instalaciones de EE UU. Expertos en producción de vacunas de BARDA y PATH (Programa para Tecnología Apropiada en Salud o Program for Appropriate Technology in Health) [10] ayudaron a garantizar que dicha formación reforzara el funcionamiento de las instalaciones locales. Los frecuentes talleres entre participantes del GAP y expertos destacados en vacunas de todo el mundo establecieron una red mundial de colaboradores que siguen compartiendo conocimientos.

Las capacidades reguladoras nacionales también crecieron. Al principio, solo cuatro países apoyados por el GAP tenían una autoridad reguladora nacional en funcionamiento, cualificada por la OMS para evaluar ensayos clínicos, autorizar productos y llevar a cabo la vigilancia postcomercialización. Al concluir el plan, ese número había aumentado a 10, y los países restantes estaban en vías de alcanzar la meta. Al alcanzar los estándares de calidad reguladora de la OMS, los países tienen la oportunidad de distribuir sus vacunas a otros países.

Otro aspecto del GAP resultó sumamente beneficioso. La capacidad mundial de producción de vacunas contra la gripe pandémica se había visto limitada por un pequeño número de empresas titulares de patentes para fabricar los ingredientes —denominados adyuvantes [11]— que mejoran la eficacia de las vacunas y amplían su suministro al reducir la cantidad de ingredientes principales necesarios en cada dosis. El GAP ayudó a financiar el desarrollo de adyuvantes genéricos en el Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas (Infectious Disease Research Institute) y en la Universidad de Lausana, un esfuerzo que resultó en la creación del Instituto de Formulación de Vacunas (Vaccine Formulation Institute) [12] en Suiza. Al abastecer a los fabricantes del GAP, el instituto casi duplicó la capacidad total de esas empresas de producir vacunas contra la gripe pandémica.

Rompiendo los huevos para las vacunas contra la covid-19
Los cimientos establecidos por el GAP adquirieron importancia durante la pandemia de covid-19, cuando las vacunas volvieron a escasear y muchos países que no eran productores se encontraron al final de una larga fila para obtenerlas. Las empresas apoyadas por el GAP en Brasil, Tailandia y Vietnam aprovecharon sus sistemas de fabricación de vacunas antigripales a base de huevos para producir las vacunas contra la covid-19. Estas instalaciones se podían modificar para fabricar vacunas contra la covid-19 mientras no se fabricaban vacunas contra la gripe estacional. La capacidad combinada de estos tres países podía producir cientos de millones de dosis al año. El Instituto del Suero (Serum Institute) de la India, apoyado por el GAP, desempeñó un papel destacado en la producción y distribución de la vacuna contra la covid-19, a escala nacional y mundial.

Además, empresas de la red GAP están colaborando con científicos de la Escuela de Medicina Icahn en Monte Sinaí de Nueva York y de la Universidad de Texas en Austin para desarrollar y evaluar [13] una vacuna contra la covid-19, mediante el uso de un virus modificado de la enfermedad de Newcastle, que crece en huevos de gallina y produce la proteína de espiga del virus SARS-CoV-2. Las colaboraciones con PATH que se desarrollaron bajo el programa GAP también están acelerando la producción de una vacuna contra la pandemia de covid-19.

Soluciones locales para brotes mundiales
El GAP demostró la viabilidad de ampliar la producción mundial de vacunas y de capacitar a los países para responder a los brotes. El plan ayudó a descubrir el inmenso valor latente de la infraestructura local de vacunas cuando las cadenas internacionales de suministro se rompen en medio de una crisis de salud pública.

Una iniciativa más reciente lanzada en 2021, el centro de transferencia de tecnología de ARNm [14] de la OMS, pretende replicar el éxito del GAP. Una vez más, la OMS ha seleccionado a 15 países que se beneficiarían de la producción local de vacunas. La iniciativa se centra en una plataforma prometedora —el ARNm— más que en una enfermedad específica. No obstante, al igual que el GAP hace casi 20 años, el centro pretende ayudar a los países en el desarrollo de capacidad sostenida, en lugar de una dependencia persistente, frente a las amenazas biológicas.

Referencias

  1. SPECIAL REPORT: Vietnam’s success against avian flu may offer blueprint for others. CIDRAP. October 25, 2006. https://www.cidrap.umn.edu/avian-influenza-bird-flu/special-report-vietnams-success-against-avian-flu-may-offer-blueprint
  2. World Health Organization. Global Action Plan for Influenza Vaccines 2006–2016. (n.d.). https://api.healthsecuritynet.org/get/file/9789241515634-eng.pdf?id=1137
  3. World Health Organization: WHO. Influenza (Avian and other zoonotic). October 3, 2023. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/influenza-(avian-and-other-zoonotic)
  4. Biomedical Advanced Research and Development Authority. Administration for Strategic Preparedness and Response. (n.d.). (ASPR). https://aspr.hhs.gov/AboutASPR/ProgramOffices/BARDA/Pages/default.aspx
  5. World Health Organization. Global Action Plan for Influenza Vaccines 2006–2016. (n.d.-b). https://api.healthsecuritynet.org/get/file/9789241515634-eng.pdf?id=1137
  6. Vietnam-produced seasonal influenza vaccine licensed for production and use. PATH. January 15, 2019. https://www.path.org/our-impact/media-center/vietnam-produced-seasonal-influenza-vaccine-licensed-production-and-use/
  7. Le, X. T. T., Nguyen, H. T., Le, H. T., et al. Rural–urban differences in preferences for influenza vaccination among women of childbearing age: implications for local vaccination service implementation in Vietnam. TM & IH. November 8, 2020. Tropical Medicine and International Health (Print), 26(2), 228–236. https://doi.org/10.1111/tmi.13515
  8. https://www.biovac.co.za/
  9. Sibanda, M., Meyer, J. C., Godman, B., & Burnett, R. J. Low influenza vaccine uptake by healthcare workers caring for the elderly in South African old age homes and primary healthcare facilities. BMC Public Health (Online), 23(1). 2023. https://doi.org/10.1186/s12889-022-14926-8
  10. PATH. (n.d.). https://www.path.org/
  11. Adjuvants and vaccines. CDC. (n.d.). https://www.cdc.gov/vaccinesafety/concerns/adjuvants.html
  12. Home. Vaccine Formulation Institute. (n. d.) https://www.vaccineformulationinstitute.org/
  13. Mooney, T. Could chicken eggs help end the COVID-19 pandemic? CEPI. October 10, 2021. https://cepi.net/could-chicken-eggs-help-end-covid-19-pandemic-0
  14. World Health Organization. The mRNA vaccine technology transfer hub. (n.d.). https://www.who.int/initiatives/the-mrna-vaccine-technology-transfer-hub
creado el 21 de Junio de 2024