Cuando se empezó a comercializar la pregabalina en la década de 2000, parecía tratarse básicamente de la respuesta de Pfizer a la llegada inminente de las versiones genéricas de la gabapentina, que tiene una estructura química similar [1].
En 2023, la pregabalina no parecía ser más eficaz que la gabapentina para aliviar el dolor neurogénico (neuropático), pero su perfil de efectos adversos parece ser más complicado. Por lo tanto, se debería evitar su uso para tratar este problema [2]. En Francia, desde 2021 se ha clasificado a la pregabalina como narcótico, principalmente por el riesgo de abuso y dependencia [3]. En la UE, la pregabalina también está autorizada para tratar el trastorno de ansiedad generalizada en adultos, y, en combinación con otros medicamentos, para tratar las convulsiones focales [4]. En 2023, ¿de qué datos se dispone para evaluar la eficacia de la pregabalina en comparación con la gabapentina para tratar las convulsiones focales, o, en comparación con otros medicamentos bien establecidos, para tratar el trastorno de ansiedad generalizada?
Convulsiones focales: no demostró su superioridad sobre la gabapentina. La gabapentina es un tratamiento de segunda línea para tratar a pacientes con convulsiones focales, ya sea en monoterapia o en combinación con otros medicamentos [5]. Nuestra búsqueda bibliográfica identificó únicamente un ensayo clínico aleatorizado y de doble ciego que comparó a la pregabalina con la gabapentina, usadas en combinación con un tratamiento en curso. El ensayo clínico incluyó a 484 pacientes que seguían padeciendo convulsiones focales a pesar de recibir al menos un antiepiléptico de primera línea. Después de aproximadamente seis meses de tratamiento, no hubo una diferencia estadísticamente significativa en la eficacia de los dos tratamientos [6].
Trastorno de ansiedad generalizada: no demostró su superioridad sobre una benzodiacepina o un antidepresivo. El tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada se basa primordialmente en la psicoterapia [7]. A comienzos de 2024, los tratamientos farmacológicos conocidos tienen poca eficacia para tratar este problema. Sin embargo, cuando parece necesario usar un medicamento, las opciones incluyen algunos antidepresivos o un tratamiento a corto plazo con una benzodiacepina [7-10].
Una revisión sistemática publicada en 2019 identificó ensayos clínicos aleatorizados que evaluaron el uso de diferentes psicotrópicos para tratar el trastorno de ansiedad generalizada. Se seleccionaron cinco ensayos clínicos que compararon la pregabalina con una benzodiacepina, que incluyeron a un total de 1587 pacientes, y tres ensayos clínicos que compararon la pregabalina con un antidepresivo, que incluyeron a un total de 673 pacientes [10]. Estos ensayos clínicos —la mayoría de los cuales fueron de doble ciego— no mostraron que la pregabalina tuviera una eficacia clínica mayor para tratar este problema. Nuestra búsqueda bibliográfica actualizada después de esa revisión no identificó ningún ensayo clínico publicado que la comparara con una benzodiacepina o un antidepresivo.
En 2017, la Autoridad de Salud de Francia (HAS) enfatizó que Pfizer nunca había solicitado que se reembolsara la pregabalina como tratamiento para el trastorno de ansiedad generalizada. La HAS consideró que, para este problema, el beneficio terapéutico de la pregabalina era bajo [7].
En la práctica, para 2023, la pregabalina no parece tener una eficacia mayor que la gabapentina para tratar las convulsiones focales o el dolor neuropático. En cuanto al trastorno de ansiedad generalizada, cuando parece necesario un tratamiento farmacológico a pesar de que se prevé que tendrá una eficacia baja, la pregabalina no parece ser más eficaz que una benzodiacepina o un antidepresivo. Para todos estos problemas, dado su molesto perfil de efectos adversos, es preferible evitar el uso de la pregabalina, ya que se dispone de mejores opciones para estos pacientes.
Revisión de la literatura hasta el 20 de septiembre de 2023