Un nuevo informe indica que las principales economías del mundo han avanzado en sus esfuerzos por hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos (RAMI), pero necesitan hacer más para reducir el impacto de la inminente crisis de salud pública en la salud y en las finanzas.
El informe publicado por la Coalición Mundial sobre el Envejecimiento y la Sociedad Estadounidense de Enfermedades Infecciosas (Global Coalition on Aging and the Infectious Diseases Society of America o IDSA) -el Informe de Avance del Índice de Preparación frente a la RAMI de 2024 [1]- evalúa las medidas adoptadas por 11 países de altos ingresos para hacer frente a la RAMI según cinco categorías. Este informe da seguimiento a un informe de 2021 en el que se constataba que esos mismos 11 países no cumplían sus promesas de adoptar medidas sustanciales para luchar contra la RAMI [2].
Según el nuevo informe, los 11 países -Alemania, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, EE UU, Francia, Italia, India, Japón y Reino Unido- han adoptado medidas concretas en los últimos años, como renovar los planes de acción nacionales (PAN) para hacer frente a la RAMI, asegurar la financiación para esos planes, fomentar la sensibilización sobre la RAMI y el uso indebido de antibióticos, recopilar datos de vigilancia y apoyar los esfuerzos para mejorar la gestión adecuada de los antibióticos.
Pero pocos países han tomado medidas concretas para establecer incentivos que impulsen los escasos planes para el desarrollo de nuevos antibióticos. El informe también señala que desde 2021 se han aprobado muy pocos antibióticos nuevos en los 11 países, y que en ese tiempo se han desarrollado aún menos antibióticos nuevos. Los gobiernos deben dar prioridad a la disponibilidad de nuevos antibióticos y garantizar que sean accesibles y asequibles, señalan los autores del informe.
“Es muy importante que los líderes mundiales aprovechen su poder -tanto por separado como en colaboración- para comprometerse y poner en marcha acciones concretas para abordar la creciente resistencia a los medicamentos”, declaró en un comunicado de prensa el director ejecutivo de la Coalición Mundial sobre el Envejecimiento (Global Coalition on Aging), el doctor Michael Hodin [3]. “Sin estas medidas, corremos el riesgo de perder los antibióticos y, con ellos, nuestra capacidad de disfrutar de la longevidad que tenemos actualmente”.
Avances en los planes de acción nacionales y el uso adecuado
El informe está basado en una revisión de las investigaciones y políticas publicadas, y en entrevistas y encuestas a expertos en RAMI, con el objetivo de medir los avances que han hecho los 11 países en cinco áreas clave de actuación: estrategia nacional, innovación, acceso, uso apropiado y responsable, y RAMI y medio ambiente.
En los 11 países se ha avanzado en todos los ámbitos, especialmente en lo que respecta a la estrategia nacional. Desde 2021, China, Canadá, Francia, Italia y Japón han publicado nuevos planes nacionales, y la mayoría de los países han comprometido fondos para sus planes nacionales. Además, todos los países tienen algún nivel de presupuesto disponible para proyectos relacionados con la RAMI, siendo el Reino Unido y los EE UU los que más fondos aportan.
En cuanto al uso adecuado y responsable de los antibióticos, los 11 países han puesto en marcha iniciativas nacionales para promover la toma de conciencia sobre los problemas que causa la RAMI, cuentan con algún nivel de implementación de programas de gestión adecuada de antimicrobianos e incluyen educación sobre la RAMI en los planes de estudios de los profesionales de la salud.
“Los países han reconocido en gran medida la necesidad de optimizar el uso de antimicrobianos mediante su gestión correcta para mejorar los resultados en los pacientes y limitar el desarrollo de resistencias, y muchos han reforzado los programas de concienciación en los últimos dos años”, afirma el informe.
Sin embargo, los avances en los esfuerzos por promover la innovación y el acceso han sido lentos. Uno de los pasos más significativos se ha dado en el Reino Unido, que ha empezado a implantar un modelo de suscripción para pagar los nuevos antibióticos, un esfuerzo que los expertos creen que podría ayudar a arreglar el maltrecho mercado de los antibióticos y fomentar el desarrollo de nuevos antibióticos.
Japón ha puesto a prueba un modelo de garantía de ingresos de menor tamaño, y el Congreso de EE UU tiene desde hace varios años un proyecto de ley para establecer un modelo de suscripción (la Ley PASTEUR) pero aún no se ha aprobado, a pesar del apoyo bipartidista.
Sin embargo, según el informe, se requiere que un mayor número de las principales economías del mundo apliquen incentivos similares para estimular el desarrollo de nuevos antibióticos y financien incentivos que apoyen las fases iniciales de la investigación y el desarrollo de antibióticos. También pide a los países que aborden los obstáculos normativos que impiden que los nuevos antibióticos lleguen rápidamente al mercado y reduzcan las barreras de acceso.
El informe también señala que, aunque cada vez más países empiezan a dar prioridad a la RAMI como parte de “Una sola salud (One Health)” que afecta a las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente, son pocos los que vigilan activamente la presencia de RAMI en el medio ambiente: Sólo cuatro de los 11 países realizan un seguimiento periódico del agua para detectar genes de RAMI.
Para seguir avanzando, el informe pide a los 11 países que inviertan más en los planes nacionales y en contramedidas contra la RAMI, refuercen los sistemas de vigilancia de la RAMI y del consumo de antibióticos, apoyen la recogida de datos sobre la RAMI en el medio ambiente y aumenten la financiación para la detección y tratamiento de las enfermedades infecciosas.
Referencias