La ciencia no da saltos. Esta frase, que originalmente se utilizó en referencia a los procesos evolutivos en la naturaleza, también es útil para explicar el largo proceso de desarrollo de una vacuna. Desde el inicio de la pandemia, la esperanza para frenar la propagación de la enfermedad se puso en el descubrimiento de un producto eficaz y seguro para prevenir las infecciones por el nuevo coronavirus, que ya ha matado a más de 800.000 personas en el mundo [1], unas 120.000 de ellas solo en Brasil, hasta finales de agosto. Sin embargo, el apoyo a los científicos de todo el mundo para encontrar una vacuna contra el COVID-19 en un tiempo récord no puede olvidar que la ciencia tiene que seguir unos pasos. Desde las primeras pruebas de laboratorio hasta que el producto llega a las más de 36.000 salas de inmunización existentes en el sistema único de salud (SUS), por ejemplo, se requiere tiempo, inversión y esfuerzo humano – y después hay que asegurar que la vacuna se ofrezca como un bien público a toda la población.
Este articulo describe todos los pasos que hay que dar para llegar a tener una vacuna asequible a toda la población. Puede leer el artículo completo en portugués en el enlace que aparece en el encabezado.
[1] El 8 de noviembre las muertes mundiales ascendían a 1,250.000.