Compañías nacionales proponen participar en última fase de producción. Hay nueve vacunas en fase 3.
De todos los prospectos de vacuna contra el covid-19, nueve están en fase tres (en ensayos clínicos), y de ese grupo tres tienen aprobación anticipada.
Esos son los primeros resultados concretos de la carrera por el desarrollo de uno o varios productos biológicos seguros y costo-efectivos contra el nuevo coronavirus emprendieron hace unos meses cientos de laboratorios y grupos de investigación en todo el mundo.
Aun así, no es claro cuándo podrá disponerse de ellos. La jefa de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, advirtió que no espera que las posibles vacunas estén disponibles para la población general antes de dos años, aunque los primeros grupos de riesgo podrían inmunizarse a mediados del 2021.
En ese escenario, la incertidumbre es más grande para países como Colombia, que, como lo señala Paulo Etcheverry, presidente de la junta directiva de la Asociación de Industrias Farmacéuticas en Colombia (Asinfar), “es un espectador en buena parte de todo este proceso”.
Al gremio le preocupa la capacidad de producción global de vacunas, para satisfacer de forma equitativa las necesidades de todo el mundo. Es claro que las economías grandes acapararán la producción inicial de las dosis.
Las nueve vacunas en la fase tres de desarrollo (ensayos clínicos con miles de voluntarios) son de Estados Unidos Pfizer – BioNTech, Oxford – AstraZeneca y Moderna; de China, CanSino – Biologics, Sinovac Biotech, Sinopharm – Instituto de Productos Biológicos de Beijing y Sinopharm – Wuhan Institute of Biological Products, de Rusia, Sputnik, y de Australia la del Murdoch Children’s Research Institute. Esta última es una vacuna desarrollada contra la tuberculosis (BCG) a principios del siglo XX; se estudia en este ensayo si protege en parte contra el coronavirus
De acuerdo con un recuento hecho por la AFP, sin que hayan concluido los ensayos clínicos de preparados biológicos experimentales, algunos países desarrollados, como Estados Unidos, los de la Unión Europea, el Reino Unido, Canadá y Japón, han encargado ya al menos 3.100 millones de dosis.
Solo el gobierno de Donald Trump firmó contratos que garantizan 800 millones de dosis de seis fabricantes, para 330 millones de habitantes, que comenzarán a entregarse desde finales de año.
Las farmacéuticas podrían elaborar el sustrato biológico inicial y enviarlo a Colombia; acá lo recibimos y lo convertimos en millones de ampolletas
José Luis Méndez, presidente ejecutivo de Asinfar, es consciente de la estrategia que ha desarrollado el Gobierno para adquirir los productos biológicos, pero dice que las pretensiones del país pueden afectarse por la insuficiente capacidad de producción global.
Por eso, el gremio lanzó la propuesta de adoptar un modelo en el que ya trabajan México y Argentina: “Las farmacéuticas podrían elaborar el sustrato biológico inicial y enviarlo a Colombia; acá lo recibimos y lo convertimos en millones de ampolletas. Participamos en la última fase del proceso: llenado, dosificación y distribución de manera ágil”.
Dado que Colombia no produce vacunas, se requeriría invertir en adecuación tecnológica de infraestructura existente: “Se puede analizar la posibilidad de ampliar o adecuar plantas de productores locales que hoy, por ejemplo, producen medicamentos inyectables; la idea sería aportar el llenado de ampolletas, sin paralizar la producción regular”, explicó Méndez.
Tiene claro, sin embargo, que sería necesario constituir alianzas público-privadas para ayudar a sacar adelante este proyecto con la mente puesta en tener capacidad instalada para envase.
Afirma, además, que esto sentaría las bases de una política industrial farmacéutica, que permita el desarrollo de infraestructura y mejoramiento de la competitividad en farmacéutica, que le dé autonomía a Colombia.
Sobre la propuesta, Claudia Vaca, directora del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder, de la Universidad Nacional, opina que Colombia tiene capacidad para insertarse en la cadena de producción y distribución e insiste en que “del mismo modo que otros laboratorios han definido papeles importantes de producción, envasado y empaque para países de la región, Colombia no puede cerrarse a esta posibilidad, incluso disgregando etapas específicas entre lo público, lo privado, lo multinacional y lo nacional. Hay cómo hacerlo”.
Asinfar está a la espera de una respuesta a esta propuesta, que ya conocen el Ministerio de Salud y la Coalición de Empresarios creada para apoyar los esfuerzos de consecución y distribución de la vacuna.
EL TIEMPO conoció que esta ha desarrollado un trabajo intenso en todos los niveles de la industria para buscar sinergias y participación nacional en estos procesos, incluso ha llegado a contactar productores de materias primas como vidrio para fabricar ampollas, con el objetivo de tener ofertas en caso de que avancen las negociaciones con grupos de investigación y farmacéuticas.
La estrategia colombiana
El Gobierno Nacional, por su parte, adelanta una estrategia multilateral y otra bilateral para garantizarle al país la provisión oportuna de la vacuna.
La primera es la compra a través de Covax, un mecanismo multilateral creado por iniciativa de la OMS, la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (Depi) y la Alianza para la Vacuna (Gavi), y del cual hacen parte 80 países desarrollados y 92 en vías de desarrollo, incluida Colombia.
El objetivo es la compra y distribución equitativa de 2.000 millones de dosis en 2021, a buenos precios, para inmunizar al menos el 20 por ciento de la población de los países miembro.
No obstante, Covax solo ha adquirido 300 millones de dosis de la vacuna Oxford-AstraZeneca.
El ministro de Salud, Fernando Ruiz, explica que la otra vía a la que le apuesta el Gobierno es a la negociación directa con productores: “Hemos venido teniendo conversaciones con los que van más avanzados, incluso algunas de confidencialidad, para tener información sobre las condiciones contractuales de venta de las vacunas”.
Además de generar acceso a vacunas eficaces, el ministro señala que la estrategia de vacunación tiene ya un modelo de priorización de la población: los mayores de 60 años (6,8 millones), personas con comorbilidades (6,7 millones) y trabajadores de la salud (800.000 personas).
“Tenemos el horizonte de generar inmunidad de rebaño que, según estudios, se alcanzaría vacunando al 60 por ciento de la población, lo que representa 30 millones de personas”, explica.
Los cálculos sobre la inversión tentativa que tendría que hacer el país oscilan entre $575.000 millones de pesos (1US$=3.688 pesos) y $2,3 billones de pesos, “dependiendo del precio, para un valor del programa promedio de 1,4 billones de pesos”, explicó Ruiz.
Pese a que los productores de vacunas apenas están ajustando sus modelos de producción, y no hay fechas de entrega de los productos biológicos, el Gobierno tiene la expectativa de que la entrada de la vacuna al país se dé en el primer semestre de 2021.
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¿Qué dicen las multinacionales en Colombia?
Yaneth Giha, presidenta ejecutiva de Afidro, asegura que ya han sostenido reuniones con el Ministerio de Salud y la Coalición de Empresarios, que apoya los esfuerzos de consecución de la vacuna.
En cuanto a la propuesta de Asinfar, señala: “Estamos de acuerdo con que esta pandemia debemos convertirla en una oportunidad para fortalecer las capacidades de producción nacional de vacunas. Pero debemos reconocer que esto requiere tiempo, preparación y recursos.
En nuestras conversaciones con el Gobierno y con los empresarios hemos dicho que el Ministerio de Salud debe enfocar sus esfuerzos en mecanismos de adquisición como Covax, Organización Panamericana de la Salud y negociaciones bilaterales. En momentos como estos, el factor tiempo es vital”.