Prescripción, Farmacia y Utilización
Utilización
A pesar del aumento de las superbacterias, el informe documenta un uso exagerado de antibióticos en la industria porcina (Despite rise in superbug cases, report finds rampant antibiotic use in pork industry)
Amy Martyn
ConsumerAffairs, 29 de junio de 2018
https://www.consumeraffairs.com/news/despite-rise-in-superbug-cases-report-finds-rampant-antibiotic-use-in-pork-industry-062918.html
Traducido por Salud y Fármacos
Los expertos dicen que los productores de carne de cerdo están aprovechadose de una laguna en la legislación sobre seguridad alimentaria aprobada por Obama
Las advertencias sobre los graves riesgos de la resistencia a los antibióticos se remontan a 1945, cuando el científico que descubrió la penicilina dijo que temía que un día, en el futuro, “cualquiera pudiera comprar penicilina en las tiendas”.
Resulta que en EE UU y otras naciones industrializadas se requiere una receta médica para dispensar antibióticos, lo que impide que el “hombre ignorante”, como lo describió el científico Alexander Fleming, compre penicilina en la tienda y se administre una dosis incorrecta. Pero para los animales de granja, las cosas funcionan de otra manera.
Los productores de carne y aves de corral han podido comprar antibióticos a granel en las tiendas de alimentos para animales durante décadas, mientras que los humanos solo podían acceder a los mismos después de una visita al médico para obtener una receta. Ese escenario llevó a que algunos humanos aparentemente se medicaran comprando en PetSmart en lugar de ir a ver a un médico. Pero, lo que es más importante, permitió que los agricultores medicaran a sus animales de manera económica y eficiente.
En las grandes granjas, a los animales que pasaban gran parte de su vida en condiciones de hacinamiento y poco salubres se les administraba de forma rutinaria un cóctel de antibióticos para prevenir enfermedades. Al ser alimentados con antibióticos de manera rutinaria también se demostró que los animales engordaban más rápidamente.
Estos dos factores han hecho del uso masivo de antibióticos una práctica enormemente popular en las mega granjas que han llegado a caracterizar a la industria cárnica estadounidense.
Tras décadas de nuevas y cada vez más aterradoras advertencias de la comunidad de salud pública sobre los riesgos del uso excesivo de antibióticos, es decir, que los medicamentos como la penicilina podrían perder su eficacia frente a las bacterias raras que han evolucionado para resistir a la medicina moderna: El gobierno de EE UU finalmente decidió actuar.
Bajo la administración de Obama, la FDA tomó lo que un ex comisionado dijo que era “el primer paso significativo para resolver esta importante preocupación de salud pública en 20 años”.
Las reglas que se introdujeron en 2013 y que se implementaron en enero de 2017 requerían que todos los agricultores obtuvieran algo así como una receta antes de administrar a sus rebaños antibióticos de importancia médica o antibióticos que también se usan para tratar enfermedades en los seres humanos.
Bajo las reglas de la administración Obama de 2017, antes de que un agricultor pueda comprar antibióticos para su ganado tiene que presentar en la tienda una Directiva de Alimentación Veterinaria (VFD) firmada por un veterinario con licencia, terminando así con la venta libre de antibióticos en las tiendas de mascotas.
Los grupos de seguridad alimentaria expresaron entonces su preocupación porque para los principales productores de carne obtener un VFD podría resultar tan fácil como comprar antibióticos de venta libre, pero esas preocupaciones fueron ignoradas.
Ell entonces comisionado de la FDA, Michael Taylor afirmó: “Es un gran cambio respecto a la situación actual, en la que los productores de animales pueden ir a una tienda de alimentos y comprar estos medicamentos sin receta y no hay ninguna supervisión.”
La industria porcina rechaza los resultados.
Sin embargo, más de un año después, un nuevo informe publicado por el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC) sugiere que obtener un VFD no es tan difícil después de todo.
Al analizar los datos de las ventas de antibióticos a productores de carne de cerdo, el grupo determinó que los antibióticos de importancia médica continúan vendiéndose aproximadamente en la misma cantidad a los cerdos que a los humanos.
Según el informe, que compara estrictamente las ventas de antibióticos para diferentes animales, la industria porcina constituye una parte significativa de las ventas (37%). Cuando se tiene en cuenta las ventas para ganado y para seres humanos, el NRDC encontró que el 27% de todos los antibióticos de importancia médica que se venden en EE UU van directamente a los cerdos.
“El uso irresponsable de antibióticos en granjas porcinas ha creado las condiciones necesarias para que las bacterias resistentes a los medicamentos, así como los genes que fomentan la resistencia, puedan multiplicarse y propagarse de las granjas a las personas”, dice el informe.
El National Pork Producers Council (NPPC), el brazo de cabildeo de la industria porcina sostiene que el informe del NRDC es engañoso porque analiza las ventas de antibióticos en lugar del uso real de antibióticos.
“Si bien la cifra del 37% puede ser correcta, las ventas no son ‘usos'”, dijo un portavoz de NPPC a ConsumerAffairs por correo electrónico.
