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Para evitar errores con los medicamentos hay que trabajar a nivel de sistema y con los prescriptores
Salud y Fármacos, 20 de octubre de 2019
Según Simon R Maxwell y David J web [1] el costo global de los errores relacionados con la medicación es de US$42.000 millones anuales; y su impacto en la salud de la población (medido según la perdida de años de vida ajustados por discapacidad -AVADs DALYs) es mucho peor en los países de bajos ingresos que en los países de altos ingresos, con el doble de AVADs perdidos.
La OMS publicó en 2017 un documento (Global Patient Safety Challenge: Medication without harm) por el que solicita que los países se comprometan a reducir los errores evitables de medicación en un 50% en los próximos cinco años. Los autores de este artículo defienden la idea de que para lograrlo, hay que trabajar con los prescriptores pero también con los sistemas de salud.
Para prescribir adecuadamente el prescriptor debe tener conocimientos y habilidades, criterios para adecuar la prescripción a las características y entorno del paciente (edad, sexo, genética, otras patologías, otros medicamentos y las preferencias del paciente), experiencia y capacidad de comunicación.
Hay elementos del sistema de salud que pueden contribuir a mejorar la prescripción, como por ejemplo la prescripción electrónica que incluya componentes que ayuden a prescribir adecuadamente (arboles de decisión, acceso a la historia clínica) y el acceso a otros profesionales (por ejemplo, los farmacéuticos clínicos), pero por si solos no lograrán que la prescripción sea adecuada. Además, el entorno en el que se realiza la práctica clínica cambia constantemente y los prescriptores tienen que tener capacidad de adaptación.
Hay otros factores que llevan a poner el énfasis en el prescriptor, por ejemplo, el envejecimiento de la población, la comorbilidad, el avance de la genómica etc. Cada vez va a ser más difícil prescribir en base a algoritmos (Nota de Salud y Fármacos: además muchos de ellos están patrocinados por la industria farmacéutica y podrían llevar a la sobremedicación con medicamentos caros) y los prescriptores tendrán que aprender a relacionarse con pacientes cada vez más informados que quiere participar en la toma de decisiones.
En las facultades de medicina de Reino Unido se ha implementado un programa Prescribing Safety Assessment que evalúa los conocimientos básicos y las competencias de los estudiantes de último año de medicina (y todos los que se gradúan en universidades extranjeras) para prescribir y monitorear el uso de medicamentos. Este programa se implementó en 2014 y la primera evaluación se concluyó en julio de 2019. Los evaluadores concluyen que esta herramienta está teniendo un impacto positivo porque centra la atención de estudiantes y profesores, y se espera que mejore la seguridad del paciente.