Pero incluso si eso es cierto, los grupos de defensa dicen que las ventas siguen siendo una de las pocas opciones confiables para rastrear el uso de antibióticos en la industria cárnica. El informe del NRDC dice que los datos del gobierno sobre el tema son alarmantes, y “la falta de datos claros obstaculiza innecesariamente los esfuerzos públicos y gubernamentales para reducir el uso excesivo de antibióticos”.
La industria porcina también sostiene que los productores de cerdos y vacas son juzgados injustamente porque sus animales viven más tiempo y son más grandes que otros animales, lo que, según dicen, los hace más propensos a enfermarse y requerir antibióticos.
“La industria porcina de EE UU nunca ha dicho que no tenga que participar en el esfuerzo por combatir el problema real de la resistencia a los antibióticos, pero los productores de animales para la alimentación parecen ser el único segmento al que se le ha pedido (¿ordenado?) que aborde el problema” se queja el portavoz del NPPC.
Lagunas reglamentarias
Si bien la industria porcina parece afirmar que está siendo atacada injustamente por la crisis de resistencia a los antibióticos y dice estar amarrada por las regulaciones, la investigación sugiere lo contrario. De hecho, según el Dr. David Wallinga, investigador de salud pública en el NRDC que es el autor del informe de antibióticos, la industria enfrenta muy pocas regulaciones o barreras para obtener antibióticos.
Parte del problema, dice Wallinga, es que las directivas de alimentación que debían funcionar como mandatos para la industria carnica están mal reguladas y llenas de lagunas.
Por ejemplo, dice que no está claro en la legislación de la era de Obama si los veterinarios que escriben las directivas tienen que escribir una nueva receta cada vez, o si la misma receta puede reutilizarse repetidamente durante un tiempo desconocido en un número desconocido de animales
También señala que un veterinario que trabaja para un productor de carne probablemente hará lo que la compañía quiera, sin importar si es de interés público.
“Lo que se entiende por supervisión veterinaria es una gran área gris”, dijo Wallinga a ConsumerAffairs. En última instancia, su informe sugiere que la reforma depende de los principales productores de carne de cerdo y no de las regulaciones gubernamentales.
“El uso excesivo de antibióticos ocurre en una industria de carne de cerdo que en EE UU ha cambiado mucho y está marcadamente dominada por granjas especializadas y grandes… estas entidades tienen el poder de catalizar un cambio muy necesario en la forma en que se usan los antibióticos en toda la cadena de producción de carne de cerdo”, concluye el informe.
La creciente epidemia de superbacterias.
Un buen ejemplo de una de esas entidades con el poder para “catalizar un cambio tan necesario” sería la empresa Smithfield Foods. La compañía con sede en Virginia, que técnicamente es una subsidiaria de una corporación enorme de carne de cerdo que tiene su sede en China, sigue siendo la compañía de carne de cerdo más grande de EE UU.
Una agencia de relaciones públicas que representa a Smithfield Foods envió a ConsumerAffairs una declaración preparada diciendo “Smithfield Foods cuenta con personal veterinario y veterinarios contratados que prescriben los medicamentos necesarios”. El portavoz de la agencia respondió a otras preguntas específicas en la página “Política de antibióticos” del sitio web de Smithfield, que afirma que la compañía usa los antibióticos de manera segura y juiciosa.
Pero los investigadores continúan descubriendo evidencia creciente de presencia de superbacterias en granjas y en alimentos. Hace varios años, los investigadores de Ohio descubrieron lo que catalogaron como una superbacteria “extremadamente rara” en una granja de cerdos, y dijeron que no tenían idea de cómo podía haber llegado allí.
Mientras los investigadores en ese momento enfatizaron que no había evidencia de que las superbacterias llegaran a la cadena alimenticia, los investigadores de salud pública siguen descubriendo evidencia de que están apareciendo otras superbacterias en la carne cruda que se vende en las tiendas de comestibles.
El jueves, el Grupo de Trabajo sobre el Ambiente comunicó que su propio análisis de los datos del gobierno federal descubrió que el 71% de las chuletas de cerdo que se venden en las tiendas de comestibles estadounidenses están contaminadas con bacterias resistentes a los antibióticos. El grupo dijo que también era cierto para el 62% de las muestras de carne de res, el 79% de las muestras de pavo y el 36% de las muestras de pollo.
Wallinga, el investigador del NRDC, dice que el uso de antibióticos en granjas avícolas ha disminuido en los últimos años porque los principales productores como Perdue decidieron voluntariamente reducir su uso.
“Pero los consumidores también han intensificado y exigido que el pollo se críe con menos antibióticos”, agrega, obligando a los gigantes de la industria a reconsiderar sus prácticas. “Por el contrario, no hemos visto ese tipo de liderazgo por parte de las compañías que producen carne de cerdo, o, con algunas excepciones, por los restaurantes que sirven carne de cerdo”.
La Organización Mundial de la Salud ha identificado la resistencia a los antibióticos como una amenaza creciente para la salud pública, y los investigadores en Europa predicen que, si no se toman medidas para solucionarlo, para el año 2050 las superbacterias matarán anualmente a 10 millones de personas en el mundo.